Nadie duda de que el precio del CO2 en el mercado de emisiones de la Unión Europea (ETS EU) alcanzará los 100 euros la tonelada en unos días. Un precio que ahoga a los países muy dependientes de las centrales térmicas de carbón o de gas (ciclo combinado) para generar electricidad y también a su industria. Es el caso de Polonia, que ha pedido a Bruselas que suspendan este sistema y que tomen medidas para reformarlo o lo abandonará.
El sistema de comercio de emisiones de la Unión Europea es la herramienta estrella en sus esfuerzos por reducir las emisiones netas de gases de efecto invernadero en un 55% desde los niveles de 1990 para 2030.
Sin embargo, la evolución del último año podría volverse en contra de sus objetivos climáticos, ya que está provocando que sea más rentable quemar carbón que gas.
El círculo maldito
Se está produciendo un círculo maldito entre las tres commodities. Mientras sube el precio del gas en Europa, que ya ha roto la sorprendente barrera de los 100 euros/MWh en el TTF holandés, el de referencia en el Viejo Continente, se hace más económico quemar carbón. Y este mineral necesita contar con más derechos de emisión. Así que, al mismo tiempo, empuja a la locura al mercado de CO2.
Los fríos días de invierno aumentan la demanda de gas y energía, explica la consultora y trader especializada en mercados de CO2 Vertis en su análisis diario. El suministro, especialmente de Rusia, sigue siendo incierto mientras Estados Unidos intenta convencer al nuevo gobierno alemán de que cancele el proyecto del gasoducto Nord Stream 2 en el caso de una acción militar rusa contra Ucrania.
El campo gasista Troll en Noruega funciona a capacidad reducida después de la reciente interrupción no planificada. Así que los precios en el mix energético europeo tienen que aumentar empujados por el gas.
Una revalorización del 200%
A este cóctel explosivo se une el rally alcista de CO2, al que los analistas incluyen en el grupo de materias primas (el dióxido de carbono es un gas contaminante que se emite a la atmósfera), que ya se acerca a una revalorización de casi el 200% en menos de un año.
Tanto es así que Ben Laidler, estratega de mercados globales de la plataforma de inversión en multiactivos eToro, asegura que el carbono es el nuevo "niño" en la cesta de materias primas. Analiza la posición del carbono en el mercado de las materias primas y asegura que su precio ya solo se sitúa por detrás de los del gas y el litio.
"Los precios del carbono se encuentran entre los nuevos jugadores en la cesta de las materias primas. Esta es una dirección clara para 1) el creciente del número de sistemas de créditos del carbono, como el de China; 2) los acuerdos en la reunión COP26 para estructurar el comercio internacional de carbono, y 3) los movimientos voluntarios de las compañías para fijar internamente un precio al carbono".
"La última subida del precio del carbono en la UE hasta los 100 dólares/t de CO2 está siendo impulsada por el alza de los precios del gas natural. Esto anima a las eléctricas a cambiar a un carbón más barato que necesita más permisos de carbono. Pero estos precios pueden convertirse en la "nueva normalidad" a medida que Europa hace su transición al carbono".
Todos los dedos apuntan a que en 2022 el precio de la energía en Europa podría mantenerse en los elevados precios que vivimos en los últimos meses. Y no debería ser la costumbre porque está tensionando la economía no solo de los hogares sino de empresas e industrias.
Romper la baraja
El Parlamento polaco (Sejm) acaba de aprobar una resolución que pide a los países de la Unión Europea que suspendan el Sistema de Comercio de Emisiones de la UE y tomen medidas para reformarlo. Apoya al gobierno polaco en su exigencia para que se fije el precio máximo de los derechos de emisión de CO2 en la reunión del Consejo Europeo del 16 de diciembre.
Según los autores de la resolución, el EU ETS, que se estableció en 2005 para conducir a una reducción económica y socialmente racional de las emisiones de gases de efecto invernadero, no cumple su cometido.
El sistema se ha convertido en una gran amenaza para Polonia y amenaza con romper la baraja. "La estructura especulativa del sistema conduce a aumentos sin precedentes en los precios de la energía, lo que representa una amenaza para la seguridad energética de Polonia y de toda la Unión Europea", dice la resolución. Las empresas polacas, en lugar de invertir en fuentes modernas de generación de electricidad y calor, tienen que financiar la compra de derechos de emisión de CO2 cada vez más costosos.
"Esperamos que en la próxima cumbre del Consejo Europeo este sistema sea suspendido o reformado de cualquier otra forma", ha dicho su primer ministro, Mateusz Morawiecki.
La situación preocupa aún más de cara al futuro, porque el plan de Europa es que el sistema ETS se extenderá a la calefacción, el transporte y otros sectores de la economía en el futuro, de modo que la Unión Europea pueda lograr la neutralidad climática para 2050.
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