Según ha podido confirmar EL ESPAÑOL por distintas fuentes del Consejo de Ministros, "no había constancia" de que la empresa saudí fuera a hacer un movimiento de este tipo. Algo llamativo y que demuestra cómo estamos ante una operación de Estado, destinada a convertir a la operadora oriental en el máximo accionista de una de las grandes empresas de nuestro país. Máxime cuando, tal y como publica este diario, los saudíes llevaban semanas en España cerrando los detalles. 

No hay que olvidar que Telefónica es una empresa considerada estratégica, por lo que cuenta con protección por el escudo antiopas. De hecho, el propio grupo saudí reconoce que necesitará "autorizaciones regulatorias" antes de convertir el total de las acciones. En este momento se ha hecho con un 4,9% directo (para lo que no requiere nada) y con otro 5% a través de instrumentos financieros que le permiten obtener los derechos de voto sobre esos títulos. Sin embargo, para sobrepasar el umbral del 5% requiere ponerse en contacto con el Ejecutivo, al que debe notificar la operación. 

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Desde el Gobierno reclaman cautela, como lo hacen también los accionistas de la operadora que, según fuentes cercanas a la operación, fueron informados minutos antes de que se enviara la notificación a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV).

Desde BBVA (4,87%) y CaixaBank (3,5%) eluden hacer comentarios sobre una operación que permitirá a Stc liderar a medio-largo plazo la estrategia de la compañía. De hecho, las fuentes consultadas por EL ESPAÑOL-Invertia reconocen que en algún momento habrá que hablar de la representación en el consejo, pero que no es el momento de hacerlo. 

La entrada de los saudíes pilla por sorpresa por su procedencia, pero no por la posibilidad de que un operador externo pudiera dar el paso de tomar una posición mayoritaria (o de control) en la compañía que preside José María Álvarez-Pallete. De hecho, en el mercado lleva tiempo especulándose con esta opción... Aunque se apuntaba más a una empresa europea como Deutsche Telekom. 

Fuentes cercanas a algunos accionistas del grupo creen que la llegada de Stc, más allá de la polémica inicial, puede aportar conocimiento y valor al tratarse de un socio industrial con el que además ya existe un amplio historial de colaboración. Una opción, la del socio industrial, de la que también se llevaba tiempo hablando en el mercado de telecomunicaciones en España. 

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Toma de control

De momento, Stc asegura que no tiene intención de tomar el control de Telefónica, como tampoco de cambiar o influir en una posible rotación del cuadro directivo de la operadora. 

Su consejero delegado, Olayan Alwetaid, asegura que la inversión en Telefónica es meramente financiera y a largo plazo y que demuestra "la confianza en el equipo directivo de Telefónica, en su estrategia y en su capacidad para crear valor. Como accionistas a largo plazo, apoyamos a la compañía y estamos comprometidos a desarrollar y fortalecer nuestra relación estratégica". 

Desde Telefónica la respuesta ha llegado por la vía de la CNMV asegurando que "toman nota de la aproximación amistosa de Stc y de su apoyo al equipo directivo, a la estrategia de Telefónica y a su capacidad para crear valor". 

Según ha podido saber este medio, el equipo directivo de Telefónica se enteró casi en tiempo real de la entrada de los saudíes. También que Álvarez-Pallete mantuvo después conversaciones al más alto nivel con Olayan Alwetaid, el CEO de Stc, quien le confirmó su interés en ser aliados y le mostró el respaldo al equipo directivo. 

El economista Javier Santacruz no ve en esta operación un movimiento defensivo por parte de Telefónica para protegerse de operaciones especulativas. De hecho, cree que de este modo la operadora podría "lograr liquidez" y subir en bolsa, algo que vendrá muy bien de cara al próximo Investors Day que José María Álvarez-Pallete llevará a cabo el próximo mes de noviembre.

Escudo antiopa  

Dentro de ese plan estratégico, que será en el que se presente la Telefónica de los próximos 100 años, habrá margen para la Defensa. Un sector en el que en los últimos meses y años la operadora ha ido ganando peso. De hecho, esta área será la que intente aprovechar el Gobierno para buscar fórmulas que le permitan poner trabas a la entrada de los saudíes.

Fuentes cercanas a la operación confían en que el Gobierno opte por la cautela y trate de vetar un movimiento crítico para nuestro país. La clave está en que el escudo antiopas no alcanza a proteger a Telefónica de la compra de Stc. 

Según el decreto que lo articula, el Gobierno no puede intervenir en esta operación, dado que la compra de acciones se queda en el 9,9% y la compañía árabe renuncia a formar parte del consejo de administración, al menos a corto plazo.

Sin embargo, a lo que sí estaría obligada la operadora saudí es a notificar la compra a “la Dirección General de Armamento y Material y a la Dirección General de Comercio Internacional e Inversiones”. Además, debe acompañar dicha notificación “de un documento en el que se comprometa fehacientemente en escritura pública a no utilizar, ejercer ni ceder a terceros sus derechos de voto, ni a formar parte de cualesquiera órganos de administración de la sociedad cotizada”.

En cualquier caso, fuentes cercanas a la operadora reconocen que el escenario de trabajo en este momento es el de esperar a que se aclare la situación, y creen que -como ha dicho la propia Stc - tendrá que esperar a que el Gobierno se pronuncie para culminar la nueva posición.

En cambio, según ha podido saber EL ESPAÑOL-Invertia, la operación sí que tendrá ser autorizada por el Gobierno de Brasil., donde sí existe este requisito previo,

La adquisición no es la primera operación de Stc con Telefónica. De hecho, la compañía ya era miembro del Partners Program de la teleco española desde 2011. Y en febrero ambas acordaron explorar potenciales oportunidades de negocio conjuntas en áreas como B2B & B2C, Servicios Digitales (incluyendo ciberseguridad, cloud, IoT y Big Data).