La toma de posiciones cortas es una operativa bursátil que utilizan los inversores cuando prevén que las acciones de una compañía van a bajar en bolsa. En líneas generales, consiste en pedir prestados títulos de una cotizada, a otra firma de inversión o gestora y a cambio de una retribución, con la intención de venderlos y posteriormente comprarlos más baratos.

Es con esa diferencia de precio con la que los fondos bajistas obtienen rentabilidad. Son los pasos seguidos por General Industrial Partners -un hedge fund londinense creado por Gotham City Research- que, justo antes de que la firma de análisis acusase a Grifols de falsear sus cuentas para reducir su endeudamiento, abrió una posición corta contra la empresa catalana.

General Industrial Partners dio por concluida su inversión después de que las acciones de Grifols se desplomaran en bolsa. Millennium International Management también ha deshecho la posición bajista que tenía sobre la farmacéutica.

Ahora, según consta en los registros de la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) son dos los fondos bajistas que actualmente apuestan contra Grifols: WorldQuant y Qube Research. Ambos se juegan el 1,12% del capital de la farmacéutica, porcentaje equivalente a 71 millones de euros si se tienen en cuenta el precio de cierre de este lunes.

Solaria y otras energéticas

Cabe señalar que, conforme a la normativa española, cualquier inversor que abra una posición corta superior al 0,5% del capital de una cotizada debe descubrirse ante la CNMV y el conjunto del mercado. Si se queda por debajo de este umbral, pero rebasa el 0,2%, basta solo con comunicar la posición al supervisor para sus tareas internas de vigilancia.

Pero Grifols no es la compañía española más asediada por los bajistas. Ese puesto lo desempeña Solaria. BlackRock, Squarepoint, AHL, Helikon y ShadowFall tienen abierta una posición corta conjunta por el 4,07% del capital de la empresa de energía renovable. La apuesta bajista es, por tanto, de unos 68,3 millones de euros.

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Además, desde que comenzó el ejercicio, la mayoría de firmas de inversión han incrementado su posición corta contra Solaria. Lo han hecho a medida que la empresa ha ido ampliando su descenso en bolsa. Desde el 1 de enero la compañía ha perdido un 28% de su valor en el mercado.

Solaria, como otras cotizadas españolas, se ve afectada, entre otras cuestiones, por un posible retraso en la bajada de los tipos de interés. Y, debido su nivel de endeudamiento, el hecho de que el Banco Central Europeo (BCE) opte por mantener las tasas en los niveles actuales durante más tiempo podría acarrearle un incremento de sus costes de financiación.

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No es, ni mucho menos, la única compañía relacionada con la energía asediada por los bajistas. A mediados del pasado enero, Millennium Internacional comunicó una posición corta sobre Acciona. El fondo, con base en Londres y liderado por el veterano Israel Englander, se juega en contra de la compañía presidida por José Manuel Entrecanales el 0,5% de su capital.

Cuatro fondos -Linden, D. E. Shaw & Co, Mirabella Financial y Syquant- tienen abierta una posición corta sobre Audax equivalente al 2,95% de su capital. Su valor actual de mercado es de unos 17 millones de euros.

Otras cuatro firmas -BlackRock, el fondo de pensiones de Canadá, Point 72 y DME Capital- tienen abierta posiciones cortas representativas del 3,78% de Enagás. En este caso, el importe alcanza los 147,5 millones de euro.

Asimismo, JPMorgan Asset Management incrementó su apuesta bajista contra Grenergy hasta alcanzar el 1,1% de la cotizada. Ese porcentaje de su capital supone unos 10,7 millones de euros.

Bancos

Aunque en menor medida, la banca también es uno de los sectores favoritos de los hedge funds. Bien es cierto que las entidades -como sucede con las energéticas- también cuentan con una amplia representación en el mercado español.

En la actualidad, Marshall Wace, Point 72 y el fondo de pensiones de Canadá se juegan 94,5 millones de euros contra Bankinter. Exactamente, el 1,87% de su capital. Asimismo, Capital Fund Management abrió a finales del pasado diciembre, una posición corta sobre Unicaja, equivalente al 0,5% de sus acciones.

14 compañías

En total, son 14 las compañías cotizadas con posiciones cortas abierta. Además de las ya mencionadas, los fondos bajistas están presentes en ACS (con el 1,23% de su capital), Fluidra (2,36%), Meliá (0,51%), PhamaMar (0,99%), Técnicas Reunidas (0,5%) y Telefónica (0,5%).

De forma conjunta, estas posiciones cortas suponen unos 987 millones de euros. A pesar de que la cifra no es demasiado abultada -es el 0,08% de la capitalización total de la Bolsa española, que cerró 2023 en 1,2 billones de euros- sí acapara la atención de los inversores.

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Para muchos de ellos, los cortos (como se conocen en la jerga financiera) suponen un peligro, al entender que su operativa es especulativa y abusiva debido a que esperan que el valor de la compañía afectada caiga en el mercado. Para otros muchos son la alerta de que, al menos para un agente del mercado, algo no marcha bien en un determinado activo.