Las duras resacas del Ibex: ¿romperá esta vez el maleficio de los 'lunes electorales'?

Le da igual que gane la izquierda o la derecha; que el triunfador se imponga por mayoría absoluta o simple; que haya relevo o continuidad en el Gobierno; que el resultado dibuje pactos claros o anticipe acuerdos imposibles. Al Ibex 35, pase lo que pase en las urnas, no le gustan los lunes electorales. 

Los datos son incontestables. Desde su creación, el índice de referencia de los mercados españoles ha vivido ocho Elecciones Generales. Y los ocho lunes siguientes se han saldado con 'números rojos'. Sin excepción. 

Cayó el 7 de junio de 1993 tras la mayoría simple lograda por el PSOE de Felipe González; se dejó entonces un 1,7%. Cuando, menos de tres años después, en marzo de 1996, José María Aznar desalojó a González de la Moncloa, el Ibex se hundió un 5,2%, en el que ha sido su peor lunes electoral, ante la mayoría simple lograda por el Partido Popular y el temor que generaba un cambio de Gobierno tras tantos años de mandato socialista. 

Tampoco subió después de que Aznar obtuviera una mayoría absoluta el 12 de marzo 2000. Al día siguiente el índice se dejó un 1,2%. 

En 2004, el triunfo de José Luis Rodríguez Zapatero fue respondido por una caída del 4,1% en un entorno todavía marcado por los dramáticos atentados sufridos en Madrid el 11 de marzo. En 2008, de nuevo en marzo, vivió su lunes electoral menos malo, puesto que recibió la reelección de Rodríguez Zapatero con un decenso del 0,3%. 

En 2011, otro relevo en la Moncloa y otra mayoría absoluta, la de Mariano Rajoy. Y otro lunes electoral bajista para el Ibex, que se dejó un 3,5%. Casi lo mismo que en 2015, cuando perdió un 3,6%, tras unas Generales que trajeron consigo una fragmentación que finalmente haría imposible la formación de Gobierno. Los españoles regresaron a las urnas en junio de 2016. Con el mercado aún noqueado por el resultado del referéndum británico que deparó el Brexit, el Ibex encajó las elecciones del 26 de junio con una bajada del 1,8%. 

NO SERÁ FÁCIL

Ocho citas y ocho lunes electorales en rojo, con una caída media el 2,7%. Contra este 'maleficio' luchará el Ibex el próximo lunes. A priori, lo incierto del resultado no lo pondrá fácil. La fragmentación vista en 2015 y 2016 no solo permanecerá, sino que aumentará con la irrupción de Vox, con lo que los posibles pactos y la búsqueda de mayorías no están claros, tal como se ha constatado en los debates celebrados esta semana. Es decir, una inestabilidad que, en caso de confirmarse, no suele gustar al mercado. 

Lo bien que lo ha venido haciendo el índice en 2019 también puede servir de 'excusa' para que el resultado electoral propicie una realización de beneficios. Hasta la fecha, el Ibex acumula una subida del 11% en lo que va de año. De momento, por tanto, el índice sí parece decidido a acabar con otra mala racha: la de cerrar con caídas los años electorales, tal como ocurrió en las cuatro últimas citas (2004, 2008, 2015 y 2016).