La regasificadora ‘durmiente’ de El Musel en Gijón, a punto de despertar para almacenar más gas en España
El Gobierno ve con buenos ojos que se pueda poner en marcha una planta que lleva parada desde 2013 por problemas legales en la construcción.
1 junio, 2022 03:21Noticias relacionadas
La reapertura de la regasificadora de El Musel, en el puerto de Gijón (Asturias), se ha ido anunciando prácticamente cada año desde que se cerró en 2013 por orden judicial. Sin embargo, la crisis energética provocada por la invasión rusa en Ucrania ha hecho saltar todas las alarmas por una más que esperada escasez de suministro en los países del norte, y se espera que se ponga en marcha en unos meses.
De hecho, la Agencia Internacional de la Energía ha alertado de que "se avecina una crisis mucho mayor que la del crudo de los 70, es petróleo y también gas y electricidad".
Para poder desbloquear la puesta en marcha de la instalación, hay que contar con tres entidades: el Ministerio para la Transición Ecológica, la Comisión Nacional de Mercados y Competencia (CNMC) y la empresa titular de la instalación que es Enagás. Ya solo falta que la CNMC autorice un modelo de retribución para la planta para que pueda estar en funcionamiento.
La retribución de la regasificadora dependerá de las negociaciones entre Enagás y la CNMC y se calculará en función de unos costes de mantenimiento que se mueven entre 25 y 27 millones de euros anuales.
Sin embargo, según fuentes del sector gasista, el objetivo es convertirse en un almacén sin estar conectado a la red gasista española. Se facilitaría el tránsito de buques metaneros al resto de Europa, para suministrar gas natural licuado (GNL) al resto de Europa.
La planta gijonesa tiene capacidad para recibir una cantidad de combustible equivalente a cien metaneros anuales, unos 10 bcm (kilómetro cúbico de gas natural). Durante su construcción se invirtieron unos 360 millones de euros, pero vulneró la normativa vigente de entonces, y ahora espera poder ser 'despertada'.
Exceso de gas
España dispone de un tercio de la capacidad de almacenamiento de gas natural licuado en Europa y cerca de un 25% de la de regasificación. Con esta infraestructura, junto al desarrollo de nuevas conexiones, nuestro país podría desempeñar un papel clave en la seguridad de suministro de la UE.
Las reservas en España, a día de hoy, están muy por encima de la media europea, en un 66%, y está exportando a Francia más gas del que importa por gasoducto de Argelia a través de las dos interconexiones que hay actualmente con Francia, por Irún (Guipúzcoa) y Larrau (Navarra), según ha afirmado consejero delegado de Enagás, Arturo Gonzalo Aizpiri, en la Reunión Anual de Sedigas, celebrada ayer.
También los almacenes subterráneos han experimentado una inyección extraordinaria de gas, más del 1.000% respecto al año anterior, desde los 146 GWh hasta los 1.791 GWh de abril.
Este contexto, junto con el gasoducto que nos conecta con el gas de Argelia y los puertos marítimos bien situados para recibir el GNL estadounidense, posiciona a España como uno de los países que podría enfrentarse, sin mucha complicación, a un invierno sin gas ruso.
"España no sufrirá desabastecimiento o escasez de gas, pero sí estará a expensas de los precios del mercado internacional", explica por su parte a EL ESPAÑOL-Invertia, Verónica Rivière, presidenta ejecutiva de GasIndustrial, la asociación que integra a la industria gasintensiva en España.
Necesidad en Europa
La Unión Europea apenas produce gas natural (un 10%), así que cada año tiene que importar unos 390 bcm de esta commodity, según la AIE (Agencia Internacional de la Energía), y de ahí, 150 bcm provienen de Rusia (alrededor del 40%).
"Para tener una idea de la magnitud de las necesidades de gas de Europa, se podría decir 'grosso modo' que 1 bcm (kilómetro cúbico) es algo más de 10 TW, y un barco puede transportar alrededor de 1 TW, así que necesitaríamos más de 1.500 barcos metaneros que llegaran a nuestras costas para poder sustituir el gas que llega de Rusia por gasoducto", añade Rivière.
Si el máximo de capacidad de las interconexiones de España hacia Europa es de 7 bcm, "es evidente el cuello de botella para enviar gas", ha puntualizado por su parte Aizpiri. Asimismo, la recarga de buques de GNL en las regasificadoras se ha incrementado un 289% en lo que va de año. Y aún así, "no es suficiente para sustituir el gas ruso".
La península, el hub del gas
Una evidencia que se ha hecho patente durante la reunión del Consejo Europeo. Tanto es así que los Jefes de Estado y de Gobierno de los países miembros de la UE han pactado mejorar las infraestructuras interconexión de gas y electricidad europeas invirtiendo en proyectos nuevos y proyectos por completar. Incluirán "el gas natural licuado (GNL) y las interconexiones de electricidad y de gas preparadas para hidrógeno".
A este respecto, el presidente del Gobierno Pedro Sánchez ha defendido que la Unión Europea debería financiar esas interconexiones porque han sido "los contribuyentes españoles" los que han financiado en las últimas décadas la capacidad de regasificación de la Península Ibérica, que podría suponer un punto de inflexión para alcanzar la independencia energética comunitaria.
La presidenta del Ejecutivo comunitario, Ursula von der Leyen, ha dicho en rueda de prensa que los niveles de almacenamiento de gas en la UE se encuentran en el 41%, lo que supone un 5% más en términos interanuales. Al hilo de lo cual ha defendido que se mejoren las interconexiones comunitarias "para asegurar el suministro de gas".