Deutsche Bank está impulsando con fuerza sus carteras DB Strategic Asset Allocation (SAA), compuestas por ETF e índices de referencia y perfiladas por tres niveles de riesgo distintos. Son una de las soluciones de inversión nacidas en el seno de los altos patrimonios que el banco germano está abriendo a los pequeños inversores.
El alemán prevé que el entorno de incertidumbre y de bajos tipos de interés se mantendrá en el tiempo. Por esta razón, sus responsables animan a buscar alternativas de inversión en un horizonte temporal de largo plazo. Y es ahí donde la estrategia SAA da respuesta, que ya cuenta con más de 2.500 millones de euros en activos de inversores globales, de los cuales entre 30 y 40 millones proceden de clientes españoles.
A medida que se alarga el horizonte temporal de inversión, el riesgo se reduce y la probabilidad de obtener un rendimiento positivo aumenta. Teniendo esto en cuenta, Deutsche Bank ha desarrollado una metodología propia, creando un modelo de gestión cuantitativo que se ha optimizado con el objetivo de que, en un periodo de diez años, se consiga la rentabilidad preestablecida para un nivel de riesgo aceptado.
Como ha recordado en una presentación ante la prensa el director de Inversiones y Multiactivos de Deutsche Bank Wealth Management, Álvaro Vitorero, “el 90% de la rentabilidad viene determinada por la asignación estratégica de activos”.
La metodología SAA consiste en hacer predicciones a diez años, “siendo conscientes de que no son completamente perfectas”. Después, se introduce un factor de incertidumbre para evitar el impacto ante movimientos extremos del mercado. En condiciones normales, la asignación de activos se hace a una década vista y se revisa una vez al año. No obstante, si el mercado oscila abruptamente, la asignación puede ser revisada con una frecuencia inferior, por ejemplo, mensualmente.
“Cautos, pero positivos”
En ese caso, “la decisión que tomemos a corto plazo tiene que afectar al largo plazo”, puesto que, “si no es eficiente para el inversor, no vamos a mover la cartera”. Según ha explicado Vitorero, se podría implementar un rebalanceo mensual de activos si garantiza que, como mínimo, añade un 0,5% de rentabilidad al año o resta un 0,5% de volatilidad.
Estos tres fondos (Conservative, Balanced y Growth) invierten mayoritariamente en ETF de Xtrackers (de la propia DWS), iShares (BlackRock) y Lyxor (Société Générale, aunque van a ser adquiridos por Amundi). Además, cuentan con las versiones Plus, que utilizan una cobertura sistemática con el fin de controlar el riesgo de caídas manteniendo la exposición a los activos de crecimiento.
Los fondos SAA Plus se gestionan con una metodología propia de gestión de riesgos, Multi Assets Risk Engineering (MARE). “En Deutsche Bank, le tenemos algo de ‘alergia’ al riesgo”, ha dicho Vitorero.
Si se toma como referencia el perfil de riesgo intermedio, Balanced, esta cartera tiene hoy día un 43% en acciones y un 52% en bonos. Recientemente, ha subido el peso en renta variable y renta fija emergentes y ha incluido Reino Unido como índice aparte del sector europeo. En líneas generales y en términos económicos, se muestran “cautos, pero positivos”.