La financiación de las redes de telecomunicaciones ha abierto una brecha en la relación entre grandes tecnológicas y operadoras. La campaña llevada a cabo en los últimos meses por las 'telcos' europeas para lograr que las 'Big Tech' contribuyan a financiar el despliegue y el mantenimiento de las redes se ha encontrado en las últimas semanas con una clara oposición de compañías como Google.
Cuando algo funciona, lo mejor es dejarlo como está. De esta manera, se podría resumir el principal argumento con el que las compañías tecnológicas reivindican la vigencia del modelo de colaboración que mantienen desde hace años con las operadoras. Un modelo que, además, aseguran es beneficioso para ambas partes.
De hecho, en Google no ocultan su descontento con el hecho de que, a la hora de hablar del impacto que tiene la actividad de las grandes compañías tecnológicas en el tráfico que circula por las redes, solo se mencionan los costes que éste genera y no los ingresos que obtienen gracias a sus servicios y contenidos.
Fuentes de la compañía critican en declaraciones a EL ESPAÑOL-Invertia que las operadoras solo tienen en cuenta "la mitad de la ecuación", al hablar solo de los costes y no de los ingresos cuando han abierto el debate acerca de la necesidad de establecer una "contribución justa" de todos los actores del ecosistema de Internet al desarrollo de las redes.
En este contexto, recuerdan a las compañías de telecomunicaciones que cuando un cliente contrata un servicio de 4G, 5G o fibra óptica lo hace para disfrutar de la gran cantidad de servicios y contenidos que circulan por Internet y no solo únicamente por el mero hecho de disfrutar de conectividad.
"Nadie paga por mirar las luces intermitentes del router. La gente contrata un servicio de banda ancha para acceder a Netflix, a blogs o a Youtube", inciden las fuentes, quienes insisten en que sin los servicios o las aplicaciones de las 'Big Tech' que demanda los usuarios, "nadie contrataría ni el 5G ni la fibra hasta el hogar".
En este sentido, en Google insisten en que ambas partes mantienen desde hace años una relación de "beneficio mutuo", ya que las operadoras necesitan del contenido y de las aplicaciones que desarrollan las Big Tech para vender su conectividad y las grandes tecnológicas requieren de las redes que desplieguen las operadoras para distribuir sus productos y servicios.
Inversión en infraestructuras
Sin embargo, los ingresos y los beneficios que perciben las 'telecos' gracias al contenido que desarrollan las empresas tecnológicas no es el único argumento que, en opinión de Google, desmonta la visión de las empresas de telecomunicaciones sobre la necesidad de cambiar el modelo de financiación de las redes.
Así, las fuentes remarcan que el hecho de que no participen en el despliegue de las redes de las operadoras no quiere decir que los gigantes digitales no inviertan en el desarrollo de infraestructuras de telecomunicaciones tanto en Europa como el resto del mundo.
A este respecto, subrayan que todos los actores y los proveedores de contenidos del ecosistema de Internet realizan desde hace años "significativas inversiones" para garantizar que el actual modelo de conectividad funciona correctamente y permite que el acceso de los usuarios a Internet sea "resistente y fiable".
En concreto, detallan que el pasado año Google invirtió 24.000 millones de euros en el desarrollo de infraestructuras de telecomunicaciones en todo el mundo, Además, agregan que, en conjunto, los proveedores de contenidos han destinado a este fin alrededor de 883.000 millones de dólares (unos 893.000 millones de euros) durante los últimos diez años.
Tráfico vs. coste
Este último dato viene recogido en un reciente informe publicado por la consultora Analysis Mason, que concluye también que la evolución que ha registrado la base de costes de los operadores en los últimos años no está relacionada con el incremento del tráfico de Internet.
Por ejemplo, el informe apunta que entre los años 2018 y 2022 los costes que registraron los proveedores de servicios de Internet relacionados con las redes solo se incrementaron un 3%, mientras que el tráfico que circula por las mismas se disparó un 160% en el mismo periodo. "Esto muestra que las operadoras pueden gestionar el crecimiento significativo del tráfico con un modesto incremento de costes", concluye Analysis Mason.
Asimismo, desde Google inciden en que los operadores tienen el mismo nivel de costes independientemente de haya mucho o ningún tráfico en sus redes y recuerdan que son los consumidores los que deciden qué contenido quieren ver o a qué aplicaciones quieren conectarse.