España es un país de propietarios. El ‘ladrillo’ se ha convertido para muchas personas y familias en lo que se conoce como un activo refugio o un valor seguro. De hecho, y según una encuesta de Inmodiario, tres de cada cuatro españoles consideran que la compra de un inmueble es la mejor forma de invertir.

Y, como cualquier otra inversión, llega el momento de sacar rédito a la misma. Entonces, el propietario intentará exprimir al máximo partido ese bien que en su momento adquirió. Lo normal es que, el simple paso del tiempo, haya aumentado el valor de inmueble. Pero hay otros factores que pueden inflar todavía más el precio.

Uno de ellos tiene nombre propio: reforma. Ya sea total o parcial, acometer una serie de cambios en el inmueble sin duda aumentará su valor. No es la única circunstancia a tener en cuenta: la ubicación en el inmueble también influirá en el precio final.

¿Cuál puede ser la diferencia de precio?

Aquí entran en juego muchos factores: si se trata de un piso nuevo que no ha sido usado; la edad del mismo; o si se efectúa una reforma parcial o total, entre otros. En este punto, conviene tener en cuenta cuál será el presupuesto que se va a tener que desembolsar.

Porque, a modo de ejemplo, la diferencia de vender una casa completamente reformada, y otra sin reformar, puede ser de 958 euros el metro cuadrado en Madrid; en el caso de Barcelona, esa cifra aumenta todavía más: 1.161 euros el metro cuadrado, según un estudio de Casavo y Gesvalt.

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¿Y si la reforma es parcial? En este caso, y siempre y cuando no conlleven una modificación estructural de la vivienda, la diferencia puede ser de 438 euros el metro cuadrado, en Madrid, y de 528 euros el metro cuadrado, en la Ciudad Condal. Dicho de otra manera, la revalorización que comportaría acometer esa reforma parcial sería del 16% y del 19%, respectivamente.

Pero ¿cuánto cuestan esas reformas? Pues una parcial oscila entre los 300 y los 350 euros el metro cuadrado. En el caso de ser integral, esas cantidades están entre los 600 y los 650 euros el metro cuadrado. Con estos datos, la rentabilidad sería de un 47% de la inversión en Madrid, y del 79%, en Barcelona, para una reforma total. Si fuese parcial, esos porcentajes serían del 25% y del 51%.

¿Qué cambios aumentarán el valor del inmueble?

Para empezar, y antes de ponerla en venta, conviene que esté en perfectas condiciones. “Realiza una inspección detallada para identificar y corregir cualquier problema estructural, problemas de fontanería o electricidad, y asegúrate de que todas las áreas de la casa estén limpias y bien cuidadas”, apuntan desde Huspy.

Dentro de una vivienda, hay zonas que podemos considerar como estratégicas. Es el caso de la cocina y el baño. Cambiar cristales de las ventanas, o renovar los azulejos del baño, puede incrementar el valor de la vivienda.

Un local comercial en pleno proceso para convertirlo en vivienda. Habitissimo

Como cada persona es un mundo, si se llevan a cabo reformas, lo mejor es decorar con un estilo neutro y atractivo. Y si se llevan a cabo cambios que permitan al comprador ahorrar en costes de energía, mejor que mejor: ventanas de doble acristalamiento, sistemas de energía renovable... Respecto a la iluminación, y desde la pandemia, las ventanas grandes, los balcones o las terrazas suman valor a la vivienda.

Con todos estos datos, y según Casavo y Gesvalt, y por término medio, una vivienda reformada en su totalidad en Madrid vale un 35% más que una sin reformar. En el caso de Barcelona, ese porcentaje es todavía mayor, ya que se sitúa en el 42%.

“Una vivienda bien mantenida y actualizada puede atraer a un mayor número de compradores potenciales, lo que puede resultar en una venta más rápida y a un precio más alto”, concluye David Chamás, general manager de Huspy en España.