Los grandes bancos a uno y otro lado del Atlántico se lanzan a incrementar las posibilidades de que tenga lugar una recesión. Algunos ya contemplan con una probabilidad del 50% que se produzca la contracción económica que tanto temen las bolsas. Prácticamente como tirar una moneda al aire.
Este miércoles, el director ejecutivo de Deutsche Bank AG advertía de que la economía global podría estar encaminándose hacia una recesión como consecuencia de la lucha contra la inflación de los bancos centrales. Con una posibilidad del 50%, la sitúa en la segunda mitad de 2023.
Su predicción es similar a la de los analistas de Citi, quienes también citan los incrementos de los tipos de interés como epicentro del terremoto económico. “La historia dice que luchar contra la inflación a menudo conlleva un impacto para el crecimiento”, subrayan estos expertos.
Como punto positivo, consideran que los bancos centrales todavía están a tiempo de hacer que la economía tenga un “aterrizaje suave”.
Probabilidades
Algo más optimistas respecto a la economía estadounidense son los expertos de Goldman Sachs. Dan una probabilidad del 30% a que tenga lugar una recesión durante el próximo año, el doble de lo que contemplaban en su anterior previsión.
Si EEUU evita entrar en recesión en 2023, las posibilidades de una contracción económica en 2024 son, según sus estimaciones, del 25%. Es decir, dan un 48% de probabilidades a que la economía estadounidense viva un periodo de contracción en los próximos dos años.
La revisión de previsiones se produce una semana después de que la Reserva Federal de EEUU (Fed) aprobara su mayor subida de tipos de interés desde 1994. No fue el único banco central en endurecer su política monetaria. De hecho, entre las grandes instituciones monetarias, solo el Banco de Japón se ha descolgado de esta tendencia.
Los expertos del banco de inversión Nomura creen que es probable que se produzca una recesión en EEUU en la primera mitad del cuarto trimestre de 2022, cuando esperan que la economía estadounidense se contraiga un 0,3%.
Estos han sido los últimos bancos en empeorar sus previsiones. Ya a principios de mes el director ejecutivo de JPMorgan, Jaime Dimon, advirtió a los inversores de que deben estar preparados para el “huracán” económico que viene.
Caídas
Aunque no detalló si se trataba de “uno leve o la gran tormenta Sandy” sí señaló que se avecina como consecuencia de la presión que suponen las políticas monetarias más restrictivas, así como por la guerra de Ucrania.
Si en los últimos días han aumentado las posibilidades de que tenga lugar una recesión, el miedo de los mercados financieros a que esta termine produciéndose también ha crecido.
[Los bancos centrales preparan a la economía global para más subidas de tipos hasta 2023]
Las preocupaciones no son infundadas. “Normalmente, el endurecimiento de la política monetaria ha desencadenado recesiones económicas”, apuntan en la gestora Schroders. En la firma señalan que las fuertes caídas de las bolsas antes y después de las últimas subidas de tipos de los principales bancos centrales han intensificado dichos temores.
Aunque en la actualidad no contemplan que haya una recesión en EEUU, sí consideran que “los riesgos se inclinan hacia una”, sobre todo después de que la semana pasada el S&P 500 entrara en mercado bajista. Es como se conoce a registrar una caída igual o superior al 20% desde los últimos máximos históricos.
La historia
Según su análisis, desde el año 1900, la economía estadounidense sólo ha conseguido evitar una recesión el 30% de las veces que se ha producido un mercado bajista. En ODDO BHF AM prevén algunos elementos que podrían devolver a los inversores el apetito por los activos de riesgo, como las acciones.
Además de cualquier tipo de desescalada en el conflicto entre Rusia y Ucrania, se centran en tres factores. El primero de ellos es el más evidente: un descenso “importante” de la inflación. El segundo es que la economía de China vuelva a acelerarse gracias a su reapertura y los estímulos fiscales; mientras que el tercero es el mantenimiento de los márgenes de las empresas.
A la espera de que algunas o todas estas circunstancias tengan lugar, el S&P 500 se aproxima a cerrar su peor primer semestre desde la era Nixon. La última vez que el índice cayó tanto durante los primeros seis meses de cualquier año fue en 1970, según datos recopilados por Bloomberg.
Y todavía puede ser peor. Como en el caso de las previsiones sobre una recesión, los analistas de Goldman, Bank of America o Morgan Stanley coinciden en señalar que las bolsas aún no han hecho suelo.