El imparable proceso de transformación digital está obligando a empresas y trabajadores a replantearse la forma en la que se desarrolla la actividad laboral, en la que muchas personas van a ver cómo sus puestos de trabajo cambian por el impacto de la tecnología. Por ello, es imprescindible que empleados de todos los sectores y categorías adquieren nuevas competencias y habilidades que les permitan desempeñar nuevos roles o acceder a las nuevas profesiones que no dejan de surgir a raíz de la digitalización.
El reskilling, o reciclaje de las competencias que permite al trabajador desempeñar nuevas funciones o nuevas profesiones, se ha convertido por tanto en un elemento clave para aprovechar las oportunidades de la transformación digital. Y, además, es factor fundamental para asegurar la competitividad, y en algunos casos incluso la supervivencia, de las empresas y, en consecuencia, de la economía del país.
Una importancia que quedó patente en la mesa redonda 'Reskilling, formar para transformar las empresas', organizada por D+I / Invertia y El Español y que contó con la participación de Lucía Velasco, directora general del Observatorio Nacional de Tecnología y Sociedad (ONTSI); Alberto Oro, director general de la Digital Skills School y de la Universidad Camilo José Cela; Sandra Figaredo, directora de Alianzas Estratégicas de ManpowerGroup; y Ángel Urquiza, director de Innovación e Intraemprendimiento de Santa Lucía.
Velasco señaló que es "completamente fundamental" hacer una apuesta por adaptar la habilidades de los trabajadores a lo que viene para no perder las oportunidades que ofrece todo el proceso de digitalización. "No sólo vas a perder la oportunidad del futuro, sino que vas a tener un problema porque vas a tener un montón de fuerza laboral inactiva", advirtió.
En este sentido, remarcó que en el Gobierno tienen "muy clara" la importancia de que los ciudadanos tengan las competencias digitales para competir y desenvolverse con plena capacidad en un mundo que ya es digital. De ahí la creación del Plan Nacional de Competencias Digitales, dotado con una inversión de casi 4.000 millones de euros gracias al respaldo de los fondos europeos Next Generation.
El plan busca impulsar las habilidades de los ciudadanos en todos los ámbitos, desde el educativo, hasta el relativo a las competencias básicas de las personas o el entorno laboral, donde ya son familiares términos como reskilling y upskilling. Velasco apuntó que, "sin duda" este es el reto más complejo de implementar, de ahí la importancia de acompañar a las personas en este proceso de reentrenamiento y reaprendizaje.
Así incidió en que los cambios en el mercado laboral como consecuencia de la digitalización son "inevitables", por lo que la única manera que tenemos de que no se quede una parte de la población trabajadora descolgada es con el reskilling, aspecto que además es "absolutamente clave para la competitividad del país" y que éste pueda ocupar el lugar que merece. "Y ahí tienen un papel fundamental las empresas", apostilló.
Formación para una mayor competitividad
En esta línea, Figaredo afirmó que el reskilling comporta beneficios tanto a los profesionales, ya que les permite ser más competitivos en comparación con otros perfiles que luchan por el mismo puesto, como a las empresas, que verán un impacto positivo en sus cuentas. "Todos son beneficios, lo que pasa que hay que invertir", apostilló.
Por su parte, Oro también remarcó que a corto plazo abordar el reskilling de las plantillas laborales permite que el trabajador esté "mucho más preparado" y sea consciente de las nuevas tecnologías que hay en el mercado y que ya están impactando en algunos sectores como el financiero, el asegurador o el sanitario.
Además, advirtió de que, a medio y largo plazo, las empresas que no contemplen planes de formación de sus empleados "no van a serlo suficientemente competitivas en el futuro". "Esta es una cuestión casi de supervivencia. Esto está ahí y si no lo implementas vas a tener un problema estratégico a medio y largo plazo", remarcó.
Urquiza incidió en que los planes de transformación digital en los que se encuentran inmersas todas las empresas deben ir acompañados obligatoriamente de planes de acompañamiento de empleados y coincidió con Oro en que las empresas que no aborden este proceso "se van a quedar atrás", en contraste con la competitividad que ganarán las que sí apuesten por la formación de sus empleados.
Asimismo, resaltó el papel que desempeña el Gobierno a la hora de establecer puentes y alianzas con el tejido empresarial para que esta filosofía de reciclaje fluya también en la parte educativa. También añadió que, a nivel individual, las personas tienen la responsabilidad de evolucionar "profesionalmente", ya que su desarrollo no acaba cuando termina la carrera.
A este respecto, el director general de la Digital Skills School y de la Universidad Camilo José Cela incidió en que impulsar el reskilling de los trabajadores es algo en lo que todos los actores del mercado tienen algo que aportar. Así. señaló que las empresas deben ofrecer programas que motiven esa formación y conceder el tiempo que el trabajador necesita para poder actualizar sus conocimientos.
Además, añadió que la administración tiene que apoyar o cofinanciar este tipo de programas que deben poner en marcha las empresas, mientras que la institución educativa debe preparar al alumno para que tenga esa mentalidad emprendedora que le incite a tener una formación y que todos los ponentes coincidieron en que es imprescindible para tener éxito en la era digital.
Asimismo, Velasco apuntó que desde el Gobierno también apuestan por corregir la precariedad y la dualidad que existe en el mercado laboral, porque de lo contrario no van a poder pedirle a las empresas que formen a sus trabajadores. "Es muy importante que el reskilling no se convierta también en otro brecha de dualidad como los contratos fijos y los contratos temporales", incidió.
En busca de perfiles digitales
Por otro lado, Oro apuntó que en la institución han identificado la necesidad de que se lleve a cabo un reskilling de las competencias de los trabajadores, no solo por el impacto que la tecnología está teniendo en la forma de trabajar y en las necesidades de cada puesto, sino porque, más a medio y largo plazo, el trabajo repetitivo va a ser reemplazado por la inteligencia artificial (IA).
En este sentido, apuntó que igual de importante que cerrar la brecha de conocimiento tecnológico que existe, es fundamental que las empresas "empoderen a sus trabajadores" y les motiven con programas de formación o de intraemprendimiento que les ayuden a estar preparados para la siguiente evolución de la tecnología y conozcan las nuevas formas de hacer las cosas para evitar que la IA reemplace su puesto de trabajo.
Figaredo añadió que en ManpowerGroup han detectado que hay un desajuste en las habilidades y competencias digitales de los trabajadores en un momento, además, en el que el auge del teletrabajo como consecuencia de la pandemia de la covid-19 ha hecho que haya mayor demanda de trabajadores con competencias transversales y que conozcan lo que puede hacer la tecnología en sus organizaciones.
En este sentido, la directora de Alianzas Estratégicas de ManpowerGroup incidió en las oportunidades profesionales que ofrece el desarrollo tecnológico a los profesionales en un entorno en el que hay puestos de trabajo que se quedan vacíos porque no existen suficientes personas con los perfiles necesarios.
"Hay puestos de trabajo, sí, pero no se pueden cubrir porque las personas no están preparadas tanto a nivel tecnológico como en esas competencias transversales que no son tan tecnológicas", resaltó Figaredo, quien advirtió también de que existe un desfase entre lo que están demandando las empresas y lo que puede aportar la formación que se imparte actualmente.
A este respecto, Velasco también recalcó la importancia de conectar la formación con lo que realmente necesitan las empresas. De ahí que el Gobierno haya creado un hub de competencias digitales con la participación de las empresas y las instituciones educativas para acordar de manera conjunta como actuar. "La implementación es un reto igual de importante que el darnos cuenta de la relevancia que tiene apostar por la formación y por el reskilling", subrayó.
Un nuevo modelo formativo
En este punto, el director general de la Digital Skills School y de la Universidad Camilo José Cela apuntó que en el entorno educativo están evolucionando de una estructura preparada para las titulaciones de la segunda revolución industrial a un sistema que va más allá del grado y el máster tradicional y que se empiece a enfocar en cursos mucho más prácticos, cortos y con microcredenciales.
Además, añadió que en la Digital Skills School están aprovechando las oportunidades que ofrece el Big Data para analizar las habilidades de las que dispone cada estudiante para, con esos datos, orientarlo hacia el tipo de formación que precisa. Todo ello con una formación tutorizada y en contacto directo con la empresa y la última tecnología.
Los primeros cursos de la escuela están enfocados en los sectores finanzas, seguros, sanidad y uno transversal de transformación digital, ya que han detectado que estas industrias se encuentran entre las que se están viendo más afectadas en la forma de trabajar por el impacto de tecnologías como el blockchain.
Sin embargo, en el debate se puso de relieve la necesidad de que los trabajadores de otros sectores también empiecen sus proceso de reskilling. Entre ellos, los empleados en el campo de la energía, la logística o en funciones administrativas, sectores en los quizás la tecnología no ha impactado todavía de lleno, pero en los que, sin duda, lo hará en el futuro.
Por otro lado, los participantes en la mesa redonda también incidieron en que este proceso de reskilling debe realizarse a todos los niveles de profesionales. Como recordó Figaredo, en España el 98% de las empresas son pymes, por lo que es necesario dotar a aquellos que se encargan de la toma de decisiones tanto de las capacidades tecnológicas, como de la cultura organizacional, necesarias en el entorno actual.
A este respecto, Urquiza recordó que al final es la alta dirección la que apuesta por un proyecto y la que le da el presupuesto necesario. Por ello, defendió que no basta con formar a la persona que se va a encargar de dicho proyecto, sino que también hay que capacitar al que toma las decisiones para pueda entender lo que se está haciendo en la empresa.
En esta línea, Oro agregó que, para que el cambio organizacional que se requiere en el mundo digital madure y permanezca, éste tiene que venir desde la alta dirección, que es la que tiene "la gran foto" del compañía y su presupuesto y es, por tanto, la primera que debe de entender lo que supone todo este cambio y comprobarlo y probarlo directamente.