La reunión extraordinaria de ministros de Energía de la UE que debía aprobar nuevas medidas para amortiguar la crisis energética ha concluido en fracaso total. Un amplio grupo de países liderados por España, Italia y Polonia han frenado la aprobación de los dos reglamentos en discusión (el que tiene como objetivo facilitar las compras conjuntas de gas y la solidaridad entre Estados miembros y el que pretende acelerar los permisos para parques de renovables) en protesta por el "inaplicable" tope al precio del gas propuesto por la Comisión de Ursula von der Leyen.
Los ministros de Energía están de acuerdo en líneas generales con el contenido de los dos reglamentos en cuestión (permisos y compras conjuntas), pero aún así han decidido retrasar su adopción final a una próxima reunión extraordinaria (la quinta desde el verano), que se celebrará probablemente el 13 de diciembre. Y supeditarla a un acuerdo político sobre el denominado 'mecanismo de corrección del mercado', según han informado fuentes diplomáticas.
Como parte de este mecanismo, Bruselas ha propuesto fijar el precio máximo al gas importado en 275 euros por megavatio hora (MWh). Un límite que es tan elevado y contempla tantas salvaguardas que parece diseñado para no activarse nunca. Ni siquiera habría servido para los precios extremos que se registraron durante el pasado agosto.
Este planteamiento de la Comisión ha enfurecido a los Gobiernos de la UE: tanto a los que están a favor del tope al gas como España, Italia y Polonia; como a los que lo rechazan, como Alemania y Holanda. Todos coinciden en que este plan tendrá el efecto contrario al pretendido: empujar los precios todavía más al alza.
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En todo caso, el tope al precio del gas no estaba en la agenda para aprobación este jueves, sino que había vuelto a aplazarse sine die. La Comisión Europea presentó con tanto retraso su propuesta que los Gobiernos ni siquiera han tenido tiempo de discutir los detalles técnicos.
En la reunión de ministros de Energía de este jueves, la presidencia checa de la UE pretendía alcanzar un acuerdo sobre otros dos reglamentos de emergencia. El primero tiene como objetivo impulsar las compras conjuntas de gas y establecer un mecanismo obligatorio de solidaridad entre los Estados miembros. El segundo se centra en acelerar los permisos para las renovables.
Sin embargo, España y sus aliados se han rebelado contra esta estrategia (apoyada también por Alemania, Holanda y el equipo de Von der Leyen) y han bloqueado la aprobación de los reglamentos sobre compras conjuntas y permisos. Y eso pese a que el Gobierno de Pedro Sánchez es el que propuso por primera vez las compras conjuntas hace ya un año, siguiendo el ejemplo de las vacunas contra la Covid-19, para reforzar el poder de negociación de la UE y bajar así los precios.
La vicepresidenta tercera, Teresa Ribera, alega que las tres normas no pueden desgajarse, sino que forman un paquete que debe aprobarse a la vez. "Sería enormemente desequilibrado respaldar políticamente y adoptar hoy las propuestas del Consejo sobre cómo acelerar el despliegue de renovables y cómo reforzar la solidaridad para con quien lo necesita y, sin embargo, dejar en el vacío una propuesta de la Comisión que, a todas luces, nos parece absolutamente inaplicable", ha dicho.
"El tope al gas que hay en el documento (de la Comisión) no satisface a ningún país. Para nosotros es una broma", ha señalado la ministra de Energía de Polonia, Anna Moskwa. "Necesitamos un tope al gas. La cuestión de los permisos para las renovables y la solidaridad es muy importante, pero no para ahora. En Polonia ya estamos a 10 grados bajo cero, así que tenemos que discutir sobre el tope al gas ya", ha reclamado.
"Hay que examinar conjuntamente la propuesta de la Comisión sobre el tope al gas y el acuerdo sobre los otros temas de solidaridad y transparencia, todo en un único paquete", coincide el ministro italiano de Transición Ecológica, Gilberto Pichetto Fratin. También su homóloga belga, Tinne Van der Straeten, ha reclamado "una propuesta equilibrada sobre todos los temas, incluyendo el mecanismo de corrección del mercado".
En el bando contrario, también Holanda rechaza el plan del Ejecutivo comunitario, aunque por razones distintas. "La propuesta que está sobre la mesa sobre el mecanismo de corrección del mercado es deficiente. Existe un gran riesgo de que dañe la seguridad de suministro energético y también la estabilidad de los mercados financieros. Yo también soy muy crítico con esta propuesta, pero desde un punto de vista diferente al de mis colegas", ha dicho el ministro de Energía holandés, Rob Jetten.
Al único país al que le gusta el tope al gas de Von der Leyen es al suyo de origen, Alemania. "La propuesta de la Comisión ya es una especie de compromiso. Y las salvaguardas que fueron pactadas por el Consejo Europeo están incluidas. Debe haber algunos cambios menores, pero en líneas generales va en la buena dirección", ha dicho el secretario de Estado de Economía, Sven Gieogold.