Se avecinan curvas en la TDT. Este lunes Invertia publicó que Unidad Editorial negocia desde hace semanas la venta de sus dos señales de televisión en abierto por 50 millones de euros y ahora podemos confirmar que el grupo Secuoya, propiedad de Raúl Berdonés, también tiene a la venta su frecuencia, conseguida en septiembre de 2015.
Las fuentes consultadas por este periódico indican que el precio de salida de la señal de la televisión -que actualmente emite el canal Ten- es de 25 millones de euros. Al igual que Unidad Editorial, el grupo negocia a marchas forzadas porque estas licencias expiran en 2025 y debería pedir una autorización gubernamental para cerrar esta operación.
El mercado se mueve, ya que al menos hay dos televisiones que buscan frecuencia. La primera es La Séptima, impulsada por Marcos de Quinto, Félix Revuelta y Juan Francisco Zambudio. Esta cadena tendrá estudios en Madrid y Murcia, tiene vocación nacional y tendrá una inversión inicial de 100 millones de euros, pero todavía no tiene una señal nacional de TDT.
Lo mismo pasa con el proyecto de Marcial Cuquerella, que tiene intención de poner en marcha una televisión informativa y conservadora de carácter nacional, pero todavía sin la licencia necesaria para emitir en todo el territorio español.
Recordemos que una frecuencia de TDT tiene un coste fijo de seis millones de euros, equivalente al pago que cada cadena debe realizar a Cellnex, gestor del espacio radioeléctrico. Un coste que se debería sumar al pago por estas frecuencias que ahora están a la venta.
Adjudicadas en 2015
Ten consiguió su frecuencia en 2015, en la última adjudicación de TDT, junto con Grupo Kiss (que emite DKiss), Trece (la televisión de la Conferencia Episcopal), Atresmedia, Mediaset y Real Madrid TV.
No obstante, las cosas no fueron bien. La estrechez del mercado publicitario, pérdidas de más de seis millones de euros y la necesidad del grupo de focalizar sus inversiones en producción audiovisual a terceros, les obligó a buscar nuevas fórmulas de rentabilizar su canal.
En esta línea, en octubre de 2018 Mediapro y Secuoya cerraron un acuerdo para que la productora de Jaume Roures se hiciera cargo de la parrilla de la cadena Ten. Mediante este pacto la productora catalana intentó reflotar -con su amplio catálogo de programas y de derechos deportivos- una televisión que no logra levantar cabeza desde su nacimiento, en abril de 2016.
De esta manera, Ten se mantuvo como una apuesta por la ficción y los docurrealities, convirtiéndose en un escaparate para productoras del grupo, como Globomedia.
El problema es que tres años después y con la Covid de por medio Mediapro redujo notablemente su facturación y en medio de una renegociación de su deuda con los bancos y la solicitud de fondos a la SEPI Ten ha dejado de ser una prioridad.
Consejo de Ministros
En este sentido, la venta de la señal es la mejor solución ante la posibilidad de que las señales pierdan valor de mercado a medida que se acerca el fin de las concesiones en 2025 y crece la incertidumbre respecto de una eventual renovación.
En cualquier caso, hablamos de una concesión pública, por lo que una venta del canal solo compete al presidente de Gobierno, Pedro Sánchez, y obligaría a una autorización especial del Consejo de Ministros.