Ya son tres las aerolíneas low cost (Ryanair, EasyJet e Iberia Express) cuyos tripulantes de cabina de pasajeros (TCP) han sido convocados a huelga por parte de sus sindicatos. Paros que han provocado cientos de cancelaciones, retrasos y el caos aéreo en algunos aeropuertos españoles en pleno verano.
En su mayoría, los parones responden a una reclamación de subidas de salario y mejora de condiciones laborales. De hecho, hay dos casos -Ryanair e Iberia Express- donde los sindicatos reclaman un convenio laboral, pero las aerolíneas solo han llegado a acuerdos en este sentido con CCOO dejando fuera a USO y Sitcpla.
La última convocatoria de huelga llegó ayer. El sindicato USO anunció paros en Iberia Express entre los días 28 de agosto y 6 de septiembre, uniéndose así a Ryanair y Easyjet.
El sindicato USO explica que el motivo principal de la huelga, a la que están convocados 517 trabajadores, es desbloquear la negociación del II convenio colectivo. Así, USO recuerda que los salarios de los TCP llevan siete años congelados, y, entre otras reivindicaciones, piden una revisión anual del salario según el IPC.
Asimismo, reclaman la creación de dos niveles salariales con un 11% y un 4% de incremento, así como una bonificación de 24 meses de antigüedad a todos los trabajadores del colectivo y la homogeneización del plus de transporte y la comisión de venta a bordo en todas las categorías de TCP.
Esto convierte a los tripulantes de cabina de Iberia Express en los últimos en unirse a las quejas del personal de las aerolíneas por el deterioro de las condiciones de trabajo provocado por el auge de los viajes tras el levantamiento de los confinamientos por la Covid-19.
Por su parte, la aerolínea pide al sindicato que recapacite. Alega que ha quedado demostrada "su capacidad de diálogo y su voluntad de ofrecer soluciones en el acuerdo alcanzado con la otra sección sindical, CCOO, y con el que se han adelantado ya mejoras al convenio para hacer frente a la inflación".
Ryanair
La compañía irlandesa ha sido la más afectada por estas convocatorias en lo que va de verano. Los sindicatos USO y Sitcpla fueron los primeros en convocar a entre 1.200 y 1.400 trabajadores para paradas de 24 horas los días 24, 25, 16 y 30 de junio y 1 y 2 de julio en las diez bases en las que opera Ryanair.
Estas jornadas coincidían con el principio de la operación salida de verano y pretendían lograr que Ryanair regresara a la mesa de negociación del primer convenio colectivo de la empresa en España. El grupo irlandés había abandonado el diálogo el pasado mayo.
Esta primera serie de huelgas se saldó con 215 vuelos cancelados y 1.255 retrasos. A pesar de ello, no lograron que Ryanair accediera a las reivindicaciones de los trabajadores, que pedían la aplicación de los mínimos estatutarios de la legislación española en materia laboral y sindical.
Esto se traduciría, según los sindicatos, en la aplicación de los derechos laborales básicos, que no pueden suponer objeto de negociación, tales como 22 días laborables de vacaciones anuales, 14 festivos legalmente establecidos, cumplimiento de la ley de PRL y concesión de los derechos de guarda legal, concreción y reducción de jornada.
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Asimismo, añadían el abono de los niveles salariales previos a pandemia, el fin de la contratación de trabajadores a través de cesión ilegal de trabajadores y el respeto al legítimo ejercicio del derecho a huelga por los trabajadores.
La negativa de la empresa irlandesa a aceptar estas reclamaciones llevó a los sindicatos a convocar una segunda serie de huelgas. Concretamente, los paros de 24 horas se llevaron a cabo del 12 al 15 de julio, del 18 al 21 julio y del 25 al 28 de julio en los diez aeropuertos españoles en los que opera Ryanair.
Estos días de huelgas provocaron 104 cancelaciones de vuelos, así como más de 2.720 retrasos. No obstante, el 27 de julio USO y Sitcpla anunciaban una tercera serie de parones, que, desde el 8 de agosto, se sucederán durante 24 horas de lunes a jueves hasta el 7 de enero de 2023.
Los sindicatos añaden a las reclamaciones en materia laboral dos nuevas reivindicaciones. Así, piden que los once trabajadores despedidos durante las convocatorias anteriores sean readmitidos, así como se que paralicen y archiven los expedientes sancionadores abiertos con motivo de los paros de junio y julio.
Por su parte, Ryanair se niega a sentarse a negociar con ellos porque ya cerró un acuerdo con CCOO para la mejora de algunas condiciones laborales como avance en la negociación de un convenio laboral colectivo que cerrarán en 2023.
EasyJet
Por su parte, los tripulantes de cabina de EasyJet siguieron los pasos de sus contrapartes en Ryanair a principios de julio. USO convocó jornadas de huelga el 1, 2, 3, 15, 16, 17, 29, 30 y 31 de julio, con una duración de 24 horas, para los aeropuertos de Barcelona-El Prat, Málaga y Palma de Mallorca.
A estas convocatorias estaban llamados 450 trabajadores de la aerolínea británica en España, y su reivindicación principal era desbloquear la negociación del II Convenio Colectivo.
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La reclamación principal de los TCP era que sus sueldos son muy bajos en comparación con sus colegas de la compañía en otros países de Europa. Concretamente, denunciaban que su salario base era de 950 euros, que son 850 euros menos que el salario base de Francia o Alemania.
Además, el sindicato pedía incluir el pago del complemento de antigüedad; un incremento salarial según el IPC durante la vigencia del convenio; retribución de las horas de formación y abono de los costes de manutención de los tripulantes en los “cursos de refresco” fuera del territorio nacional.
Sin embargo, el 28 de julio sindicatos y empresa llegaron a un acuerdo que satisfacía las demandas de los trabajadores, y que incluía una subida total del salario base del 22%. Por ello, USO procedió a desconvocar las jornadas de huelga de los días 29, 30 y 31. En total, los paros se saldaron con 60 vuelos cancelados y 340 retrasos.
No obstante, la empresa británica sigue sufriendo cancelaciones y retrasos en sus vuelos por la huelga de otro colectivo de trabajadores: los pilotos, que han parado su actividad los días 12, 13 y 14 de agosto y continuarán el 19, 20, 21, 27, 28 y 29 de este mes. El sindicato pide que las condiciones de los pilotos vuelvan a ser las que eran antes de la pandemia de Covid-19.
Vueling
De otro lado, Vueling registró algunas tensiones a principio de agosto con el sindicato principal de sus TCP, Stavla, por la firma de un acuerdo que habría subido los sueldos un 6,5%. Este incremento correspondía con el aumento del IPC en 2021.
No obstante, dado que el acuerdo sí se firmó con el sindicato CCOO, la compañía ha considerado su contenido vinculante. De hecho, Stavla había convocado una huelga que finalmente no se materializó, puesto que la empresa acabó por firmar el acuerdo, reivindicación principal de la convocatoria.
'Low cost'
Estas huelgas son especialmente relevantes por la importancia del sector low cost en el transporte aéreo español. Según datos de Aena, el 61% de los pasajeros (63,9 millones) que ha viajado en avión en el primer semestre de 2022 en los aeropuertos españoles lo hizo con una compañía de bajo coste.
Concretamente, Ryanair lideraba la lista de empresas con un 22,3% de cuota total de mercado, seguida por Vueling (15,7%). EasyJet, en cuarta posición, tenía una cuota de mercado de 5,7%, mientras que Iberia Express era el sexto con un 4,3%.
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Esta importancia de las aerolíneas de bajo coste se da en el contexto del auge de los viajes derivado del fin de las limitaciones impuestas por la pandemia. Aena señala que el número de pasajeros en el primer semestre de 2022 ha aumentado un 272,5% respecto del mismo periodo de 2021. El total fue de 104,9 millones de viajeros.
Además, en el caso concreto de las compañías low cost, el aumento entre enero y junio respecto de 2021 fue de un 405,4%. Todo ello explica el fuerte impacto disruptor que las huelgas de TCP en Ryanair y EasyJet llevan teniendo todo el verano.