La crisis energética se agrava. Si el lunes eran los temores sobre que no se reabra el gasoducto NordStream, este martes el inicio de la huelga del sector energético en Noruega lo que impulsa el precio del gas natural al alza.
La cotización del gas natural en el mercado TTF holandés, de referencia para Europa, se acerca este martes a los 175 euros por megavatio hora (MWh). Exactamente, suma un 6,3% y alcanza los 173,25 euros.
El operador noruego Equinor ha iniciado la suspensión de la producción de los yacimientos de Gudrun, Oseberg del sur y Oserberg del este debido a las huelgas convocadas por uno de los sindicatos, que no aceptó las subidas de salario acordadas el 13 de junio.
La producción de los yacimientos cortados es de 89.000 barriles equivalentes de petróleo por día, de los cuales 27.500 son de gas natural. Si la huelga se extiende, podría forzar el cierre de otros yacimientos.
La subida de este martes se suma al avance registrado el lunes, que alcanzó el 11%. El precio de esta materia prima se ha duplicado y más desde comienzos de junio, cuando se situaba alrededor de los 80 euros/MWh.
200 euros/MWh
De esta forma, el gas natural se acerca a los máximos registrados el pasado 7 de marzo -dos semanas después de la invasión rusa de Ucrania-, cuando se alcanzaron los 200 euros/MWh.
Este incremento de precios se ha intensificado desde el pasado 13 de junio, cuando el gas cerró su cotización en el TTF en 84,76 euros/MWh, para tan solo tres días después saltar hasta los 123,95 euros/MWh.
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El encarecimiento de esta materia prima se produce en una coyuntura en la que la Unión Europea (UE) ha acordado imponer una reserva mínima de gas del 80% de la capacidad de almacenaje de cada país del bloque para el próximo otoño. El objetivo de esta medida es garantizar la seguridad energética a pesar de las tensiones con Rusia.
Otros factores que han influido en el encarecimiento del precio del gas en los mercados internacionales son la paralización de la principal planta de licuefacción de gas de Estados Unidos o el recorte del 40% en el suministro que Gazprom, la principal gasista rusa, envía a través del gasoducto Nord Stream.