El Índice de Precios al Consumo (IPC) vuelve a subir en mayo. Los precios se anotan una subida del 8,7% por el encarecimiento de las gasolinas y de los alimentos. Así lo ha anunciado el Instituto Nacional de Estadística (INE) en el indicador adelantado. Este dato supone un aumento de ocho décimas en mayo en relación con el mes anterior, y un incremento de su tasa interanual de cuatro décimas.
De esta forma, la inflación retoma en este mes los ascensos después de que en abril se moderara 1,5 puntos de golpe, hasta situarse en el 8,3%. Ahora bien, el dato de mayo deberá ser confirmado por Estadística y, de ser así, estaremos ante el segundo dato más elevado desde 1985.
Este incremento viene motivado por el endurecimiento de la guerra en Ucrania, que ha devuelto la inestabilidad al mercado de las gasolinas, el gas y de los alimentos ante la posibilidad de que se produzca una crisis de materias primas agrícolas y alimentarias.
Si se analiza la evolución de la inflación subyacente, que no incluye los precios de alimentos no elaborados ni productos energéticos, escala al 4,9%, su nivel más elevado desde octubre de 1995.
Este dato es preocupante, dado que indica que los fabricantes ya están trasladando las subidas de precios que han sufrido en las materias primas a los consumidores. Es decir, significa que los productores ya no pueden contener más el aumento de precios y, por tanto, deciden trasladarlos al resto de la economía. Una situación que impacta directamente en los bolsillos de los ciudadanos ya que ven cómo, por ejemplo, la cesta de la compra se encarece.
De hecho, el INE destaca que este mes los alimentos y, especialmente los carburantes, son los causantes del aumento de la inflación.
Y es que según Estadística este aumento se debe a la subida récord del precio de los carburantes. De hecho, la semana pasada el precio medio de la gasolina en España tocó un nuevo máximo histórico al situarse en 1,94 euros por litro, alcanzando cifras inéditas por segunda semana consecutiva. El diésel, por su parte, bajó un 1,06%, hasta los 1,867 euros el litro.
Un aumento que llega en pleno debate sobre la necesidad de ampliar la bonificación de 20 céntimos que Hacienda efectúa sobre cada litro de combustible que se echa. Como adelantó este diario la pasada semana, el Gobierno da por descontado que habrá que ampliar la medida. Sin embargo, se estudia si es necesario reformarla para que no sea lineal, si no que llegue a aquellos grupos que son más vulnerables.
Por otra parte, el Índice de Precios de Consumo Armonizado (IPCA) situó su tasa interanual en el 8,5%, dos décimas más que en abril. Mientras que el indicador adelantado del IPCA aumentó un 0,7% en tasa mensual.