La otra lucha de Banco Sabadell con el BBVA: salvar el sueño de 134 visionarios
Más allá de preservar puestos de trabajo o seguir financiando a pymes, hay una historia de emprendedores que Sabadell quiere seguir manteniendo.
22 septiembre, 2024 02:36Fue el pasado mes de mayo cuando BBVA lanzó una opa hostil sobre Banco Sabadell. Desde entonces, se han ido produciendo diferentes pasos. ¿El último? El visto bueno por parte del Banco Central Europeo (BCE). ¿El siguiente? Que la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) autorice la opa.
Muchos son los intereses que busca preservar Sabadell para seguir navegando en solitario: mantener puestos de trabajo, la financiación a pymes, o su amplia presencia en Cataluña o la Comunidad Valenciana, por ejemplo.
Pero, además de estos intereses, hay otro que se podía decir que está en la sombra y que es importante para Sabadell. Se trata de salvar el sueño que forjaron 134 visionarios más de 140 años después. Porque la entidad la fundaron miembros del gremio de fabricantes de Sabadell y otras corporaciones patronales de la ciudad.
¿Cuándo se fundó Banco de Sabadell?
Hay que remontarse a 1881 para ver el nacimiento de Banco de Sabadell. Concretamente, al último día del año. “El sábado último se firmó en Sabadell ante el notario D. Antonio Capdevila y Gomá la escritura de constitución de una sociedad mercantil denominada: Banco de Sabadell. Los otorgantes de la escritura son en número de ciento treinta y cuatro y pertenecientes a diversas profesiones”. Esto se podía leer en el Diario de Barcelona el 5 de enero de 1882.
¿Por qué estos emprendedores dieron el paso? Su razón de ser era clara: financiar la industria local y dotarla de materias primas. Conviene recordar que, por aquel entonces, Barcelona y los municipios de los alrededores eran el foco de una industria incipiente dedicada a todo tipo de actividades. Aunque había una que destacaba sobre las demás: la industria textil. De ahí que tanto lana como carbón fuesen las ‘niñas de sus ojos’.
Hay que avanzar en el tiempo, hasta los días 14 y 28 de enero, para ver las escrituras del nuevo banco. Eso sí, no fue Antonio Capdevila el notario que estuvo presente, ya que había fallecido. Le sustituyó Joaquín de Marimón. Abrió al público en febrero.
¿Cuál fue el capital inicial? 10 millones de pesetas, representado en 20.000 acciones de 500 pesetas nominales cada una. ¿Quiénes las compraron? Principalmente fabricantes, comerciantes, propietarios y panaderos. En la localidad de Sabadell vivían, por aquel entonces, unas 20.000 personas.
Un camino lleno de obstáculos
Un dato que conviene destacar, más ahora que el número de entidades financieras puede verse reducido de nuevo, es que en esa época nacieron en Cataluña alrededor de medio centenar de bancos. De todos, el único que sigue en pie es Banco Sabadell.
A lo largo de sus 143 años de historia, no son pocas las vicisitudes por las que ha pasado Banco Sabadell. Y de todas ha salido airoso. La primera de ellas fue su ‘aterrizaje’ en Argentina.
En su capital, Buenos Aires, abrió una sucursal dedicada la compraventa de lanas. Tuvo que cerrar en 1902. ¿El motivo? Irregularidades en el transporte de la mercancía. Haciendo bueno el dicho de que ‘no hay mal que por bien no venga’, el traspié fue el pistoletazo definitivo para que los accionistas tomaran la siguiente decisión: dejar de lado los negocios no bancarios y dedicarse de lleno a la banca propiamente dicha.
Fue en 1926 cuando Sabadell atravesó su primera gran crisis. El balance de cuentas que presentó Francisco Monrás Ustrell, un joven de 21 años que llevaba cinco en la entidad, a Llonch Cañomeras, consejero, era para echarse a temblar.
La Guerra Civil tampoco fue un camino de rosas. El hecho de que cohabitaran dos monedas no facilitaba su trabajo, como tampoco que parte de sus fondos fueran bloqueados. Sin olvidar que muchos bancos locales fueron absorbidos por entidades de otros países.
¿Otros hitos? En 1945 pidió más desembolso de capital a los accionistas. Ese mismo año se traslada por vez primera a una sede propia (antes la compartía con el Gremio de Fabricantes de Sabadell).
Y el 1 de abril de 1965 dio el salto fuera de la localidad: abrió su primera sucursal en Sant Cugat del Vallés. Hay que esperar a 1970 para ver su logo en Barcelona. Cinco años después llegó a Madrid. Y a finales de la década inaugura su primera delegación internacional en Londres.
La apuesta tecnológica y la configuración como grupo empresarial fueron claves en su desarrollo entre 1980 y 1995. Por cierto, y a modo de anécdota, fue entonces cuando desapareció la palabra ‘de’ de su nombre comercial.
Luego vinieron compras como las de los bancos Herrero o Atlántico (entre otros), su inclusión en el Ibex 35, o la creación de un banco en México. Acontecimientos que, sin duda, lograrían sacar una sonrisa a esos 134 visionarios. ¿Convertirá su sonrisa BBVA en llanto?