El encuentro es en lo que antaño fue una galería de arte. Ahora es la sede de Masaveu Bodegas en Madrid. Algo del poso antiguo queda, ya que las botellas, a modo de exposición, parecen conformar composiciones artísticas. Algo que no es de extrañar, dado que José Masaveu, el director general del grupo bodeguero, lo define como "el arte del vino de los cinco sentidos".
El vino no es sólo un líquido. "Es culto, es cultura. Tiene mística y carisma", remarca José Masaveu. "No deja de ser una obra de arte cuyo cometido es que la gente lo disfrute cuando lo consume". Como si, finalmente, sucediera esa unión, o ese contacto, del alma con la divinidad. Misticismo, en una palabra.
Pero, como se suele decir, del aire no se vive. Junto a lo espiritual, está lo material. "No es nuestra filosofía hacernos ricos", afirma. Y añade: "Quien monta un negocio para hacerse rico, ya empieza mal". Entonces, ¿por qué el paso dado? "Una persona monta un negocio porque le apasiona lo que hace, porque quiere vivir de ello. Una cosa es vivir de ello, y otra hacerse rico. Y si al final, por suerte, te haces rico, pues fenomenal", matiza.
Esa es una de las señas de identidad de José Masaveu: la pasión. Pasión por el terruño, por la gente que lo trabaja, por el sacrificio que conlleva su elaboración, por transmitir, por emocionar a la persona que lo consume... Y no ve los ‘toros desde la barrera’. Ha labrado, ha conducido tractores. Incluso, ha descargado camiones de manzanas. Una de sus bodegas, Valverán, elabora sidra de hielo.
"El mundo del vino se ve como glamuroso, pero es sacrificado, duro, de esfuerzo. También es muy bonito, porque la uva, el campo, es fantástico. Estamos en este mundo porque nos apasiona, porque se puede vivir de ello, y porque tu día a día es mucho más agradable que en otros sectores donde, igual, las jornadas no son tan fantásticas", resalta.
Con los pies en el suelo
José Masaveu medita las respuestas. Es una persona sosegada. Con los pies, nunca mejor dicho, en la tierra. "Hay que ser consciente de tus capacidades y tus límites antes de emprender un nuevo proyecto", subraya. Son cinco las bodegas que tiene que atender en la actualidad. De ahí que no tengan en mente adquirir ninguna más, ni en España, ni el extranjero.
"Estaremos unos cuantos años creciendo en facturación, en creación de marca y en posicionamiento. No tenemos capacidad para abrir nuevas puertas", sostiene. Deberes que se apunta porque necesitan fortalecerse en esos puntos débiles. ¿Los fuertes? Un buen terruño, un viñedo viejo y el equipo humano.
La Covid les ha ayudado a hacer autocrítica y reflexionar. A identificar esos eslabones que todavía les falta por engarzar. Fruto de esa labor han reforzado el comercio electrónico, su club privado de vino, las ventas a empresas o las ventas a la gran distribución. Sin olvidar el enoturismo.
Una labor de introspección en la que José Masaveu ha partido con la ventaja de ser un enamorado de la filosofía. "Sobre todo de los grandes pensadores griegos. Libros que me hagan pensar", reconoce. También los pensadores romanos, y los que considera otros grandes de la historia, forman parte de su particular biblioteca.
"Desde Aristóteles a Confucio o El Príncipe, de Erasmo de Róterdam. También me he leído el de Maquiavelo, pero no me gusta", apunta. Marco Antonio o Julio César también están entre sus favoritos. "La guerra de las Galias es muy bueno en el ámbito de estrategia", afirma. Y, aunque entre sus cualidades no esté el ardor guerrero, el vino también vive sus particulares batallas. También pone el foco en libros de marketing, gestión o liderazgo. Cualidades que debe poseer un buen jefe, estratega o simplemente, empresario.
"Es un sector muy complicado y muy competitivo. O eres muy profesional o pasa lo que ha ocurrido en España, que muchas bodegas han quebrado y cerrado porque tenían idealizado el sector del vino", apunta. Y es que el mundo del vino es imagen. Tiene que enamorar a la gente. "El bodeguero va en un Mercedes, pero igual está hipotecado hasta arriba. Pero tiene que ir en ese coche porque tiene que dar una sensación de glamur, de romanticismo", señala.
Calidad y negocio
Vinos de calidad. Esa es la próxima parada de Bodegas Masaveu. "Creo que lo somos ya pero queremos ser un referente", pronostica. El porqué de esta satisfacción a medias está en que "nos queda asentarnos mucho más en la mente del consumidor".
Junto a ese encanto especial del vino, en la mente de muchos españoles ha quedado esa otra imagen que en su momento dio Falcon Crest. O, más reciente, otra serie de televisión hecha en España, llamada Gran Reserva. Luchas, peleas, intrigas… Ahí esta el caso de Félix Solís y García Carrión, sin ir más lejos. "Nunca jamás he tenido problemas de ese tipo. Siempre he mantenido muy buena relación con todos los bodegueros. Tengo amigos con los que, incluso, he intercambio información", reconoce.
¿Dónde está la clave para triunfar? La receta de José Masaveu es clara: pensar a largo plazo, tener paciencia, saber esperar, trabajar duro, y ser honestos. "Partamos de la base de que la mayoría de la gente es honesta. Pero hay gente, no sólo en el sector del vino, que por querer tener resultados rápidos, no lo es", enfatiza.
En el año 2002, la añada de Murua (uno de sus vinos) no salió al mercado. "Estaba bien. No estaba mala. La podía haber vendido fenomenalmente. ¿La gente me hubiera dicho algo? No. Pero yo no estaba tranquilo. No quiero darle a mi cliente lo que considero que no es el nivel que yo exijo", confiesa. Y puntualiza: "Tenemos que ser honestos con nuestros clientes y con lo que hacemos. Eso está por encima del dinero".
Todos convencidos
José Masaveu es una persona a la que, siguiendo con el argot militar, le gusta mandar. Seguir el procedimiento reglamentario es parte de su modus operandi. El escalafón es importante. "El equipo debe estar alineado con las directrices que marca el director general. Si todos no reman en la misma dirección, difícilmente se van a poder conseguir los objetivos. Todos tienen que estar convencidos de que la dirección que marca el director general es la correcta", argumenta.
Más allá del vino, José Masaveu es una persona inquieta. "Me apunto a todo", reconoce. Le gusta caminar por el campo, correr, ir al gimnasio, los deportes acuáticos, la nieve… "Me encanta meterme en aficiones nuevas. El tema está en qué tiempo tengo para llevar a cabo esos hobbys", se lamenta. Uno de ellos, que todavía tiene pendiente, es el de poder hacer rutas con la familia en mountain bike.
¿Y qué se llevaría a una isla desierta? Como es lógico, a su familia, a sus grandes amigos, unos buenos libros y vino. "Y algo para crear, como pinturas para poder sacar a flote la creatividad que llevas dentro o algo para poder escribir", concluye.