Las consecuencias de la invasión de Ucrania también se dejarán notar en nuestra cesta de la compra. El país del este, considerado como el granero de Europa, era gran exportador de materias primas como trigo o maíz.
De hecho, los futuros del trigo han aumentado un 58,41% en un mes y el del maíz lo ha hecho en un 25,77%. El encarecimiento se ha recrudecido en la primera semana de guerra. Desde el viernes 25 de febrero hasta el viernes 4 de marzo, el precio del trigo ha aumentado un 43,43%, mientras que el del maíz ha hecho lo propio en un 18,33%.
La tendencia es alcista. En concreto, en solo un día el trigo ha subido en un 6,62% y el maíz, un 4,47%, según la tabla de comportamiento de las materias primas. En el caso de España, el 22% del maíz importado procedía de Ucrania, según datos del Ministerio de Agricultura.
Más compras en Brasil
Las materias primas como los productos agrícolas, el hierro, el acero y los productos mineros eran las principales exportaciones de Ucrania a la Unión Europea. España, Portugal, Italia, el norte de África y algunos países asiáticos eran los principales destinos de las exportaciones de cereales ucranianos. Actualmente, son muchos los interesados en comprar estos productos en Brasil, que por ejemplo es el principal país del que importa maíz España.
El panorama no es nada halagüeño. En el hipotético escenario de la guerra cesara, el suministro de estos productos no volvería al punto de partida anterior porque la cadena logística ucraniana está rota.
"Los barcos se han marchado, las empresas comercializadoras han cerrado su actividad y los camiones han sido requisados para usos militares", lamenta Jorge de Saja, el director de la Confederación Española de Fabricantes de Alimentos Compuestos Para Animales (Cesfac).
Más allá de que la población mundial de estos cereales sea "muy ajustada". Se podría ampliar el abanico de destinos desde los que se pueden importar cereales si se incluyera a Estados Unidos y Argentina como potenciales exportadores. De no hacerse, el sector prevé que haya escasez en unas cuatro o cinco semanas de materias como el maíz, las tortas de girasol y, en menor medida, del trigo.
Cambiar la legislación
El sector pide que la legislación cambie "momentaneamente" en un escenario como el actual. España, al ser el cuarto productor mundial de porcino, se ve especialmente afectado por este aumento de precios.
Tampoco ayuda en este momento la situación de sequía que sufren algunas zonas de España como la cuenca del Guadalquivir, donde hay menos pastos naturales para los animales por la falta de agua.
Maíz transgénico de EE. UU.
Esta situación se podría paliar si se permitiera el embarco de cereales desde Estados Unidos. "Producen un porcentaje de maíz con una modificación genética que no está permitida en la Unión Europea para la alimentación animal y esto pone en riesgo las importaciones", explican a este medio desde la Asociación Española de Comercio Exterior de Cereales y Productos Análogos (Aecec).
Una situación similar ocurre en Argentina, donde todavía quedan existencias con un insecticida postcosecha que está prohibido en Europa. "Necesitamos que la compra sea ágil y que se adapte a esta situación de guerra", reclama Diego Pazos, el secretario general de Aecec.
"Hay mucho nerviosismo, para cubrir lo vendido se tiene que buscar ahora en otros orígenes con gran incertidumbre y, por ello, hay volatilidad en el mercado de los cereales, las oleaginosas y las harinas proteicas", explica Pazos.
El Ministerio de Agricultura ha reconocido que la paralización de las importaciones desde Ucrania, unido al actual aumento de precio, "puede provocar situaciones de gran tensión en los abastecimientos a corto plazo".