La Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) ha lanzado su primer 'sandbox' para controlar la tensión en la red eléctrica de transporte, ante una elevada producción de energías renovables
El organismo ha aprobado una resolución por la que se establecen, a propuesta de Red Eléctrica (REE), las condiciones y requisitos para un proyecto de demostración regulatorio de control de tensión, según ha informado en un comunicado.
Esto permitirá abordar un proyecto de demostración regulatoria para poner en marcha, con carácter zonal y temporal, un mecanismo de mercado para la provisión de recurso de control de tensión, facilitando la experiencia a la hora de evaluar el impacto que podría tener la implantación definitiva en todo el territorio peninsular del nuevo servicio de control de tensión, así como valorar la introducción en su caso, de posibles mejoras a dicho servicio.
Además, este proyecto permitirá adaptar el diseño del mecanismo vigente al dinamismo creciente del sistema eléctrico en lo que se refiere a una mayor flexibilidad tanto de la generación como de la demanda, autoconsumo y almacenamiento.
Esto redundará tanto en la seguridad del sistema como en la mejora de la calidad del servicio y la reducción de costes y de emisiones de dióxido de carbono (CO2), en los que actualmente se ha de incurrir al resolver los problemas de tensión mediante la programación de entregas de potencia activa.
El proyecto contribuirá poner a prueba el seguimiento de consignas dinámicas en tiempo real para el control de tensión en la red, frente a las actuales consignas fijas, en un contexto de mercado.
Promotor del proyecto
El operador del sistema, como promotor del proyecto, será el sujeto responsable, entre otros, de gestionar la tramitación de las solicitudes de participación, verificar el cumplimiento de los requisitos por los proveedores, operar los intercambios de información que resulten necesarios, llevar a cabo el seguimiento del funcionamiento y liquidar el servicio.
La operativa se basará en mercados zonales de capacidad reactiva, en los que podrán participar todas las instalaciones que tengan capacidad para prestar el servicio, cualquiera que sea su tecnología, incluida la demanda. Para ello, se permiten distintas modalidades de prestación del servicio.
El proyecto se implantará en las zonas donde exista un mayor número de proveedores para garantizar un elevado nivel de competencia y que cuenten con mayores necesidades de control de tensión.
Se prevé que el proyecto sea flexible, tanto en términos de duración, que podría alcanzar inicialmente entre 1 y 6 meses --en función de los resultados que se vayan obteniendo--, como en términos de especificaciones, que podrían registrar modificaciones a lo largo del transcurso del proyecto con el objetivo de optimizarlo, permitiendo un mayor aprovechamiento de los resultados obtenidos.