Audax es el farolillo rojo del pujante sector de las renovables en la bolsa española. Y, además, uno de sus ‘chicharros’ más seguidos. A pesar del retroceso del 17% que acumulan sus acciones y de la reciente decisión de dejar sin fecha su estreno en el reparto de dividendo, los analistas la señalan como firme candidata a un ‘pelotazo’ a corto plazo.
El complejo análisis técnico que revisten los valores más volátiles del parqué ha hecho que justo cuando Audax Renovables ha confirmado el retraso en su esperado estreno en el pago de dividendos, su gráfica apunte al alza con más contundencia que en todo lo que va de este turbulento 2020.
Así lo confirman a Invertia varios analistas consultados por las implicaciones que este aplazamiento podría tener para el valor. “Vemos a Audax con mejores perspectivas que a principios de año”, indica Joaquín Robles, analista de XTB. Aunque reconoce que “para nada sería la favorita en el sector de las renovables”, sí le concede un voto de favor de cara al corto plazo.
Expansión internacional
La mejora de sus resultados trimestrales, así como su reciente expansión hacia nuevos mercados, se convierten en sus grandes credenciales para superar la sequía del dividendo y apuntar con determinación “hacia un primer objetivo en los 1,9 euros para ir desde ahí hasta niveles previos a la crisis sanitaria”. Eso sí, explica que “aún lejos de los 2,54 euros que fueron sus máximos de principios de año”.
En este sentido, parece que el mercado ya habría descontado que el dividendo no llegaría con la agilidad prometida anteriormente. Desde 2018 se venía asegurando que la caja fuerte se abriría a los accionistas “en el plazo más corto posible”, pero en junio se dejó en papel mojado el plan para repartir ya este año un 62% de los beneficios obtenidos en 2019: 10 millones de euros.
Prudencia extrema
La compañía energética presentó esta medida de marcha atrás hace unos meses como “un gesto de prudencia financiera” ante las incertidumbres creadas por la crisis del coronavirus. Sin embargo, lo cierto es que ahora que incluso la banca trabaja en recuperar el pago al accionista, Audax parece no tener tanta prisa.
En el informe de sus cuentas semestrales, la cotizada explica que “pretende que haya distribución de dividendos, siempre y cuando se cumplan los factores de generación de caja y disponibilidad de reservas distribuibles que lo permitan”. Eso sí, la dirección ya no se pilla los dedos y advierte de que “debido a estos condicionantes, no puede asegurarse el importe ni el ejercicio en el que vayan a distribuirse”.
Esta falta de definición puede haber sido uno de los factores que ha llevado a Audax a tener “un comportamiento técnico muy tontorrón”, como lo define el analista Roberto Moro. Eso sí, avisa de que “acaba de tocar la base de su canal alcista y podría irse a buscar los 2 euros”. Todo un reclamo para los inversores que, a falta de dividendos, busquen arañar algo de rentabilidad al mercado con operaciones de corto plazo.
La operativa ya es complicada de por sí para aquellos que quieran cazar este posible ‘pelotazo’, pero se vuelve más si se tiene en cuenta que Moro advierte de que “la zona de 1,97 euros es una tremenda resistencia que por varias veces no ha podido superar, la última de ellas hace solo un par de semanas”. Su consejo es vigilar muy de cerca esta cota con miras a corto plazo, porque “a medio no se sabe con claridad si va o viene”, explica el analista.
Las ventas del presidente
Mientras tanto, un factor añadido de presión a la gráfica de la rezagada renovable son las contantes colocaciones que su presidente, José Elías Navarro, lleva a cabo a través de Eléctrica Nuriel, la sociedad con la que controla un 86,4% de las acciones de la compañía. Con el objetivo de dotar de más liquidez y capital de libre circulación a Audax, sus continuas ventas actúan como un freno recurrente para su gráfica.
Y es que hay todo un abismo entre el 120% que se revaloriza Solaria en este 2020 del coronavirus y el 17% que, como ya se ha mencionado, pierde Audax en el mismo periodo. Aun con esas, Eduardo Bolinches, analista de Invertia, señala que “relativamente no lo está haciendo nada mal” y fija en el asalto a la media móvil de largo plazo que marcan los 1,92 euros por acción la clave para su rebote.
Vigilar la gráfica
Una vez superada la “intimidante” resistencia de los 2 euros por título, Bolinches explica que habría “una figura de giro hombro-cabeza-hombro invertido que llevaría por extensión hacia la zona de los 2,5 euros”, coincidentes con sus máximos anuales marcados en enero. “Se está gestando una figura interesante, pero tienen que pasar muchas cosas todavía”, previene a los más lanzados.
En su opinión, no habría que perder de vista nunca los 1,67 euros por acción para no fracasar en este ‘pelotazo’ a corto plazo. Para Moro, “el peligro llegaría con la pérdida de los 1,61 euros”, mientras que Robles advierte de que una vez perdidos los 1,7 euros, se abriría la puerta hacia los 1,55 euros que han frenado su descenso “en un par de ocasiones” para, después, deslizarse hasta los 1,35 euros.
El analista de XTB considera que un eventual desencanto del mercado no vendría ya tanto por sus finanzas, pues Audax ha cerrado en los últimos meses dos colocaciones de bonos verdes con una demanda muy superior al importe adjudicado.
Robles percibe el riesgo en el caso de que su negocio no creciera tanto como se está descontando para el conjunto del sector gracias al impulso que contemplan en este campo los programas de reconstrucción económica que se están diseñando en la Unión Europea.
De momento, su apuesta por la internacionalización la sitúa en una posición más ventajosa a este respecto. No obstante, la lucha de las grandes energéticas en dotarse de un perfil cada vez más ‘verde’ podría amenazar las cuotas que se están comenzando a descontar mientras toca seguir esperando a un reparto de dividendos que cada vez escasea más entre las cotizadas de la bolsa española.