Berlusconi, el 'gran emisor' que llevó la guerra cultural a la televisión para conseguir la influencia política
En España cambió la forma de entretener al público con las ‘Mamachicho’ o ‘VIP Noche’ para más adelante dar cabida a ‘Gran Hermano’ o ‘Sálvame’.
12 junio, 2023 13:43La 'sua emittenza'. El 'gran emisor'. Así era conocido Silvio Berlusconi (fallecido hoy), propietario del actual conglomerado italiano de medios Media For Europe (MFE), tras el proceso de centralización del poder de su entramado mediático Mediaset. Un imperio mediático que desarrolló bajo su sociedad familiar, Fininvest, y desde la que desde 1978 dio vida a sus principales proyectos.
Su primera incursión como editor fue con la compra allá por 1977 de Il Giornale, el diario fundado por Indro Montanelli, que estaba al borde de la quiebra. Ahí se dio cuenta de la importancia que tenía el control de los medios de comunicación.
Aprovechó para ello la liberalización del sector televisivo en Italia. Compró para ello Telemilano, un canal local de Milán, que fue el germen de su imperio televisivo. ¿Cómo? Lanzando una agresiva estrategia de compras de cadenas locales que se iban sumando al grupo.
El resultado final, y por obra y gracia del proceso de apertura, logró conformar Canale 5. Un canal desde el que lanzaba su forma de entender la política, la cultura y la vida que, poco a poco, fue salpicando la programación de la cadena y que, incluso, dio el salto a otros países como España a través de Telecinco.
Pero eso fue solo la punta del iceberg. Berlusconi sabía que la lucha política y cultural se daba en los medios. De ahí el resultado final. En Italia: Canale 5, Italia 1, Rete 4, 20 Mediaset, La5, Italia 2, Iris, Twentyseven, Mediaset Extra, Top Crime, Focus, TgCom24, Boing, Cartoonito, Mediaset Premium (hasta 2019), Mediaset Infinity y las versiones en HD de las generalistas. También en radio R101, Radio 105, Virgin Radio, Radio Subasio y Radio Monte Carlo.
Teleteta
La entrada de Berlusconi en España fue a través de Telecinco. De forma escalonada, desde los años 90 fue haciéndose poco a poco con parte de su capital. Ya en 2022, controlaba el 52% de las acciones de esta cadena privada tras la compra de un 12% de las acciones al Grupo Correo Prensa Española por 276 millones de euros.
Por lo que hablar de televisión y Berlusconi nos lleva a pensar irremediablemente en los años 90, en la llegada de las privadas a España. Su máxima para hacer televisión era el entretenimiento, para toda la familia. Y, a grandes rasgos, podríamos decir que la Telecinco primigenia no era más que una fotocopia de lo que se estaba haciendo por entonces en el país de la bota.
Ni las Mamachicho, ni las Cacao Maravillao, ni siquiera la emisión de animes como Oliver y Benji fue algo pensado para España, sino una réplica de lo que tenía en Canal 5 Italia, que hasta compartía logo y sintonía con nuestro Telecinco.
La primera Telecinco se ganó el apodo de ‘Teleteta’. Y es que fue notable el uso y abuso de exhibir a chicas de buen ver en cada uno de sus programas, en su mayoría de los casos, como mujeres floreros, cuya misión era ser monas y bailar.
El caso más recordado, sin duda, es el de las MamaChicho, las chicas de revista que aparecían en el programa de variedades Tutti Frutti, que presentaron en diferentes épocas Cruz y Raya, Raúl Sender o Esperanza Roy. De hecho, la primera hornada de mamachichos fueron italianas, las que ya habían hecho esa misma labor Canal 5, y más tarde se reemplazaron por otras españolas. Su canción de “Mamá, Chicho me toca, me toca cada vez más” la tarareó toda España.
Martes y Trece las encarnaron en un especial de nochevieja, y no hubo colegio que no pusiera a una clase a bailar el tema de marras en las galas de final de curso. Era una televisión machista, mucho. Tanto como para que se llegase a hacer un concurso cuyo premio fuese cenar con tu Mamachicho favorita.
No hay que confundir a las Mamachicho con sus “primas” las Cacao Maravillao, un grupo de chicas mulatas que también debían su nombre a la canción que cantaban. Estas aparecían en programas como VIP Noche o Humor cinco estrellas, y fue muy popular cómo una le decía a Emilio Aragón: “Emilio, tengo miedo”.
También aparecieron en Goles son amores, uno de los programas más hilarantes de nuestra televisión. Un programa deportivo presentado por Manolo Escobar, en el que para anunciar cómo iba la clasificación liguera se hacía la “la pasarela de la liga”, y muchachas ataviadas con las camisetas de los equipos (las “Clubes”) desfilaban en el orden correspondiente.
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Otro de los programas que Berlusconi se trajo a España fue Ay qué calor, el de las chicas Chin-Chin. Un espacio de contenido erótico festivo en el que una pareja de concursantes jugaba a diferentes pruebas, y al final tenían que quitarse la ropa para ganar fichas.
Luis Cantero fue su presentador, junto a Eva Pedraza, y lo más conocido era que las chicas iban vestidas con bikinis de fruta y se abrían la parte de arriba al ritmo de “chin-chin” para mostrar una fruta en sus pezones, que sería fundamental (o no) en el juego.
Como curiosidad, el programa se grababa en Italia, en el mismo escenario que el formato matriz Colpo Grosso, y no tenía premio como tal; la propia producción decía el premio era propiamente ir a Italia a grabar con todos los gastos pagados.
Eso de tener a chicas ligeras de ropa le creó algún quebradero de cabeza a Berlusconi y al resto de propietarios del primer Telecinco, entre los que se encontraba la ONCE y el grupo Anaya. Sobre todo, en lo referido a los más pequeños.
Polémicas
Y es que se apostó por presentadoras infantiles de buen ver que a veces tenían menos ropa de las que algunos estimaban. Así, por ejemplo, en 1993, la Conferencia Episcopal encargó un informe que llegó a ser presentado en Roma a petición del Pontificio Consejo de la Familia.
Y en él señalaba a presentadoras infantiles de Telecinco como Leticia Sabater, Xuxa o Beatriz Rico porque “fijan modelos en las niñas -todas quieren parecerse a ellas- y despiertan un deseo en los niños que establecen la relación chico-chica en una relación frívola de ‘pellizco en el culo’.
Las presentadoras juegan con ambigüedad y seducción sobre el tema utilizando con descaro su cuerpo”, indicaron entonces. En el mismo escrito cargaron también contra otros programas de la cadena como Su Media Naranja y Queridos Padres porque eran “de una estupidez supina” y las series Melrose Place y Sensación de vivir por incitar “al consumismo, que difunden modelos de belleza irreal y valores alienantes que calan en unos adolescentes inmaduros”.
Las noches de Tal y tal con Jesús Gil, La batalla de las estrellas, Contacto con… tacto, Humor Amarillo o el Pressing Catch fueron otros emblemas de la Telecinco que Berlusconi instauró en España, y que tenía a Valerio Lazarov como Consejero Delegado. Una Telecinco que se transformó en otra muy diferente cuando Lazarov fue sustituido por Maurizio Carlotti en 1994.
Salida de Vasile
Pero esta forma de hacer televisión también tuvo un artífice que pronto se hizo famoso en España: Paolo Vasile. Berlusconi le colocó a los mandos de Mediaset España Comunicación en 1999.
Durante estos años, Telecinco consiguió acaparar gran parte de la audiencia por sus realities y programas del corazón. A los anteriores citados, también se sumaron otros más recientes como Gran Hermano, Supervivientes, Sálvame.
Sin embargo, el 17 de octubre del pasado año, Mediaset anunció la salida de Paolo Vasile como consejero delegado del grupo en un movimiento que, pese a reconocer que ya estaba previsto, supuso toda una bomba mediática.
Esa audiencia que había sido su gran valedora durante tantos años le empezó a fallar. El público dejó de ser tan fiel y en noviembre de 2021 Atresmedia adelantó a Mediaset en audiencia. Antena 3 lleva desde entonces siendo la cadena líder. De hecho, la gran estocada final a esta forma de hacer televisión llevó con el anuncio del fin de Salvame, cuyo último programa se emitirá el viernes 16 de junio.
Tras la salida de Vasile se activó la operación reemplazo. En noviembre, el consejo de administración nombró a Alessandro Salem y Massimo Musolino como nuevos consejeros delegados al mismo tiempo. El primero, un directivo con gran experiencia, mientras que el segundo es un hombre de la casa.
Por tanto, el poder de Vasile se reparte entre dos personas. No es la primera vez que Mediaset cuenta con dos consejeros delegados. Hasta 2014, Paolo Vasile y Giuseppe Tringali compartieron este cargo. Además, el papel del presidente se reforzó aún más. Borja Prado asumió las labores de apoyo y colaboración a la línea editorial de los programas informativos.
Fusión y adiós a la bolsa
El último gran movimiento que lideró el empresario italiano fue el proceso de fusión por absorción de Mediaset España por parte de Media For Europe, que culminó en el segundo trimestre de este año.
Una operación que se vendió por parte de la directiva como necesaria para consolidarse como “un grupo paneuropeo de medios de comunicación y entretenimiento que, manteniendo su posición de liderazgo en sus mercados nacionales, adquirirá una dimensión competitiva superior y el potencial de expansión en determinados países a lo largo de Europa”.
Este movimiento supuso la salida de la bolsa española del grupo de comunicación el pasado 2 de mayo tras su estelar debut el 24 de junio de 2004 con un precio de 10,15 euros por acción y una valoración de 2.503 millones de euros. Durante los primeros años la cotización de sus títulos se disparó llegando a marcar máximos históricos en abril de 2007, en los 20,51 euros.
A partir de ahí, la situación empeoró. Los continuos descensos fueron mermando su valor en el mercado, poniendo en peligro su puesto en el selectivo español. Puesto que perdió en 2020.
Finalmente, este año abandonó la bolsa española con sus acciones a un precio en torno a los tres euros, una pérdida de valor del 70% en estos 19 años.
Cabe recordar que previo a esta fusión, en julio de 2022, MFE alcanzó el 82,92% del capital y los derechos de voto de Mediaset España tras haber cerrado con éxito la oferta pública de adquisición (opa) lanzada por el 44,31% que no controlaba.