El banco HSBC, el mayor de Europa, registró en 2023 un beneficio neto de 22.432 millones de dólares (20.734 millones de euros), lo que representa un aumento del 56,36% con respecto al ejercicio anterior. Así lo ha indicado la entidad en su cuenta de resultados emitida este miércoles a la Bolsa de Hong Kong -donde cotiza-.
El grupo ha explicado que su facturación creció un 30,5% interanual hasta los 66.058 millones de dólares (61.057 millones de euros) gracias, principalmente, a las subidas de tipos de interés.
El consejero delegado de HSBC, Noel Quinn, ha celebrado "rendimiento récord de los beneficios". Además, ha anunciado el dividendo anual más alto desde 2008 -de un total de 0,61 dólares (0,56 euros) por acción con cargo al ejercicio- y un programa de recompra de acciones de 2.000 millones de dólares a completar antes de la presentación de los resultados del primer trimestre.
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No obstante, el beneficio neto atribuido quedó por debajo de los 26.100 millones de dólares que esperaba un panel de expertos compilado por Bloomberg, en parte debido a un ajuste de 3.000 millones de dólares en la valoración de la inversión de HSBC en el banco estatal chino Bank of Communications, del que posee un 19%.
En total, HSBC ha notificado de unos 3.447 millones de dólares (3.188 millones de euros) en pérdidas esperadas por exposición al crédito y cargos por deterioro, derivados principalmente de su exposición al mercado inmobiliario chino, sumido en una crisis que parece no tocar fondo desde hace más de dos años. Eso sí, Quinn ha subrayado su confianza en la "resistencia" de la economía china y en las oportunidades de crecimiento que ofrece "a medio y largo plazo".
Más ingresos por intereses
El banco elevó en un 17,84% sus ingresos netos por intereses hasta unos 35.796 millones de dólares (33.100 millones de euros), mientras que el margen neto de interés -la diferencia entre intereses devengados y los que se han pagado a los clientes- se situó en el 1,66%, 24 puntos básicos más que al cierre del anterior ejercicio pero 4 menos que a finales del tercer trimestre.
A finales del año, la ratio de solvencia de capital común 'Tier 1' (CET1, recursos propios básicos) era de 14,8%, 0,6 puntos por encima del dato del cierre de 2022.
La compañía también ha informado de un descenso interanual del 2% en sus gastos operativos, que cifró en 32.070 millones de dólares (29.655 millones de euros), merced al final de costes recurrentes de reestructuración en el marco del plan de reducción de gastos, que pasaba por recortar miles de puestos de trabajo en Europa y EEUU para reforzar así su presencia en Asia, su principal mercado.
Al cierre del ejercicio, HSBC tenía 938.535 millones de dólares (867.882 millones de euros) concedidos en créditos en términos netos, un 1,62% más que un año atrás, mientras que los depósitos ascendían a unos 1,61 billones de dólares (1,49 billones de euros), un aumento interanual del 2,63%.
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Quinn ha celebrado que "2023 fue un año muy bueno para HSBC" gracias a un "fuerte crecimiento de los ingresos" en todos sus negocios globales que permitió conseguir la mayor rentabilidad sobre fondos propios tangibles (RoTE) "en más de una década", aunque advirtió de "un entorno todavía desafiante" y lleno de "incertidumbre".
El consejero delegado prevé que los tipos de interés empiecen a bajar de nuevo este año: "Tengo confianza en que hay oportunidades esperándonos (...), que podrán ayudarnos a continuar nuestro buen rendimiento a medida que entramos en la siguiente fase del ciclo de tipos".
De cara al futuro, el presidente del grupo, Mark Tucker, prevé que 2024 será "otro año plagado de acontecimientos", aunque mantiene un "optimismo cauteloso" al respecto de las perspectivas económicas, con el crecimiento ralentizando en la primera parte del ejercicio y recuperándose en la segunda.
Tucker apunta concretamente a la oportunidad que el crecimiento en Asia ofrece para "conectarla con otra región de alto crecimiento" como Oriente Medio, incluso pese a los conflictos regionales, refiriéndose específicamente a la diversificación económica en Arabia Saudí o Emiratos Árabes Unidos.
Quinn apostó por el crecimiento de los negocios internacionales, la diversificación de los ingresos, la disciplina de costes, la innovación tecnológica o la conservación de su posición líder en sus "dos mercados domésticos", Hong Kong y Reino Unido.