No van a tener un arranque de temporada tranquilo Àngels Barceló y Pepa Bueno en la Cadena Ser. No sólo por los movimientos internos que intentan dar un giro ideológico a la programación, también por los problemas económicos a los que se enfrenta el Grupo Prisa.
La caída de la publicidad provocada por el Covid-19 está afectando de forma notoria a las emisoras locales. Esto ha hecho que el equipo que lidera Daniel Gavela empiece a plantearse medidas para evitar males mayores antes de que acabe el año. Así que ante las dudas que se avecinan para el mercado publicitario, la dirección ha ordenado elaborar un plan de ajustes que puedan acometer a partir de septiembre.
Diversas fuentes confirman a Invertia que los directores de las emisoras locales han recibido ya las órdenes para comenzar a redactar dichos documentos. De momento a modo de borrador, pero con posibilidad de que a la vuelta del verano tengan que ser claros, concretos y concisos para intentar revertir una situación dramática para las radios locales.
No hay que olvidar que la publicidad llegó a caer hasta un 80% durante la etapa más dura del confinamiento, lo que puso “en grave riesgo la continuidad de las emisiones”, tal y como destacaba un comunicado la Asociación Española de Radios Comerciales (AERC). En él reclamaba al Gobierno un plan de ayudas e incentivos para mantener la programación y el empleo en sus emisoras.
A falta de conocer el detalle, las fuentes consultadas no descartan ninguna opción: desde despidos hasta cambio de locales o el cierre de alguna de las redacciones. Cualquier cosa puede pasar, pero los trabajadores dan por descontado que antes o después llegarán las salidas.
Un ERTE en marcha
Las noticias que llegan desde Madrid suponen un mazazo para los empleados de las emisoras de la SER. Muchos de ellos están inmersos en el Expediente de Regulación Temporal de Empleo (ERTE) que ha puesto en marcha la emisora en las últimas semanas y que se extiende hasta finales de año. Por tanto, no es descartable que el ERTE acabe convirtiéndose en ERE.
Un ambiente revuelto que llega en un momento complicado para la Cadena Ser. Àngels Barceló y Pepa Bueno afrontan una de las temporadas más duras que ha vivido el panorama radiofónico. En primer lugar, por la pelea que habrá por la publicidad, en segundo por la pugna por la audiencia que darán todas las emisoras pero, sobre todo la Cope.
No hay que olvidar que Barceló y su Hoy por Hoy están sólo a 400.000 oyentes de su inmediato competidor, Carlos Herrera, que ya vela armas para intentar destronar al programa de la Ser. Bueno, por su parte, está en un millón de oyentes pero ve cómo Ángel Expósito recortó en el último Estudio General de Medios (EGM) un 2,6% la distancia.
Estos datos corresponden a la primera oleada del EGM, ya que la segunda fue cancelada por el Covid-19. Así que las grandes cadenas quieren dar el ‘Do de pecho’ en septiembre para lograr la mayor cantidad posible de oyentes en la tercera oleada. Será clave para la negociación de los contratos comerciales de cara al año que viene, en un escenario de rebaja generalizada de los importes invertidos.
Una situación que ha llevado a que la casa madre de la Ser, el Grupo Prisa, haya dado un cambio de rumbo en su línea ideológica. Como ha contado Invertia, el relevo de Soledad Gallego Díaz por Javier Moreno al frente de El País responde a un intento por acercarse a posiciones políticamente más moderadas. No sólo eso, también mucho más amables y cercanas a las grandes empresas.
Ese giro que protagonizará El País en las próximas semanas quiere trasladarse también a la Cadena Ser. Tal y como ha contado Invertia, en ese esquema más conservador ni Àngels Barceló ni Pepa Bueno terminan de encajar, pero en este momento (y ante los eventuales ajustes que se avecinan) no es momento para cambiar a sus principales estrellas.
Tanto Barceló como Bueno tendrán, por tanto, que intentar ajustarse al nuevo estilo que quiere imponerse en el Grupo Prisa: prudencia ante los conservadores pero siendo incisivos con el Gobierno de PSOE y Unidas Podemos. ¿Lo conseguirán?