Indra ha logrado cerrar 2021 con un beneficio neto de 143 millones de euros, frente las pérdidas de 65 millones de euros registradas en 2020, así como superar ampliamente los objetivos que la empresa de consultoría y tecnología se había fijado para el conjunto del ejercicio y que ya habían sido revisados al alza en dos ocasiones.
De hecho, la compañía, en la que ayer anunció el Gobierno su intención de elevar su participación hasta el 28% del capital social de la compañía, ha concluido 2021 con niveles máximos históricos en cartera, ingresos y flujo de caja de libre.
En concreto, los ingresos de Indra alcanzaron los 3.390 millones de euros, lo que supone un 12,7% más en moneda local y un 11,4% más en términos reportados que en 2020. Estos resultados son además mejores que los obtenidos antes de la pandemia, ya que la facturación subió en un 11% en moneda local y en un 6% en reportado en comparación con los datos de 2019.
Por su parte, la cartera de pedidos creció un 5,2% en términos moneda local y un 4,4% en términos reportados, hasta los 5.459 millones de euros. En concreto, la cartera de la división de Transporte y Defensa aumentó un 6% frente a 2020, mientras que la de Minsait subió un 1% en términos reportados y un 3% en moneda local.
"Los resultados de 2021 han sido excelentes y pueden ser considerados históricos", han afirmado Cristina Ruiz e Ignacio Mataix, consejeros delegados de Indra, quienes han puesto en valor que estas cifras se han logrado en un entorno de pandemia "que no ha sido completamente superado aún".
En este sentido, han remarcado que durante el ejercicio 2021 han revisado al alza los objetivos anuales en dos ocasiones, para luego acabar superándolos "con holgura". De cara a 2022, han señalado que prevén "una gran demanda" para todos sus negocios, sustentada en la recuperación económica esperada en las principales geografías donde opera.