La eficiencia es, desde hace años, uno de los retos más importantes para los bancos españoles, especialmente durante la era de los tipos de interés negativos.
Para intentar mejorar esta ratio las entidades han realizado grandes esfuerzos, como los masivos cierres de oficinas y los Expedientes de Regulación de Empleo (ERE), que ya están dando sus frutos, pues en el primer trimestre las entidades ya lograron una eficiencia media por debajo del 50% en España.
De hecho, solamente dos grandes bancos cerraron los tres primeros meses del año con una ratio por encima de ese umbral. Fueron CaixaBank (57,4% sin tener en cuenta los gastos extraordinarios por la fusión con Bankia) y Unicaja (57,2%).
Esta ratio, que se calcula a partir de los ingresos y los gastos de una entidad, debe ser lo más reducida posible para poder alcanzar un nivel aceptable de rentabilidad.
Como ejemplo, una eficiencia del 45% implica que para ingresar 100 euros el banco debe gastar 45.
Umbral de rentabilidad
En ese umbral se encuentra, precisamente, el punto que permite a una entidad financiera española lograr una rentabilidad del 10%, es decir, en línea con el coste del capital, según calculaban hace unos meses desde Alvarez&Marsal.
Bajo el mismo se encontraban varios bancos al cierre del primer trimestre de este año, si bien es Bankinter la que se erige un trimestre más como la entidad más eficiente, con una ratio del 41,57%. Supone un nivel por debajo del que registraba hace un año (43,44%).
Y eso que Bankinter es la única gran entidad que no ha llevado a cabo ningún ERE ni cierres masivos de sucursales. A lo largo del pasado año fueron CaixaBank (6.452 empleados afectados), BBVA (2.935), Sabadell (1.380) y Unicaja (1.513) los que se sometieron a estos procesos, que se sumaron al que previamente, a finales de 2020, puso en marcha Santander (3.578).
Tras ejecutar estos procesos, la eficiencia de los principales bancos del país, tomando como referencia el dato de España, ha mejorado sustancialmente. Por detrás de Bankinter se colocarían Sabadell, con un 42,71% (frente al 48,86% de hace un año), y BBVA, con un 42,9% (versus 45,7% en marzo de 2021).
Por último, Santander sigue en línea con el registro del primer trimestre del pasado año. Al cierre de marzo de 2022 su ratio de eficiencia era del 48,1%, que se compara con el 48,6% de un año antes.
La media de todas estas ratios, consecuentemente, es del 48,3%, es decir, que se sitúa ya por debajo del 50%. Hace un año, con los planes de reestructuración ya sobre la mesa, este promedio era del 50,31%.
Mejora de los ingresos
Haber mejorado estos niveles, con todo, no exime a las entidades de la necesidad de mejorar su eficiencia, si bien el escenario que se abre ahora, con las próximas subidas de los tipos de interés, hace el camino más fácil.
No en vano, la normalización de la política monetaria ensanchará los ingresos de los bancos, algo que dará aire a las entidades, que no tendrán que recurrir solo a los recortes de costes para mejorar su eficiencia.
Aunque aún rodea a las futuras decisiones del Banco Central Europeo (BCE) mucha incertidumbre, lo cierto es que los bancos ya trabajan con un escenario en el que se producirá más de una subida de los tipos de interés este año. Un entorno en el que también estará presente la inflación, que presionará por el lado de los costes.