Cada vez son más los grupos de amigos que se reúnen para hacer apuestas sobre un hito o partido deportivo, acontecimiento histórico o juego. Una tendencia que también suele realizarse en grupos de trabajo donde se comparte tiempo de ocio. Apuestas que pueden ser de dos tipos: uno, entre ellos mismos; y, dos, en juegos como la quiniela de fútbol u otros similares que organiza Loterías y Apuestas del Estado y otras organizaciones.
Hacienda siempre está pendiente de los ingresos de los ciudadanos y ganar un premio, sorteo o concurso supone una ganancia extra a los ingresos anuales. Aunque hasta 2013 la cuantía del ganador se encontraba exenta de tributar, el gravamen que se aplica en estos casos ha ido variando en los últimos años.
De hecho, la ley 35/2006 del Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas (IRPF) explica que el porcentaje de retención sobre los premios derivados de juegos, concursos, rifas o combinaciones aleatorias será de un 19%.
Por lo tanto, los premios se consideran "ganancias y pérdidas patrimoniales no derivadas de transmisión o elementos patrimoniales". En este sentido, hay que diferenciar dos tipos de premios que no tributan de la misma forma: los premios en metálico y los premios en especie.
Hacienda establece así la obligatoriedad de declarar los premios que se hayan obtenido en diferentes categorías de juego. En este caso, la Agencia Tributaria actúa de forma inmediata para ajustar cuentas con el premiado.
¿Hay que declarar a Hacienda si ganas una apuesta?
Hacienda establece como norma que hay que declarar las ganancias que se hayan obtenido de juegos. Sin embargo, existe un caso en el que el dinero que se obtiene de una apuesta o juego entre amigos no se declara.
Así, queda excluida de la Ley 13/2011, de 27 de mayo, de regulación del juego la siguiente situación: "Los juegos o competiciones de puro ocio, pasatiempo o recreo que constituyan usos sociales y se desarrollen en el ámbito estatal, siempre que estas no produzcan transferencias económicamente evaluables, salvo el precio por la utilización de los medios precisos para su desarrollo y cuando este no constituya en medida algún beneficio económico para el promotor o los operadores".
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Es decir, que las porras que se llevan a cabo entre amigos o compañeros cuando hay un derbi entre el Real Madrid o el FC Barcelona, o sobre quien va a ganar las elecciones, no deben pasar por la caja de Hacienda.
Por otra parte, el control de las apuestas y de los juegos se rige por las competencias de cada región, que vigila las apuestas que se realizan entre amigos, familiares o círculo cercano por ocio.
Si se trata de cantidades inferiores a los 300 euros, no es habitual que los ganadores tengán que preocuparse porque no formaría parte de la base general de tributación del IRPF, ya que no sería una ganancia patrimonial que esté sujeta al paraguas de la Agencia Tributaria.
¿Cuándo hay que declarar a Hacienda los premios?
Hacienda siempre está pendiente de los premios de sorteos, sobre todo, los de la Lotería y las Apuestas del Estado, la ONCE o la Cruz Roja Española. En estos casos, la Agencia Tributaria se queda con mínimo un 20% de los sorteos o premios privados siempre y cuando superen los 40.000 euros. Por debajo de esa cantidad no hay retenciones. Es lo que sucede con el 'gordo' de Navidad. Un hecho que también se aplica en los concursos televisivos y así consta en los contratos.
A pesar de haber pagado ya una parte, en la declaración de la Renta se ajusta cuentas con el premio en función del nivel de ingresos. Asimismo, otra parte de los impuestos del IRPF se los queda la comunidad autónoma en la que se tiene la residencia fiscal.