Julio Obeso (HSBC): “Una empresa sin estrategia ASG paga hasta 15 puntos básicos más por su deuda”
El gestor de HSBC AM lamenta el retraso que lleva China en su transición energética, pero alaba los avances de India o Brasil.
Si usted es el responsable de una empresa y quiere financiarse más barato mediante emisiones de bonos, sea sostenible. Y si es un alto ejecutivo de una compañía en un mercado emergente, ya tiene con quién asociarse. Su hombre es Julio Obeso, gestor en el equipo de deuda emergente de HSBC Asset Management.
Como recuerda el peruano, “cuando una empresa sin sello ASG ni estrategia sostenible emite deuda al mercado, paga más por ella que una compañía con este tipo de estrategia incorporada”.
En el mercado primario, la diferencia de interés exigido entre una empresa sostenible y otra que no lo es suele ser de seis puntos básicos en promedio, aunque “puede llegar a 10 o 15 puntos básicos en función de la industria de la que se trate”. Obeso lo sabe de primera mano porque él es uno de esos financiadores, labor que ejerce a través del fondo HSBC GIF Global Emerging Markets Corporate Sustainable Bond.
El vehículo de HSBC tiene como objetivo generar un impacto ambiental, social y de gobernanza (ASG) positivo, invirtiendo en renta fija de empresas en países emergentes que contribuyen a los Objetivos de Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas. Su antecedente más inmediato -y exitoso- es el HSBC Real Economy Green Investment Opportunity (REGIO) Global Emerging Markets Bond, cerrado tras levantar casi 535 millones de dólares (más de 490 millones de euros) y con el 60% del dinero ya invertido.
En una entrevista con EL ESPAÑOL-Invertia, Obeso asevera que, “cuantas más compañías cojamos al inicio del proceso sostenible o de transición energética, más rentables seremos para nuestros inversores”. Un buen ejemplo son las compañías de energías fósiles, esto es, las petroleras y gasistas. “No queremos vetar a algunas compañías, sino ayudarlas en la transición”. El grueso de la rentabilidad se juega no en las pocas compañías que ya son ‘verdes’ al 100%, sino en las muchas que todavía son ‘marrones’ y tienen casi todo el recorrido por hacer.
Vulnerabilidad postCovid
Para alcanzar esta meta, no sólo basta con un amplio equipo global. Hace falta olfato y experiencia local. “Si una minera mete en su consejo a más mujeres, es positivo, pero es menos relevante en su industria de lo que sería en un banco”, contrapone el gestor de HSBC AM.
Conforme la brecha de empresas emergentes sin ASG se cierre porque los equipos directivos empiecen a pensar en el largo plazo y, por tanto, apliquen los criterios ASG, su coste de financiación se irá reduciendo. Obeso estima que, “de aquí a cinco años, se verá la compañía que fue más responsable y la que no”.
La pandemia de Covid-19 supuso un punto de inflexión. “Desde la Covid, la gente está más convencida de su vulnerabilidad. Primero en cuanto a su salud, y después en torno al cambio climático”. Una tendencia que pretende aprovechar HSBC AM, removiendo los cimientos de los países en desarrollo, donde la sostenibilidad tiene más deberes por hacer.
En este camino, tortuoso y gratificante a partes iguales, China está siendo la gran decepción. “Al inicio, los estudios del Banco Mundial decían que iba a liderar la transición energética. Supuestamente, estaban planificados numerosos edificios verdes. Pero tres años después, no ha sido así”, se lamenta Obeso, consciente de los problemas que ha tenido el gigante asiático al estar cerradas sus fronteras durante mucho tiempo por la política de Covid cero, así como por el estallido de la burbuja inmobiliaria con el que ha tenido que lidiar a raíz del caso Evergrande.
En cambio, ve con buenos ojos los avances en energías renovables que se están dando en mercados como India, Brasil, Chile y su país de origen, Perú.
¿Y ahora que han subido y todavía parece que seguirán subiendo un último escalón los tipos de interés, no es un freno para un fondo de renta fija? Es la pregunta del millón.
Si bien la ‘materia prima’ con la que opera es más atractiva, los bonos existentes en el mercado pierden valor precisamente porque los nuevos rentan más. Difícil tesitura. “Si un bono te gusta a 85 centavos, te gustará más a 75 centavos”, responde convencido el experto de HSBC. La sostenibilidad por bandera.