Los fuertes procesos de reestructuración que la banca está poniendo en marcha en los últimos meses, con la pandemia como telón de fondo, están adelgazando considerablemente la red de sucursales del país. Y están teniendo una especial incidencia en Cataluña.
La región es la que más va a sufrir el golpe de la clausura de sucursales bancarias una vez finalice esta transformación, que todavía ha de ser testigo del cierre de las reestructuraciones de Sabadell y de Unicaja, que se unirán a las iniciadas ya por Santander, Ibercaja, BBVA y CaixaBank.
En el caso concreto de estos dos últimos bancos y de Sabadell, Cataluña es la comunidad en la que echarán el cierre más oficinas bancarias, un golpe que se suma al que ya ha sufrido la región desde que comenzó la pasada crisis. En este tiempo, los catalanes han visto a la banca recortar un 64% su red de sucursales (es la comunidad más afectada en este sentido), de acuerdo con los datos del Banco de España.
Entre 2008 y 2020 se han cerrado en Cataluña 5.256 oficinas bancarias y a fecha de marzo de este año contaba con unas 2.820, siempre según el supervisor.
De ese total habrá que restar las que todavía no habían empezado a cerrarse en el primer trimestre del año, es decir, las 204 que va a cerrar BBVA en el marco de su proceso de reestructuración, que ya está en marcha. Y las 130 de Sabadell que se cerrarán total o parcialmente dentro de unos meses.
CaixaBank, que no ha detallado el reparto por provincias de sus cierres de sucursales, tiene previsto recortar en torno a 528 empleos solamente en las oficinas de Barcelona, siendo esta la segunda ciudad más afectada por todo el proceso, solamente por detrás de Madrid. En toda Cataluña se producirán casi 600 salidas de empleados de la red.
Por su parte, Santander, que ya va muy avanzada en el cierre de sucursales anunciado tras la llegada de la pandemia, está bajando la persiana a unas 126 en la comunidad catalana.
La mayor reducción desde la crisis
Con el paso de los años, el vuelco al sistema de las cajas de ahorro y la digitalización, acompañados de una búsqueda de eficiencia por parte de las entidades, han ido fomentando un estrechamiento de las redes comerciales de los bancos. Las regiones que tenían un mayor número de oficinas y entidades han sido las más perjudicadas.
Es el caso de esta comunidad. Catalunya Banc, Caixa Manlleu, Caixa Sabadell, Caixa Terrassa (estas tres últimas integradas más tarde en Unnim), Caixa Laietana, Caixa Tarragona, Caixa Manresa, Banca Catalana, Caixa Gerona, Caixa Penedès, CaixaBank, Sabadell... Cataluña ha sido escenario del nacimiento de múltiples entidades financieras y antiguas caixas d'estalvis (cajas de ahorros), que han sido protagonistas de numerosos procesos de fusión, si bien en la actualidad Cataluña ya no es sede social de prácticamente ninguna tras la retirada de CaixaBank y Sabadell en 2017 en el marco del procés. Sí es la sede operativa de estos bancos, dos de los mayores del país.
Con ello se explica que Cataluña sea la región que más cierres de sucursales ha sufrido en los últimos doce años, desde la pasada crisis económica, que fue acompañada de una crisis financiera que tuvo como principal consecuencia una reestructuración total del sistema de cajas de ahorro.
En este tiempo se han cerrado en la región 5.256 sucursales, lo que implica una caída del 64%, el mayor registrado en todo el país. Y es que las provincias de Barcelona, Tarragona y Gerona son las únicas que han experimentado desplomes superiores al 60%, de acuerdo con datos del Banco de España recogidos en un informe elaborado por el Ivie y la Fundación Ramón Areces.
Con todo, en relación con la inclusión financiera de sus ciudadanos Cataluña aún no puede compararse con otras regiones en las que el porcentaje de municipios sin oficinas bancarias es mucho más alto. No en vano, Barcelona (37%), Gerona (57%) y Tarragona (58%) aún están lejos de las cifras de provincias como Ávila (87%), Palencia (85%), Salamanca (83%), Zamora (82%) o Guadalajara (81%).