La central de As Pontes tendrá que ser revisada y no estará disponible cuando llegue el invierno

El Ministerio para la Transición Ecológica realizó en junio pasado una última consulta a Red Eléctrica (REE), como operador del sistema eléctrico, para ver si sería útil para garantizar el 100 % del suministro este invierno.

Y su respuesta ha sido que sí, pero que solo se necesitan dos de los cuatro grupos (350 MW cada uno) con los que cuenta la central hasta que se cumplan dos hitos. El primero, que se aumente la disponibilidad de la cogeneración. El segundo, que se establezca un mecanismo de respuesta activa de la demanda. Es decir, subastas de interrumpibilidad, cuya puesta en marcha ya se ha anunciado.

Una revisión de meses

"Una vez que se activen esas dos condiciones, ya se podrán cerrar esos dos grupos", explican a EL ESPAÑOL-Invertia fuentes de Endesa. 

Las mismas fuentes explican que mientras se cumplen esos condicionantes "hay que comprar carbón, volver a contratar camiones para su transporte a la central y hacer la puesta a punto o la revisión de los dos grupos para que esté todo en orden".

Además, habrá que volver a recolocar a los trabajadores que estaban ya en otro destino por el proceso de cierre en el que se encontraba la central. Endesa agradece el esfuerzo que va a hacer su plantilla por una decisión que excede las competencias de la compañía. 

¿Y cuánto tardará todo ese proceso? "Dependerá de lo que se encuentre en la revisión, pero sin duda tardará meses, y solo hablamos de un grupo. Después habría que hacer lo mismo con el otro". De ser así, no estarían disponibles ni cuando llegue el invierno.

La cogeneración, a punto de encenderse

Pero también podría ser que antes de que la térmica de carbón estuviera lista, ya se haya cumplido uno de los dos hitos previstos.

"Si el Gobierno aprueba hoy, en Consejo de Ministros, el plan para que podamos compensar el precio del gas, en unas semanas, es muy probable que más del 50% de las plantas que han ido cerrando desde junio pasado vuelvan a encenderse a primeros de octubre. Habrá que ver qué ocurre, estamos hablando de más de 600 industrias y cada una está en diferentes circunstancias", explica a EL ESPAÑOL-Invertia, Javier Rodríguez, director general de ACOGEN, la patronal del sector de la cogeneración.

[La cogeneración alerta de que ya se genera más electricidad con carbón mientras sus industrias caen un 60%]

La cogeneración llevaba meses pidiendo que se les incluyera con las mismas condiciones que los ciclos combinados en la 'excepción ibérica'. Es decir, que el gas que compraran tuviera 'topado' su precio en el mercado eléctrico. 

"Dos de cada tres plantas están paradas y necesitábamos que se nos tratara igual que a los ciclos combinados, que son menos eficientes y que consumen hasta un 30% más de gas", añade Rodríguez. En cuanto se apruebe esa normativa, "se notará en la bajada del precio de la electricidad, al eliminar a los ciclos más caros. Todos salimos ganando".

Subastas de interrumpibilidad

La otra condición es tener subastas de interrumpibilidad. Pero también el Gobierno se ha comprometido con la industria electrointensiva para aprobar un modelo de subastas de interrumpibilidad, como las suspendidas desde hace dos años.

La interrumpibilidad, creada en 2013, era un sistema que permitía a la gran industria percibir incentivos por reducir su consumo si era necesario para garantizar la seguridad de suministro o por razones económicas. Llegaron a ser en los últimos siete años casi 3.000 millones de euros, aunque en las últimas subastas sufrieron ya un importante recorte.

El cierre de As Pontes

El 27 de diciembre de 2019, Endesa solicitó de forma oficial ante el Ministerio de Transición Ecológica el cierre de sus centrales de carbón, incluida As Pontes. En su lugar, propone un plan de desarrollo social y económico en la región con un proceso de Transición Energética Justa y la creación de valor en As Pontes y su entorno.

Este plan tiene como objetivo fundamental la sustitución de los 1.400 MW de carbón de As Pontes por 1.300 MW renovables. También incluirá un plan de desmantelamiento de la central, la instalación de nuevos proyectos industriales en el emplazamiento de la térmica, el impulso logístico a la terminal del puerto de Ferrol y un ambicioso plan de formación para las personas del entorno.

Aunque el Gobierno ya contaba con un informe de REE elaborado en 2020 para autorizar el cierre de los cuatros grupos de la central de carbón, tendrá que esperar, pero puede que no mucho.