El suministro de gas en España procedente de Argelia "no corre riesgo". Así lo ha asegurado Teresa Ribera, vicepresidenta tercera del Gobierno y ministra para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, quien ha defendido la solidez de las relaciones entre ambos países.
En una entrevista concedida a 'La Vanguardia', la vicepresidenta destaca que la relación entre España y Argelia es "suficientemente importante, sólida y amplia", tanto en el tiempo como en los temas de interés, como para desear "una pronta recuperación" de la situación surgida en los últimos días.
No obstante, Ribera recuerda que el suministro de gas se basa en relaciones contractuales entre empresas privadas que se rigen por contratos privados que llevan meses negociando precio. "Son contratos que yo espero que queden al margen de ese posicionamiento político y nada hace pensar que no vaya a ser así", afirma.
Asimismo, también asegura que a España no le debe preocupar "en absoluto" una posible intensificación de las relaciones entre Argelia e Italia. A este respecto, apunta el 40% del gas que consumen en Italia procede de Rusia por lo que es lógico que busque alternativas que le ayuden a superar esa vulnerabilidad y es "natural" que se haya embarcado en esa conversación con Argelia.
La vicepresidenta rehúsa, en cambio, abordar si España tiene capacidad para prescindir del gas de Argelia en un hipotético caso de cortes en el suministro. Aún así, resalta que, afortunadamente, las empresas energéticas españolas llevan 15 años desarrollando una política de diversificación en términos de seguridad energética que permite al país jugar "con un abanico más amplio frente a situaciones de gran vulnerabilidad de otros países", que dependen de un único proveedor.
Tope al gas
Por otro lado, Ribera defiende el impacto positivo que va a tener el tope al gas aprobado por la Comisión Europa a la hora de reducir el coste de la factura de la luz para los ciudadanos, ya que de no haberse adoptado esta medida las compañías eléctricas propondrían "precios mucho más altos"
En concreto, apunta que las compañías subirían las tarifas a 180 y 200 euros MWh si el Gobierno no lo hubiera impedido: "No puede ser que en unas circunstancias como estas lo que no vale más genere unos beneficios de semejante calado", argumenta.
Asimismo, explica que la denominada 'excepción ibérica' comporta que, si para producir electricidad se necesita un 20% o 25% de gas, se pague eso "y no todo lo demás", y calcula que supondrá un ahorro de entre el 15% y el 20% en la factura.
En cuanto a las conexiones con Francia, la vicepresidenta asegura que la interconexión con el país "es una prioridad oficial" para la Unión Europea y que hay un trazado para el gran corredor de hidrógeno ibérico que coincide con el del gasoducto Midcat.
Así, defiende que Francia está "mucho más abierta" en relación con el Midcat y apunta que el debate actual pasa por saber cuáles son los plazos para llevarlo a cabo, puesto que ya se ha desbloqueado la conexión submarina por el golfo de Vizcaya y se impulsarán las pirenaicas.