Indra ha participado esta semana en el Spanish Small Satellite International Forum (SSSIF), que se ha celebrado en Málaga y donde ha presentado dos grandes proyectos.
Por un lado, la compañía está trabajando en el desarrollo de los 240 satélites que formarán parte de la constelación Startical, que dará servicios de gestión de tráfico aéreo globales.
Y por otra, ha entrado en el accionariado de la empresa Sateliot, que desplegará una constelación de cien satélites para facilitar que los millones de objetos que se conectarán en los próximos años al internet de las cosas cuenten con cobertura 5G en cualquier lugar del planeta.
Un área de negocio en la que se están abriendo muchas oportunidades. El espacio crece en este momento a tasas del 10% y mueve 340.000 millones al año, explica Indra en un comunicado.
Pero para coger este tren, la industria española debe abordar un proceso de transformación e industrialización. El director de Sistemas de Defensa y Espacio, Domingo Castro, subrayó que nuestras empresas “cuentan con una capacidad tecnológica de máximo nivel, pero no están preparadas para suministrar satélites y sensores de forma sostenida y recurrente como se requiere ahora”.
El lanzamiento de megaconstelaciones exigirá la entrega de varios satélites cada semana, un ritmo impensable hasta hace muy poco. Son satélites que se renuevan además cada tres o cinco años, lo que asegura una demanda estable.
Para Castro “este reto coincide en el tiempo con la disponibilidad de unos Fondos NextGen cuyo fin último se enmarca precisamente en los procesos transformadores tecnológicos y sostenibles”.
Además de la fabricación de sistemas, la compañía ha identificado en los últimos meses diferentes desafíos tecnológicos que plantea el diseño, fabricación, lanzamiento y operación de grandes constelaciones y ha retado a startups y emprendedores a dar con soluciones innovadores que permitan resolverlos.
Durante el congreso, la directora de New Space de Indra, Inmaculada Serrano, dio a conocer los ganadores de los seis desafíos tecnológicos lanzados por la compañía, que se llevaron la empresa Allen Space y la Universidad Politécnica de Cataluña.
Tráfico de satélites
Además, la compañía ha desarrollado un de radar de vigilancia espacial que detecta objetos hasta 2.000 kilómetros de la Tierra. Un proyecto que va en línea con la necesidad de la UE de desarrollar un sistema que gestione el tráfico de satélites y permita detectar cada objeto y activo en órbita.
Un sistema de estas características protegería los satélites del posible impacto con resto que vuelan sin control -la conocida como basura espacial-. También evitaría colisiones accidentales que se puedan producir en un entorno cada vez más congestionado con el lanzamiento de constelaciones. Y por último permitirá detectar cualquier intento de atacar a satélites o interrumpir el servicio que prestan.