A pesar de que la multinacional controlada por Fernando Roig tuvo que llevar a cabo medidas para reducir el impacto de los precios energéticos -como un recorte de 200 euros en sus primas por productividad que después restituyó-, Pamesa contó con un colchón del que carecen sus competidores: su filial energética.

Incogas, propiedad al 94,4% de la corporación de Roig, registró el pasado año una cifra de negocio de 949 millones de euros, un 200% más que un año antes, y obtuvo un beneficio de 7,4 millones (4,5 millones ganados en 2021). Así consta en las cuentas anuales de la empresa depositadas en el Registro Mercantil.

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La multinacional presidida por Fernando Roig se alió en el año 2005 con otras empresas del sector cerámico de Castellón para adquirir la mayoría del capital de Incogas, entonces una pequeña comercializadora con domicilio en Murcia que proveía de gas natural a particulares.

El objetivo de aquella adquisición fue reducir costes eliminando intermediarios -el sector cerámico es uno de los mayores consumidores industriales de gas-, y se presentó como una reacción frente a los que las empresas cerámicas consideraban un monopolio en el sector gasístico.

De acuerdo con los datos consultados en Registro Mercantil, en la actualidad Incogas está participada en un 85,24% por Pamesa y en un 14,76% por la sociedad Energía Cerámica, en la que a su vez Pamesa posee el 62% del capital. En suma, su porcentaje asciende al 94,4% de la enseña.

La empresa explica en sus cuentas de 2022 que ha alcanzado un acuerdo "con un tercero" al cual vende la mayor parte de los suministros de gas para que este "se encargue de la gestión y entrega en el punto de suministro, siendo los destinatarios de ese suministro de gas las mismas empresas del grupo".

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El negocio del gas de la filial de Pamesa tuvo el pasado año su reflejo en las cuentas de la multinacional presidida por Fernando Roig, representando el 25% de la cifra total de negocio.

Según las cuentas consolidadas de 2022 de Pamesa, el grupo cerró el ejercicio con una cifra de negocios por importe de 2.033,6 millones de euros (1.204 millones en 2021), y de esa cantidad, 525,2 millones correspondieron a la venta de gas y electricidad.

La compañía castellonense, sin embargo, restó los mencionados 525,2 millones de euros al comunicar su balance y cifró su facturación en 1.508 millones. Preguntadas al respecto por El Español-Invertia, fuentes de la mercantil subrayan que lo hicieron porque se trata de una circunstancia contable que no responde a una realidad empresarial.

Se trata de una empresa participada que le vende el gas a compañías del propio grupo, de modo que se trata de un "negocio irreal", según subrayan. ¿Por qué entonces ha crecido tanto la facturación de Pamesa gracias a Incogas solo en 2022? "Por dos razones", argumentan.

La principal, que en dicho ejercicio tuvo que registrar como ingresos el gas vendido a Argenta y Cifre, compañías de las que Pamesa posee el 50%. La mitad restante la lidera la familia Cifre. Al no tener Grupo Pamesa la mayoría, ambas firmas no están integradas en su perímetro de consolidación y el gas que les vende Incogas computa como ventas a un tercero.

La segunda razón que alega Pamesa es que Endesa, proveedor de gas de la comercializadora Incogas, decidió en 2022 contabilizar todo el producto servido a través de Incogas y no de forma directa como en otros ejercicios. De hecho, en el presente 2023 la previsión es que sea Endesa directamente quien facture a Pamesa.

En definitiva, según sostiene Pamesa, la compañía sufrió como su competencia la crisis energética pese a la existencia de Incogas. "Prueba de ello es que, pese al volumen de 949 millones, es una empresa que sólo genera un beneficio de 7,4 millones", destacan.