Trabajadoras de Gullón junto a un camión en los inicios de la galletera. Fuente: Galletas Gullón.

Trabajadoras de Gullón junto a un camión en los inicios de la galletera. Fuente: Galletas Gullón.

Distribución

Luces y sombras en los 130 años de Gullón: de los líos familiares a popularizar las galletas María en España

En 1986, el proveedor de Mercadona lanzó la primera galleta integral al mercado y ahora sus productos se exportan a más 120 países.

15 enero, 2022 05:30

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En 1892, el confitero zamorano José Gullón Barrios fundó Galletas Gullón en Aguilar de Campoo (Palencia). En estos 130 años, la empresa ha ido creciendo hasta convertirse en una de las principales galleteras del país y un orgullo para toda la comarca que vive de ella. Una historia con luces, pero también con muchas sombras que iremos desvelando en las siguientes líneas. 

Desde sus inicios, pronto se convirtió en un referente de las galletas en España. Durante la guerra civil española, a pesar de las graves dificultades por las que atravesó el país, Galletas Gullón consiguió mantener sus niveles de producción y asegurar un abastecimiento. 

Fábrica antigua de Gullón.

Fábrica antigua de Gullón.

Pero sus 130 años de historia cuenta con dos importantes hitos. El primero tiene que ver con el proceso de diversificación en productos tradicionales iniciado en 1950. Eso le llevó a popularizar en España las famosas galletas María que, aunque tienen su origen en Londres, en nuestro país se convirtieron en un símbolo de recuperación económica debido a que las panaderías las producían masivamente.

También también sacaría al mercado las galletas tostadas doradas, los barquillos y rosquillas bañadas en chocolate, pastas, etc.

Y, luego, en 1986, Gullón lanzó la primera galleta integral (con aceites vegetales), lo que dio lugar a la creación del segmento galleta saludable, hasta entonces inexistente en España. 

Camión de Galletas Gullón en 1959.

Camión de Galletas Gullón en 1959.

Algunas sombras

Un poco antes de ese lanzamiento, concretamente en 1979, María Teresa Rodríguez se pone al frente de la galletera tras la muerte a los 40 años de su marido, José Manuel Gullón, la tercera generación que lideraba la galletera. 

Sin mucha idea de dirigir la compañía y con sus cuatro hijos aún menores de edad, la matriarca tiró del carro de la mano de Martínez Gabaldón, el hombre que pronto se convertiría en su mano derecha y con el que no guardan lazos familiares. El directivo, poco a poco, fue acaparando poder hasta el punto de poseer cerca del 20% de las acciones de la compañía mientras que los hijos apenas rozan el 4% cada uno.

Su rápido ascenso no gustó a los tres hermanos. Así que pronto se formaron dos bandos claros de cara a la guerra que se avecinaba: los tres hermanos enfrentados al trío formado por su madre, su hermana Lourdes y Gabaldón.

Lourdes Gullón, la nueva presidenta de Gullón, junto a su madre, expresidenta ejecutiva.

Lourdes Gullón, la nueva presidenta de Gullón, junto a su madre, expresidenta ejecutiva.

Y en 2009 estalló la crisis que terminó en una batalla judicial. Los hijos trataron de despojar a su madre de todos sus poderes, llegando incluso a prohibirle la entrada a la fábrica. Algo que acabó en un hecho casi insólito en el mundo empresarial: una junta de accionistas celebrada en un Mercedes con María Teresa Rodríguez, su hija, Martínez Gabaldón y una notaria ante la imposibilidad de entrar a la empresa.

Aquí los tres hermanos fueron expulsados de nuevo, aunque en 2014 volverían al consejo, para cinco años después volver a salir. Estos vieron como en 2019 se producía un nuevo relevo generacional: María Teresa Rodríguez cedió el testigo de la presidencia de la compañía a su hija Lourdes. 

El último capítulo se escribió el pasado año con la salida del pequeño de los cuatro hermanos, Félix Gullón, de la empresa familiar. Félix llegó a un acuerdo de compraventa con Cerealto Siro Foods para adquirir su fábrica de galletas en Jaén dentro del nuevo proyecto personal.

Félix Gullón, CEO de Family Biscuits.

Félix Gullón, CEO de Family Biscuits.

El pequeño de los Gullón -que ostentaba el cargo de director de Expansión- se fue de la compañía con la sensación de haber tocado fondo y la nula posibilidad de evolucionar dentro de la misma, donde como ya hemos recordado compartía bando con dos de sus hermanos: Hernán (director de Exportación) y Rubén (responsable de Planificación).

Cifras

A pesar de las rencillas familiares, Galletas Gullón es todo un símbolo de prosperidad para Aguilar del Campoo y las regiones colindantes. La facturación de Gullón en 2020 superó los 400 millones de euros en 2020 (concretamente 408,7 millones de euros).

Actualmente, la compañía genera 1.700 puestos de trabajo directos, sin contabilizar con la generación de empleos indirectos. Mantiene un ritmo medio de crecimiento de empleo de unos 100 nuevos trabajadores indefinidos cada año. 

Galletas Gullón cuenta con más de 700 referencias de distintos productos que van desde las galletas tradicionales para el desayuno (María y Tostada), hasta una completa gama de galletas saludables (integrales, con fibra, bajas en calorías, ecológicas, sin colesterol, pasando por las bañadas en chocolate, los wafers, sándwiches o cookies), entre otras especialidades. 

La marca Galletas Gullón tiene una cuota de volumen de ventas que alcanza el 8,6% del mercado español. Sin embargo, en la categoría de galletas saludables la galletera tiene una cuota de mercado del 35% en volumen de ventas y el 60% de la cuota del segmento sin azúcares, según datos de la compañía.

Además, es uno de los principales proveedores de Mercadona, el líder de la distribución en España con un 25% de cuota de mercado, según datos de la consultora Kantar.

Los productos que se elaboran en Aguilar de Campoo se exportan a más 120 países. En la actualidad, la compañía tiene filiales en Portugal, Italia, Francia, Reino Unido y Estados Unidos. A nivel internacional, la facturación representa cerca de un 40% del total, con previsión de continúo crecimiento durante los próximos años.