Los ahorradores con mucha aversión al riesgo se frotan las manos ante la inminente vuelta de la guerra del pasivo de la banca. Es cierto que los depósitos a plazo de los bancos que los han rescatado están empezando a dar rentabilidad de nuevo, pero esta aún está a años luz de la que se ofrecía antes de la pasada crisis, cuando comenzó su caída libre.
A cierre del pasado mes de abril, los depósitos a plazo daban una rentabilidad media del 0,048%, de acuerdo con los registros del Banco de España. Este dato representa 105 veces menos que en octubre de 2008, cuando se alcanzó el máximo histórico.
Aquel otoño, los depósitos a plazo rentaban hasta un 5,041% de media, un retorno nunca visto en otro momento, o al menos no desde enero de 2003, el año al que se remontan los datos del supervisor bancario.
Cuando los tipos de interés eran positivos (hasta 2016), este producto permitía obtener una rentabilidad considerable sin riesgo alguno sobre un saldo que no se podía retirar en un determinado plazo, como uno o dos años. Era uno de los favoritos de la banca y los ahorradores en tiempos pasados.
Sin embargo, los más de seis años que llevan en negativo los tipos de interés en la zona euro han hecho caer en desgracia a este producto, que prácticamente ha desaparecido de los catálogos de los bancos.
Lejos de la inflación
De lo que también están lejos las rentabilidades actuales es de la inflación, por lo que, aunque se recurra a un depósito ahora, el dinero seguirá perdiendo valor. Y es que, según estiman desde Funcas, la elevada inflación 'se come' al año 60.000 millones del ahorro de las familias, como publicó EL ESPAÑOL-Invertia.
No en vano, la inflación cerró mayo en el 8,7% en España, con la subyacente en el 4,9%, mientras que las rentabilidades ofrecidas en la actualidad en estos productos de ahorro están por debajo del 0,5% de media.
Por bancos, cada uno ofrece una rentabilidad diferente. De momento son pocos los que comercializan depósitos a plazo, como Renault Bank (1,105% TAE), EBN (entre 0,3% y 0,7% TAE), Deutsche Bank (entre 0,15% y 0,6% TAE) y Banco Pichincha (0,5% TAE).
Bankinter, por su parte, ofrece depósitos en moneda extranjera, mientras que Abanca (0,75% TAE), BBVA (0,15%-0,65% TAE) y Sabadell (0,25% TAE) comercializan depósitos combinados, un producto a caballo entre el depósito a plazo y un producto de inversión (fondo o plan de pensiones).
Por no hablar de las cuentas remuneradas, que también están prácticamente desaparecidas de los catálogos de los bancos. La más destacada de las que se mantienen es la Cuenta nómina de Bankinter, que, a cambio de domiciliar los ingresos y cumplir otros requisitos, paga un 5% el primer año y un 2% el segundo.
Por su parte, MyInvestor ofrece una cuenta remunerada al 1% durante el primer año, Orange Bank otra con un 0,5% TAE y Renault Bank otra con un 0,45%. La gran banca, por el momento, no está volviendo a entrar en este campo.
En todo caso, se trata de rentabilidades muy por debajo de la inflación, con lo que la alternativa de guardar el dinero en un depósito a plazo no evita una pérdida de valor, aunque sí aporta, frente a la inversión, un extra de seguridad que muchos clientes conservadores buscan.
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