El boicot a los productos de PepsiCo por parte de Carrefour va más allá de Francia. La medida se extiende ahora a las filiales de España, Italia y Bélgica, donde se dejarán de vender artículos como Pepsi, Lay's o 7up cuando se terminen las existencias.
Esta decisión, confirmada por EFE, se ha tomado en represalia por las subidas de precios que PepsiCo exige a los supermercados, que precisamente buscan contener la inflación.
De acuerdo con un portavoz de Carrefour, la medida, que se puso en práctica el jueves, consiste en dejar de vender todos los productos de PepsiCo (Pepsi, 7up, Lipton, Lay's, Bénénuts, Doitos o Alvalle) cuando se agoten los que tienen almacenados.
Además, la compañía ha optado por avisar a los clientes con un mensaje inequívoco en los estantes donde se acumulaban estos productos: "Ya no vendemos esta marca en razón de una subida de precios inaceptable".
Según RTL, PepsiCo exige subidas del 7% en las negociaciones que se están llevando a cabo entre las partes.
PepsiCo quiere negociar
Por su parte, Pepsico ha asegurado que lleva "muchos meses" negociando con Carrefour para evitar el veto de sus productos por el aumento de precios y ha manifestado su intención de seguir dialogando con la cadena.
Fuentes de la empresa han explicado a Europa Press que su voluntad es seguir "dialogando de buena fe para intentar garantizar la disponibilidad" de los productos.
Más casos
En Francia, este tipo de negociaciones deben terminar entre el 15 y el 31 de enero, aunque según ha reconocido Dominique Schelcher, el responsable de Système U, otra de las grandes cadenas de distribución del país, se han cerrado acuerdos con pocos fabricantes y con algunos como Danone, ni siquiera han comenzado las discusiones.
De hecho, Système U se plantea igualmente apostar por un boicot como el de Carrefour, una idea que también "tienta" a la cadena Leclerc (que tiene una docena de hipermercados en España).
Michel-Edouard Leclerc explicó este jueves en la emisora France Info que los proveedores les reclaman incrementos de precios de entre el 6% y el 10%, y en algunos casos de hasta el 20% cuando su compañía está buscando "la deflación".
No obstante, Michel-Edouard Leclerc admitió que llegar a suspender las ventas de un producto es una política con la que una cadena distribución no sale ganando porque si por una parte "los consumidores no quieren pagar mucho, si no tienen su producto, se van a la competencia".