"La unión bancaria no está muerta, está haciendo una siesta bastante larga", ironiza un alto funcionario de la Unión Europea. Pese al empeño del presidente del Eurogrupo, el irlandés Paschal Donohoe, los Estados miembros han fracasado en su enésimo intento de aprobar una hoja de ruta para la creación de un fondo europeo de garantía de depósitos (EDIS, por sus siglas en inglés), el pilar que falta de la unión bancaria.
Una iniciativa que está bloqueada desde hace ya una década debido al enfrentamiento entre los países del sur (en particular Italia y España), que la consideran una pieza esencial para garantizar la estabilidad financiera y evitar otra crisis de deuda; y Alemania, que exige como paso previo al EDIS reducir la morosidad y penalizar la presencia de deuda pública en los balances de los bancos.
En un intento de resolver estas diferencias irreconciliables, el presidente del Eurogrupo presentó hace unas semanas un nuevo plan de trabajo que planteaba avanzar simultáneamente en todos los frentes: gestión de crisis, garantía de depósitos bancarios, un mercado único para los servicios financieros y diversificación de la tenencia de deuda pública. La hoja de ruta incluía, además, un freno de emergencia que permitía a cualquier Estado miembro paralizar el proceso.
Donohoe convocó, incluso, una reunión extraordinaria del Eurogrupo consagrada exclusivamente a la unión bancaria a principios de mayo. Pero todos sus esfuerzos han resultado inútiles y su plan ha acabado naufragando. "En cuestiones como el tratamiento regulatorio de la deuda pública y el EDIS no ha habido ningún progreso y no parece probable que lo vaya a haber a corto plazo", explica un diplomático europeo.
"Nos hemos acercado a un acuerdo, pero al final no ha sido suficiente", admite el alto funcionario de la UE. "Los Estados miembros se están enfrentando ahora a retos muy urgentes de naturaleza económica y social que consumen mucho tiempo y recursos. Lamentablemente, eso puede haber contribuido a reducir la sensación de premura sobre la unión bancaria", señala.
Se aparca hasta 2024
La ceremonia oficial de entierro del plan de Donohoe tendrá lugar durante la reunión del Eurogrupo que se celebra este jueves en Luxemburgo. Allí, los ministros de Economía de la eurozona tienen previsto abandonar la hoja de ruta global y concentrar los esfuerzos en reformas muy limitadas y parciales de la directiva de resolución de bancos en crisis y de la norma sobre fondos de garantía de depósitos nacionales. El EDIS quedará aparcado al menos hasta la próxima legislatura, a partir de 2024, según las fuentes consultadas.
La unión bancaria se puso en marcha en 2012, en plena crisis de deuda europea, con el propósito de evitar que en el futuro el hundimiento de sus bancos arrastre a la quiebra a un Estado miembro, como ocurrió entonces con España (que se vio obligada a pedir un rescate de 40.000 millones a la la UE). Pero una década después sigue siendo un proyecto incompleto por la falta de acuerdo sobre el EDIS.
[El Eurogrupo sopesa poner en marcha en 2025 un fondo común de garantía de los depósitos bancarios]
Con el EDIS, los ahorros de los europeos hasta 100.000 euros por cuenta gozarían del mismo nivel de protección, independientemente del país en el que se encuentre su banco. El objetivo es frenar fugas masivas de depósitos como las ocurridas en España durante la crisis de 2012, o en Grecia, en 2015.
Pero Alemania lo rechaza porque teme acabar pagando la factura de los agujeros en los bancos del resto de países de la eurozona, en particular los del sur. Es decir, que el fondo europeo de garantía de depósitos bancarios sea una mutualización encubierta de la deuda por la puerta de atrás.