Nueva vuelta de tuerca en el mercado de la Televisión Digital Terrestre (TDT) en España. Según ha podido confirmar EL ESPAÑOL-Invertia, la venta de las licencias de TDT de Unidad Editorial se ha frenado en los últimos días por la negativa de Mediapro y Discovery de abandonar las frecuencias que llevan años alquilando al editor de El Mundo.
Este periódico ya informó de la intención del grupo presidido desde Italia por Urbano Cairo de vender sus TDT por un montante cercano a los 50 millones de euros. De hecho, las negociaciones estaban bastante avanzadas ya que el propio presidente de RCS, matriz de Unidad Editorial, se desplazó a Madrid para intentar cerrar el acuerdo.
No obstante, las fuentes consultadas por este diario confirman que todo se ha paralizado y no por un tema económico -Cairo estaba dispuesto a hacer una rebaja de hasta un 50% en el precio de salida-, más bien por la negativa de los grupos audiovisuales que actualmente alquilan estas frecuencias.
Mediapro alquila una señal para emitir Gol T y Discovery emite DMax, dos contratos en vigor y que expiran en 2025. De esta manera, al intentar negociar posibles indemnizaciones para que se extinguieran estos acuerdos, el equipo de Cairo no logró establecer un procedimiento atractivo de salida.
Los planes de negocio de Mediapro y Discovery incluyen la emisión de estas cadenas de televisión al menos hasta el final del contrato y con intención de seguir en el mercado si es que se prorrogan las concesiones que expiran en 2025.
Nuevas cadenas
Por el contrario, el gran atractivo de una eventual venta de los canales de Unidad Editorial es, precisamente, liberar la frecuencia para instalar nuevas cadenas de televisión. En estos momentos hay al menos tres interesados en tener una cadena de TDT: La Siete de Marcos de Quinto, 7NN de Marcial Cuquerella y Vivendi, que está interesado en desembarcar en España con una cadena de la mano de Prisa.
Es este contexto, no tiene sentido comprar una cadena de televisión para mantener a los mismos inquilinos en la actual frecuencia, otra de las opciones que Unidad Editorial propuso en algún momento a los empresarios con los que negoció la venta de frecuencias.
La imposibilidad de concretar esta venta es un duro varapalo para RCS. La compañía se enfrenta a una demanda de Blackstone de 600 millones de euros, y los 50 millones que se ingresen por la venta de sus televisiones en España son un buen salvavidas financiero.
Blackstone llevó ante los tribunales la disputa que mantiene el dueño del editor de El Mundo y Corriere della Sera, alegando que su CEO y máximo accionista, Urbano Cairo, trató de extorsionarlo al afirmar falsamente que la compañía sigue siendo la propietaria del edificio donde se ubica su sede central.
En la actualidad, una de las frecuencias está alquilada a Gol T, de Mediapro, y la otra a Discovery Network, que emite DMax. Entre las dos aportan a Unidad Editorial unos siete millones de euros al año (28 millones hasta 2025) en un contrato de cesión de la producción del canal.
Autorización del Gobierno
En esta operación, los arrendatarios asumen todo el gasto en confeccionar la parrilla, en salarios y en costes operativos, además de los seis millones de alquiler del espectro a Cellnex, mientras que Unidad Editorial solo ingresa el dinero del alquiler.
Con todo, cualquier movimiento de este tipo debería tener el plácet de Moncloa. Estamos hablando de concesiones públicas que tienen una fecha de caducidad y que están sujetas a una serie de condicionantes. El primero, que sus adjudicatarios no intenten lucrarse con ellas.
Una decisión que, en definitiva, solo compete al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y que obligaría a una autorización especial del Consejo de Ministros.