El desarrollo del 5G en Estados Unidos mantiene abierto un frente de batalla entre las principales operadoras de telecomunicaciones y compañías aéreas del país por el impacto que el despliegue de las nuevas frecuencias de la quinta generación de telefonía móvil puede tener en algunos sistemas de seguridad instalados en los aviones.
Un conflicto entre dos sectores económicos que también ha dado el salto a la política, con cruces de declaraciones y cartas en los últimos días entre Pete Buttigieg, secretario de Estado de Transportes de Estados Unidos, y Brendan Carr, uno de los directivos de la Comisión Federal de Comunicaciones (FCC, por sus siglas en inglés), una agencia estatal independiente.
Este 5 de enero era una fecha clave en el calendario dentro de esta particular guerra por el uso del espectro radioeléctrico estadounidense, ya que era el día en la que las operadoras de telecomunicaciones tenían previsto comenzar a utilizar las frecuencias adjudicadas en la banda de 3,7 y 3,98 GHz, conocida como la C-Band, para el 5G.
Sin embargo, a pocas horas del lanzamiento de sus servicios de la nueva tecnología móvil en estas frecuencias, AT&T y Verizon han aceptado retrasar dos semanas más su puesta en marcha, hasta el 19 de enero. Se trata del segundo aplazamiento del uso de la C-Band para el 5G, que inicialmente estaba programado para el 5 de diciembre.
El objetivo es que ambas partes puedan llegar a un acuerdo satisfactorio sobre el uso del espectro que permita a Estados Unidos mantener una posición de liderazgo en el desarrollo del 5G, al mismo tiempo que se garantizan todas las condiciones de seguridad en la navegación aérea.
Conflicto prolongado en el tiempo
Las discrepancias entre operadoras de telecomunicaciones y aerolíneas por el uso de estas bandas para el 5G no es algo nuevo, ya que comenzaron en el mismo momento en el que se anunció el uso de este parte del espectro para los servicios de la nueva tecnología móvil.
La Administración Federal de Aviación (FAA, por sus siglas en inglés) ya advirtió en el momento en el que se convocó la subasta de este espectro a finales de 2020 que el uso de estas frecuencias para el 5G podría interferir en los altímetros instalados en miles de aviones, que son los sistemas encargados de medir la altitud de la aeronave sobre el terreno.
Entonces ya solicitaron un retraso de la subasta, dado el potencial alcance y la complejidad de este asunto, con el fin de poder realizar un "análisis exhaustivo" de los riesgos de seguridad y trabajar con la FCC y los actores del sector para identificar medidas que pudieran mitigar estas interferencias.
Sin embargo, la subasta se llevó a cabo y Verizon y AT&T fueron las operadoras que se hicieron con más cantidad espectro en esta banda en este proceso, con una inversión de 45.000 y 23.000 millones de dólares (39.851 y 23.369 millones de euros al tipo de cambio actual), respectivamente.
En busca de un acuerdo
A lo largo de este año ambas partes han mantenido distintas reuniones para alcanzar una postura común. Sin embargo, a medida que se acercaba la fecha de lanzamiento y ante la falta de entendimiento, la batalla entre el sector aéreo y el de las telecomunicaciones se ha intensificado.
El pasado 31 de diciembre Pete Buttigieg escribió una carta a los directivos de Verizon y AT&T con una nueva propuesta. En ella, solicita "no más de dos semanas" adicionales de margen para abordar detalles técnicos y definir las medidas mitigadoras que fueran necesarias.
Sin embargo, también incide en que esta nueva propuesta, que minimiza y distribuye la carga económica y operativa a corto plazo mientras se implementan soluciones permanentes, seguirá implicando "importantes interrupciones" en las operaciones de aviación en el país.
Al día siguiente, el 1 de enero, el comisario de la FCC Brendan Starr, del Partido Republicano, calificó en otra carta de "muy irregular" esta petición sobre un proceso sobre el que ya se tomó una decisión hace 660 días. "Su solicitud de retraso no está respalda ni por la ciencia, la ingeniería ni la ley", critica duramente.
Además, recalca que los problemas de interferencias ya se han abordado y se han tomado numerosas medidas para evitar que existan. Además, recuerda que este espectro ya se usa para el 5G en 40 países sin ningún tipo de problema.
En un primer momento, tanto Verizon como AT&T rechazaron la petición de la FAA y el secretario de Estado de Transporte, pero finalmente han aceptado este nuevo retraso de dos semanas en aras de un alcanzar un entendimiento.
Dos semanas para el acuerdo
En este periodo, el sector aéreo tendrá que decidir si acepta la última propuesta de las operadoras, que se comprometen a implementar una serie de medidas para mitigar el impacto del inicio de los servicios de 5G en esta banda, similares a las que ya se usan en otros países europeos.
En concreto, proponen que durante seis meses se establezcan "amplias zonas de exclusión" alrededor de las pistas de aterrizaje de alrededor de los 50 aeropuertos más importantes del país, una medida que ya se ha aplicado, por ejemplo, en Francia.
La FAA ya ha agradecido su disposición a Verizon y AT&T y confía en que este tiempo adicional sirva para reducir el impacto del despliegue del 5G en la aviación. "Aunque los estándares estadounidenses son únicos, creemos que esto podría reducir sustancialmente las disrupciones en las operaciones aéreas", afirma.
En sus respectivos comunicados, todas las partes aseguran que el 5G y una aviación segura pueden coexistir en Estados Unidos como ocurre en otros países y confían en poder resolver sus diferencias. En dos semanas, se verá si realmente es posible ese acuerdo y el uso de la C-Band se convierte finalmente en una realidad.