Sánchez acepta una solución más lenta y costosa para llevar gas a Francia bajo el agua
El hidroducto, denominado BarMar, irá de Barcelona a Marsella y permitirá a Macron ahorrarse los 3.000 millones que costaría su parte del MidCat.
21 octubre, 2022 02:17España y Francia han enterrado el hacha de guerra que las interconexiones de gas habían generado entre ambas naciones. Después de semanas de tira y afloja, Pedro Sánchez, Emmanuel Macron y António Costa (que, por Portugal, también ha formado parte del diálogo) han decidido descartar el gasoducto que se había planteado a través de los Pirineos, el MidCat.
Han acordado que un nuevo proyecto, el BarMar, le sustituya. Se trata de un gasoducto (o hidroducto) submarino que unirá Barcelona y Marsella por el lecho del mar Mediterráneo. Una solución que, con todo, tiene su coste: el precio de la infraestructura será mayor y su construcción llevará más años.
Desde el Gobierno insisten en denominar la futura tubería como hidroducto porque su finalidad principal será la de transportar hidrógeno verde, aunque inicialmente será para gas natural. De este modo, además, se consigue que tenga la etiqueta verde y que forme parte de los planes de descarbonización de la economía europea.
Con este proyecto Francia se ahorrará los 3.000 millones de euros que hubiese tenido que aportar para poner en funcionamiento el MidCat, unos fondos que hubiesen sido necesarios para mejorar su red de gas y así poder transportar el combustible que llegaría desde España.
Ahora no es así. El hidroducto submarino que llegará a Marsella se conectará, directamente, con la red de gas francesa. No serán necesarias infraestructuras adicionales, como sí hubiese ocurrido en el caso del MidCat.
Pero BarMar no saldrá gratis. A todas luces, este proyecto será más caro que lo que restaba del MidCat, dados los costes adicionales que supondrá una tubería de esas características por debajo del mar Mediterráneo en vez de en tierra firme.
Además, está la cuestión de los plazos. Este mismo septiembre, la vicepresidenta tercera y ministra de Transición Ecológica y del Reto Demográfico, Teresa Ribera, afirmó que el ya descartado MidCat podría estar activo en el plazo de un año.
Sin embargo, según han confirmado fuentes gubernamentales a EL ESPAÑOL-Invertia, la nueva tubería entre Barcelona y Marsella tardará entre cuatro y cinco años en ponerse en marcha.
Alternativa viable
El hidroducto tendrá 360 kilómetros de trazado. A falta de conocer el coste definitivo, estás mismas fuentes aseguran que no tiene por qué ser más caro que el MidCat.
"Existen ya estudios preliminares realizados por Enagás que demuestran que es una alternativa viable. La planteó el Gobierno español y Francia la ha aceptado. Además de esquivar los Pirineos, que para Francia eran un problema por las protestas allí, se conecta más fácilmente con la red de tuberías de Francia en Marsella", añaden las mismas fuentes.
Se han mirado otras alternativas, a través del Atlántico por ejemplo, que se descartaron. El Gobierno sostiene que será un hidroducto que durante el periodo inicial podrá llevar algo de gas. Los franceses afirman que este proyecto les parece mejor que el MidCat porque es sobre todo para hidrógeno verde.
Los tres países quieren incluirlo en la lista de proyectos de interés común europeo para tener financiación de la Unión Europea. La Comisión Europea está informada al respecto y lo ve con buenos ojos.
Este mismo jueves, la secretaria de Estado de Energía, Sara Aagesen, defendió que Europa debe participar en la financiación del nuevo corredor de energía verde. Durante su comparecencia en el Congreso de los Diputados para presentar los Presupuestos Generales del Estado para 2023, Aagesen consideró que el acuerdo entre España, Francia y Portugal es "para celebrar", ya que el BarMar es una infraestructura "esencial y fundamental".
Recordó que el programa RePower EU puede servir para subvencionar este tipo de instalaciones, por lo que habrá que "hablar con Europa a ver de qué manera se financia".
La industria también celebra el futuro hidroducto, que permitirá abastecer de gas (en un principio) e hidrógeno verde español y luso al centro de Europa.
"Con este acuerdo se transmite un componente muy fuerte de solidaridad y este es un mensaje que hoy necesita Europa sobre todo lo demás,", afirmó Arturo Gonzalo Aizpiri, consejero delegado de Enagás, en su participación en unas jornadas sobre sostenibilidad de Redeia (REE).
"Es una propuesta muy sólida técnicamente y que minimiza el impacto medioambiental y social. A la espera que conozcamos los detalles, es una magnífica noticia para España y para Europa".
Un futuro para el hidrógeno
El consejero delegado de Cepsa, Maarten Wetselsaar, ha asegurado que el acuerdo alcanzado es una "buena noticia" para Europa, puesto que "desbloquea el potencial de España para exportar hidrógeno renovable". La compañía está colaborando con el Puerto de Róterdam para la puesta en marcha del primer corredor de hidrógeno verde entre el sur y el norte de Europa.
Aunque tanto el Gobierno español como el francés podrían tratar de apuntarse el tanto de haberse decidido por una opción más ecológica que el MidCat, la realidad es que esta nueva infraestructura tampoco cuenta con el respaldo de las organizaciones en defensa de la naturaleza.
"Es un greenwashing, es el mismo proyecto que el MidCat pero con cambio de nombre. La única razón por la que se lo llevan al mar es para evitar la oposición ciudadana", explica a este periódico José Luis García Ortega, responsable de la campaña de Energía y Clima de Greenpeace España.
"Nos parece una aberración porque es expandir la red de gas fósil bajo el nombre del hidrógeno verde, que es un futurible, cuando estamos en una emergencia climática sin precedentes. Y, además, habrá que evaluar los impactos ambientales bajo el mar".
Sin embargo, reconoce que "la parte positiva de esta decisión es que se ha demostrado que la oposición ambiental y las movilizaciones ciudades han tenido su efecto, y volveremos a demostrarlo con este nuevo proyecto".
Gasoducto con Italia
Con este cambio de timón, ahora queda en el aire si es necesario el gasoducto que se había proyectado para unir Barcelona con Livorno, en Italia. Según el Plan Estratégico 2022-2026 de Enagás, presentado el pasado mes de julio, la interconexión con Francia no anularía otra con Italia.
Este plan inversor ponía el foco en España para garantizar la seguridad de suministro de gas de Europa con tres posibles proyectos: el gasoducto submarino entre España e Italia, la tercera conexión con Francia por los Pirineos y una tercera conexión con Portugal.
El pasado mes de mayo ya se anunció este proyecto en Italia, entre la empresa encargada del transporte de gas italiano, Snam, y el homólogo español, Enagás. La Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) también avaló el proyecto.
El gasoducto conectaría el complejo gasista que posee Enagás en Barcelona (el mismo que se enlazará con Marsella) con Livorno, una población italiana que está a unos 800 kilómetros en línea recta por el mar. Un plan que supondría unas inversiones entre 2.500 millones de euros y 3.000 millones, con una capacidad media de entre 10.000 y 15.000 metros cúbicos al año (entre 10 y 15 bcm) de envío de gas, y que no estaría finalizada hasta 2028, según el operador del sistema gasista español.
Otros acuerdos
También en la reunión a tres que mantuvieron ayer el presidente del Gobierno, el primer ministro portugués y el presidente francés se decidió terminar otra interconexión de gas, denominada CelZa, entre la localidad de Celorico da Beira, en Portugal, y Zamora, en el centro de España.
Además, España y Francia intentarán completar una nueva conexión eléctrica a través del golfo de Vizcaya, mientras trabajan para identificar proyectos similares, como la posibilidad de tender también un cable al lado de la nueva tubería a Marsella.
Sánchez, Macron y Costa se volverán a reunir el 9 de diciembre para determinar los detalles de financiación del proyecto BarMar. El gobierno español había sugerido previamente que cualquier nueva conexión con Francia requeriría fondos de la UE debido a su dimensión transfronteriza.