La industria renovable advierte de las consecuencias de ponerle un límite a su retribución de 180 euros/MWh. Especialmente renovables que están a punto de despegar o que necesitan un alto nivel de financiación. El tope a su precio es parte del plan de medidas de emergencia aprobadas el viernes cuyo objetivo es rebajar el precio de la luz.
En España ese límite está en 67 euros/MWh desde hace un año, y visto el interés que fondos de inversión y desarrolladores españoles y extranjeros siguen teniendo en nuestro país, no parece que tenga ningún efecto disuasorio.
"El tope a los ingresos de las renovables puede ser un problema para algunas tecnologías existentes, especialmente la antigua fotovoltaica (la que se instaló antes de 2013), que tenía unos costes muy altos de CAPEX, o la termosolar", explican fuentes del sector renovable a EL ESPAÑOL-Invertia. Pero también, "a la eólica marina por la necesidad de altas inversiones iniciales".
"Pero esas tecnologías tienen primas que se podrán mantener hasta cumplir sus 25 años, la normativa europea no las toca", puntualizan. En 2012 se suprimió este sistema de fomento de proyectos renovables en España, pero las que están incluidas (conocido como el RECORE) tienen una retribución de entre 350 y 400 euros/MWh para la fotovoltaica y unos 300 euros/MWh para la termosolar. "Muy por encima de los 180 euros/MWh", añaden.
Así lo han dicho inversores en renovables y WindEurope, la industria eólica europea. Los planes energéticos de la UE para responder a la actual crisis por el alza de los precios de la energía podrían poner en riesgo muchas inversiones en renovables y dirigirlas de Europa a Estados Unidos.
Conjunción maléfica
El problema no lo tienen para estas tecnologías antiguas, sino para fomentar la inversión en proyectos nuevos. "Hay una conjunción casi maléfica en estos momentos como para preocuparse por las nuevas medidas de emergencia, que para los inversores son una intervención política de los mercados", continúan las mismas fuentes.
"En los últimos meses no solo estamos viendo cómo suben los precios energéticos, sino que además se han disparado las materias primas, ha habido retrasos y encarecimiento del transporte internacional, problemas con determinados componente tecnológicos y también un 20-30% de subida del precio de la mano de obra". "En estos momentos de incertidumbre, los inversores preferirían financiar en un mercado más alto para estar cubiertos", aseguran.
Eólica marina
Y de todas las tecnologías, la que más financiación necesita es la floreciente eólica marina, que además está preparándose para dar el salto a la marina flotante. "En el offshore tienes que invertir miles de millones antes de comenzar a construir el parque, y con los tipos de interés subiendo, todo se encarece", advierten.
Al final, ese conjunto de factores pone piedras en el camino al desarrollo renovable en el continente y "el intervencionismo político no ayuda", señalan.
La eólica marina flotante está pidiendo pista en España. Su punto de partida está frente a las costas del archipiélago canario, pero el foco también está en Andalucía y Galicia y, en menor medida, en la costa mediterránea.
Y se nota porque grandes petroleras, promotores renovables, fabricantes y tecnológicas de toda Europa y la propia industria eólica española se están preparando para el pistoletazo de salida: la subasta marina que se espera que se convoque a principios de 2023.
Por el momento, en toda España las solicitudes de reservas de zonas para el desarrollo offshore suman una potencia total de 13.000 MW, a la espera de que el Gobierno y las comunidades delimiten los planes de ordenación del espacio marítimo (POEM). Y solo en Canarias, los proyectos offshore anunciados suman más de 1.160 MW.
La hoja de ruta para el desarrollo de la eólica marina y de las energías del mar en España espera alcanzar en 2030 una capacidad instalada máxima de 3 GW.