Solo hay una razón por la que TVE no volvió a registrar en 2022 mínimos históricos de audiencia en un año: el Mundial de Fútbol de Qatar. Una buena noticia que en el caso de la cadena pública es pan para hoy y hambre para mañana ya que este año se enfrenta al reto de ganar más audiencia, pero sin contar con la ayuda de este evento deportivo que se celebra cada cuatro años.

Gracias a la emisión del Mundial de Qatar, La 1 de TVE evitó repetir por segundo año consecutivo su mínimo anual. Así, antes del comienzo del Mundial, la principal cadena de TVE ponderaba a finales de noviembre una audiencia media del 8,6% del total, lo que suponía hasta esa fecha su nivel histórico más bajo en un año. 

Del resultado final de cuota de pantalla de La1 en el 2022 (9,1%) es preciso indicar que el Mundial de Qatar aporta casi cinco décimas de punto en la ponderación anual del primer canal público, según el informe de Barlovento Comunicación elaborado por Kantar. 

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Del informe se desprende que el mundial "salva in extremis" la cuota media anual de La 1 en el año 2022, toda vez que los partidos de fútbol emitidos han hecho posible que la media de la cadena suba cuatro décimas, de las cuales dos proceden de los cuatro partidos jugados por España, y que, con toda seguridad, hubiera crecido aún más si nuestro país hubiera jugado las siguientes eliminatorias. 

En este ranking, Antena 3 logró el liderazgo de audiencia anual en 2022 por primera vez en su historia con el 13,9%, una décima más que el año anterior, tras diez años consecutivos de Telecinco, con su mejor índice desde 2009. Por su parte, Telecinco fue la segunda cadena más vista de nuestro país y registró su mínimo histórico anual: 12,3%. 

Retos en 2023

El problema para TVE es que en 2023 no hay ningún mundial ni otro evento tan importante en términos de audiencia que pueda ayudar a maquillar la caída de audiencia de la televisión pública. Por ello, desde hace años la sangría en audiencia es un dolor de cabeza dentro de la corporación. Y lo es más desde los últimos meses con el cambio de dirección.

Cabe recordar que en septiembre Moncloa forzó la dimisión del presidente José Manuel Pérez Tornero. Su sustituta fue Elena Sánchez, a la que el Ejecutivo dio plenos poderes ejerciendo el cargo desde la interinidad con una modificación de los estatutos sociales de la Corporación a instancias de la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI). 

Su labor será imprescindible para tratar de atraer de nuevo a los televidentes. Así, la cuestión de cara a este año será ver si esta dirección podrá mejorar la realidad empresarial del imprescindible ente público de radio y televisión nacional en un proyecto que ilusione, que armonice y vertebre y que sea capaz de que RTVE sea identificada y reconocida como una empresa imprescindible para el desarrollo e identidad de nuestro país.

Por ello, el desafío está más que claro. "RTVE tiene ante sí un reto como misión esencial de servicio público, el cual es mejorar y potenciar su programación y que su labor dé lugar a una mayor fidelización de audiencia por parte de La 1 y dejar los últimos años de bajadas ininterrumpidas", según se desprende el informe.

Al menos, hace un mes, RTVE desatascó las oposiciones a la corporación y sacó 1.082 plazas para incorporar trabajadores fijos procedentes de los procesos de consolidación de empleo temporal y de una convocatoria pública abierta que permitirán cubrir las bajas de empleo estable resultado de las jubilaciones producidas en los últimos años, así como reforzar las áreas estratégicas de RTVE para el futuro inmediato.