No hay techo para el precio del CO2 en el mercado de derechos de emisión de la Unión Europea (ETS). Si hace unos meses parecía impensable que alcanzar los 50 euros/Tn, ahora los supera holgadamente y sigue su carrera eufórica y sin control. Burbuja o no, cada semana marca récords con los precios más altos jamás alcanzados. Y podría seguir así tras conocer que la Comisión Europea no va a hacer nada para controlar este mercado.
El precio de las cuotas de CO2 ha ido subiendo verticalmente desde finales de octubre del año pasado, y pese a que ha habido voces de algunos países advirtiendo de la situación, el escenario pinta al alza.
En marzo, el ministro polaco de Clima y Medio Ambiente, Michal Kurtyka, envió una carta a la Comisión Europea pidiendo a la institución que examinara el sistema y tomara medidas contra el aumento de los precios.
Pero la Comisión lo rechaza. "Es un mercado y debemos tener mucho cuidado al intervenir porque creará un precio no basado en el mercado y definitivamente socavará la credibilidad del sistema de comercio de emisiones", dijo Frans Timmermans, vicepresidente de la Comisión y responsable del Pacto Verde Europeo, en una videoconferencia la pasada semana.
Incluso el responsable de hacer que la UE sea climáticamente neutral para 2050 cree que el precio de las cuotas de CO2 debería subir aún más. "Si queremos alcanzar nuestro objetivo, creo que el precio tiene que ser mucho más alto que 50 euros. Pero dependerá del mercado", añadió Timmermans.
Escalada de precios
Hay varias razones por las que el precio de las cuotas de CO2 está aumentando, y no solo se trata de especulación. A corto plazo, además de las declaraciones del responsable europeo también está el anuncio de Alemania de aumentar su objetivo de reducción de emisiones de GEI para 2030 al 65% en comparación con los niveles de 1990 en lugar del 55% del bloque, según explica en un análisis Vertis Environmental Finance, consultora especializada en compra y venta de derechos de CO2.
La crisis de 2008 hizo que gran parte de la producción industrial en Europa entrara en cadencia y, por lo tanto, no hubo necesidad de tantas cuotas de CO2. Como resultado, el mercado se inundó de cuotas y el precio bajó mucho.
Entonces, en 2014, se adoptaron nuevos objetivos para 2030 y una reforma interna del sistema ETS. Es decir, se comenzó a reducir los paquetes de emisiones gratuitas que se entregaban a la industria mediante un método de reducción lineal. Con esta decisión, la oferta de derechos de emisión en el mercado cae más rápido y esto hace subir los precios.
Otra parte de la reforma fue introducir la llamada reserva de estabilidad del mercado, que elimina las cuotas del mercado si hay demasiadas y el precio es demasiado bajo. Y a la inversa, puede liberar asignaciones si de repente es demasiado alto.
Mayor ambición climática
Entre otras cosas, se rebajaron las emisiones gratuitas para cumplir con la reducción del 40% de las emisiones de CO2 en 2030, vigentes en la UE hasta hace poco tiempo.
Pero con la llegada de Ursula von der Leyen, su Pacto Verde y la pandemia, se aceleró el objetivo de descarbonización de Europa hasta el 55% en 2030, como hito intermedio para la neutralidad climática en 2050.
El objetivo climático de al menos un 55% de reducción de las emisiones de CO2 finalmente se negoció, y ahora todo el mundo está esperando el paquete Fit for 55, que la Comisión debe cumplir en julio para llevar el desarrollo en la dirección correcta.
Habrá un gran número de nuevas propuestas legislativas, incluidos nuevos objetivos para la proporción de energía renovable, nuevos objetivos para la eficiencia energética y una reforma del sistema ETS.
Muchos creen que en el mercado de CO2 se eliminarán más cuotas y la oferta caerá, lo que impulsará aún mucho más el precio al alza.
Pero también se está considerando extender el sistema ETS para incluir más sectores, y esto podría conducir tanto a una mayor consolidación del sistema como a una mayor incertidumbre. Por lo tanto, es difícil decir si estos cambios influirán en un mercado encarecido o no.
Además, los especuladores que están desbocando el mercado europeo de CO2 miran también las cifras de crecimiento económico de EEUU y China, y existe la expectativa de que para fines de 2021. "La economía de la UE volverá a la normalidad y habrá un incendio debajo de las calderas, por lo que la industria debe volver a ponerse en marcha. Después de todo, a las empresas les gustará comprar las cuotas siempre que sean lo más baratas posible", explica Kristian Ruby, secretario general de Eurelectric en el diario danés EnergiWatch.
Ruby cree que el aumento del precio del CO2 a corto plazo tiene su razón de ser en el clima ya que en algunas partes de Europa ha sido inusualmente frío en 2021.
"Si el sol no brilla tanto y hace frío, entonces se debe producir más calor, y eso todavía se hace en muchos lugares hoy con gas y carbón".
Clima vs. Industria
Lo primero que se piensa con un precio de CO2 alto es en lo bueno que es para las políticas climáticas, porque se expulsa al carbón que se sustituye primero por gas, y, si sigue subiendo, el gas por la energía renovable.
Pero la industria europea no puede hacer toda la transición en un día, y la gran mayoría todavía depende de la producción a partir de carbón y gas. Y aunque en algún momento encontrarán el hueco para invertir en procesos más sostenibles para fabricar sus productos, lo cierto es que con un precio de la energía tan elevado, lo único que se consigue es ahogarlos.
Así lo decía el ministro polaco de Clima y Medio Ambiente en su carta de marzo a la Comisión. "La alta volatilidad en los precios de las cuotas de la UE y la consiguiente necesidad de actualizaciones constantes de las previsiones de precios afectan negativamente a la planificación del proceso de inversión", decía la carta, según la agencia de noticias Agence Europe, donde el ministro de clima polaco agregó que estaba presionando. en muchas empresas.