El aumento de los precios de la energía y los costes salariales por la inflación seguirá siendo un quebradero de cabeza para las operadoras de telecomunicaciones europeas en 2023. Así lo vaticina la agencia de calificación crediticia Fitch Ratings, que calcula que para algunas de estas compañías la factura energética se puede comer hasta el 2% de sus ingresos el próximo ejercicio.
"El efecto de la inflación en los costes salariales y energéticos tendrá un mayor impacto en 2023 que en 2022", asegura la agencia en su informe 'Perspectivas para el sector de las telecomunicaciones 2023'. Fitch achaca este peor escenario a que este año una cantidad "significativa" de operadoras contaba con contratos que incluían coberturas a precios más bajos de lo que se registran actualmente en el mercado.
Sin embargo, de cara a 2023, la firma calcula que solo unos pocos operadores continuarán beneficiándose de este tipo de contratos, mientras que la gran mayoría tendrán que firmar nuevos acuerdos con sus proveedores energéticos con precios variables o con coberturas más elevadas.
No obstante, matiza que este impacto variará en función del operador y el mercado y se verá influenciado también por las medidas que adopten los distintos gobiernos nacionales para apoyar a las empresas de su país a la hora de hacer frente a la subida de la inflación y de sus costes energéticos.
En este contexto, la agencia de calificación crediticia calcula que el coste de la energía el próximo año representará de media entre el 0,5% y el 2% de los ingresos en función del operador.
Medidas compensatorias
No obstante, Fitch apunta que es muy probable que gran parte del impacto negativo que tendrá la subida de la energía en las cuentas de las operadoras durante el próximo año se verá compensado por el crecimiento de los ingresos en otros segmentos de negocio, así como por distintas oportunidades de reducción de costes.
Entre las tendencias subyacentes que permitirán a las operadoras mitigar ese impacto, la agencia menciona los programas de simplificación y reducción de costes que ya han empezado a implementar las compañías o unos menores costes del espectro derivados de los resultados de las últimas subastas de las bandas de frecuencias habilitadas para el 5G.
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También contribuirá positivamente el aumento del ingreso medio por usuario (ARPU) como consecuencia de las subidas de precios, las ofertas de 'más por más' (más servicios a cambio de un mayor coste) o la migración de los clientes del cable a la fibra. A ello, se sumará la normalización de la facturación por roaming que se vio fuertemente impactada por la pandemia de la Covid-19.
No obstante, advierte de que la capacidad de subir precios y mitigar con ella la subida de la inflación será muy diferente dependiendo de la compañía y el mercado en el que opere. Así, señala que en aquellos países donde existe una mayor competencia de operadores de bajo coste, como es el caso de Italia, un incremento de las tarifas será menos probable y su impacto, por tanto, más limitado.
Un escenario muy diferente al que registrarán las empresas de torres de telecomunicaciones o las operadoras de Reino Unido, que liderarán el crecimiento de los ingresos en el sector europeo gracias a que muchas de sus tarifas sí están vinculadas a la evolución del Índice de Precios al Consumo (IPC).
Fitch también prevé que las operadoras se beneficien del buen comportamiento de sus negocios distintos a la conectividad para el segmento empresarial, como los vinculados a la nube, la ciberseguridad o los servicios digitales. Además, se reducirá el impacto negativo "desproporcionado" que estaba teniendo la pérdida de clientes en los servicios tradicionales de las operadoras, como la voz fija.
Más ingresos
Las previsiones de Fitch anticipan un incremento del 1% de los ingresos de las operadoras de telecomunicaciones europeas en 2023, lo que supone tres décimas más que la subida del 0,7% que estima la agencia que registrará de media el sector este año 2022.
En cuanto al resultado bruto de explotación (Ebitda), cree que los menores costes del espectro 5G y las tendencias operativas ya mencionadas van a ayudar a minimizar el impacto que una inflación disparada está generando en los costes salariales y energéticos, así como las posibles presiones macroeconómicas.
En cuanto al flujo de caja libre (FCF), Fitch espera que en 2023 se mantenga estable o aumente levemente a pesar de las presiones inflacionarias y macroeconómicas debido también al menor gasto en espectro y al crecimiento de los ingresos.
Por el contrario, los altos niveles de inversión que serán necesarios para mantener el ritmo de despliegue de redes de fibra y 5G impedirán que la generación de caja sea mayor, limitando así posibles mejoras orgánicas de los perfiles financieros de las operadoras europeas.
De todas sus áreas de actividad, Fitch cree que, de mantenerse la debilidad de la situación económica, se podría producir una disminución de los ingresos de su negocio de empresas en la segunda mitad de 2023. En caso de que este impacto sea significativo, la agencia considera que las compañías optarán por reducir sus inversiones y restringir el aumento de sus dividendos para compensarlo.