Globalia sale al paso para aclarar el contrato suscrito con la Real Federación Española de Fútbol (RFEF) en el periodo 2018-2022 en el que la Guardia Civil cree que el organismo de fútbol habría incurrido en "sobrecostes". El grupo turístico ha asegurado que la relación entre las empresas del grupo y la RFEF se ha enmarcado siempre en las actividades propias de esas empresas y se ha ajustado "absolutamente" al rango de precios existentes en el sector.
Asimismo, la compañía ha declarado que desconoce la existencia de una investigación respecto a contratos suscritos con la RFEF y que ningún organismo público o fuerza de seguridad le ha solicitado, hasta la fecha, información al respecto, según el comunicado de la empresa.
Air Europa y su principal competidor en España (Iberia) se disputaron a lo largo de los últimos años el contrato de la RFEF, pasando en varias ocasiones de uno a otro. En este proceso, Globalia ha apuntado que las adjudicaciones han sido "siempre" en procesos públicos y mediante concurso, no siendo desde hace años Air Europa la empresa adjudicataria de los servicios aéreos de la selección española de fútbol.
Globalia Meetings & Events firmó un contrato con la RFEF en noviembre de 2018 y hasta noviembre 2022 para gestionar la actividad de alojamiento y coordinación de desplazamientos, actividad habitual del negocio turístico hotelero.
Sin embargo, en el año 2020, Globalia y Grupo Barceló ratificaron el acuerdo de fusión de sus divisiones de viajes: Halcón Viajes y Ávoris, respectivamente. Desde esta fecha, Globalia no gestiona Globalia Meetings & Events, sociedad que se denomina actualmente Sekai Corporate Travel.
En el contrato referido, las partes acordaron que Globalia Meetings & Events debía informar de los precios de los servicios turísticos solicitados por la RFEF con anterioridad a la prestación de los mismos. Los servicios solicitados por la RFEF serían retribuidos a Globalia Meetings & Events con los Cargos de Emisión o "Fees", que las partes acordaron en el contrato.
Por último, Globalia ha explicado que su subsidiaria debía retribuir a la RFEF en función de la facturación neta anual (excluyendo tasas e impuestos) que hubiese alcanzado y satisfecho la RFEF, derivada de la prestación de servicios turísticos y ello, en concepto de incentivo y patrocinio.