Como una "auténtica locura". Así rememora Francisco Jesús Díaz Cadenas, presidente del grupo de alimentación que lleva el nombre de su familia, la carrera de obstáculos que ha supuesto la crisis de precios del último año, afectada por una inflación que llegó a encarecer la cesta de la compra un 12% y ante la que este pequeño grupo de supermercados dio con la clave para aumentar clientes, logrando reforzar sus planes de expansión.
Toda una hazaña en un periodo convulso en el que los consumidores comparaban los precios con lupa. "Es un sector muy competitivo. Hoy en día, si eres caro en legumbres el cliente te lo compra los dos primeros días, después verá que hay en algún sitio algo más económico. El verdadero presidente de la empresa es el cliente", sostiene Francisco Jesús a EL ESPAÑOL-Invertia.
Los Díaz Cadenas, que arrancaron hace medio siglo con una tienda de ultramarinos en el pueblo sevillano de Lantejuela y ahora cuentan con 15 supermercados por toda Andalucía, resistieron. Y algo más. Este 2023 incrementarán su facturación cerca de un 20%, hasta superar los 70 millones, y la previsión a partir de ahora es seguir disparados.
Tanto como para elevar hasta los 100 millones su proyección de facturación en 2024. Para ese año apuntan que habrán pasado de los actuales 350 trabajadores a 500 al abrir entre cuatro y cinco tiendas.
La clave
Unas felices estimaciones tras surfear la ola inflacionaria que ha impactado en el sector de la distribución, y ante la que buscaron negociar con los proveedores para que el impacto a la hora de pasar por caja fuera el menor posible y para que además, si era inevitable, hubiera al menos un valor añadido.
¿Cómo? Aplicando promociones donde era posible. "Sabemos que el producto ha subido, pero si tenemos una botella de aceite de oliva, en ocasiones hemos podido regalar una botellita de vinagre. O, por ejemplo, unas patatas fritas junto a una Coca-Cola", ejemplifica.
Un plus que jugó a su favor y logró aumentar las visitas de clientes, como también lo hizo el tamaño del grupo, modesto si se compara con los grandes del sector, y que redujo el impacto negativo en sus cuentas.
"Teníamos dos grandes ventajas. Por un lado, nuestra experiencia, y por otra, que al ser un grupo pequeño, nuestros gastos estructurales son menores a los de otros grupos. Y eso nos permite ser bastante más competitivos, entre un 10% y un 12% más competitivos que otras cadenas", explica Francisco Jesús.
Y ahora afrontan un panorama que cree que será más benévolo. "Estamos teniendo una mejora en los precios que se irá notando en los próximos meses. Veo que la tendencia va así", señala.
Mientras, siguen apuntalando sus planes de expansión. Con una inversión total estimada para este año de unos 2,2 millones de euros para varios proyectos, como ampliaciones en alguno de sus locales, han reforzado sobre todo la venta online mediante la aplicación cestaclick.es, que da servicio en toda la península.
Un estudio reciente de la propia empresa recoge que la venta online ha crecido en el
último año más del 10 %, y al que ahora incorporan la venta de pescado fresco: merluza de pincho y merluza de volanta, que enviarán a cualquier punto de la península directas desde la Lonja de Celeiro (Lugo).
50 años de historia, tres generaciones
Todo en un año "especialmente emotivo", en el que se ha cumplido medio siglo desde que el negocio echara a andar. Entonces se trataba de echar una mano al padre vendiendo San Miguel puerta a puerta en Lantejuela y de regentar una tienda de ultramarinos en el pueblo.
Con la muerte del padre, la madre, doña Aurora, queda al frente de ocho hijos de edades de entre 14 y dos años y del negocio familiar, en el que de una u otra forma participan hoy todos los hermanos.
Y empieza a llegar la tercera generación. "Este año hemos dado paso a mi hija y tres sobrinos", cuenta Francisco Jesús. Ya mayores de edad, se inician en el negocio familiar durante los meses de verano antes de seguir formándose.
"Tengo a mi hija una semana de cajera; otra de charcutera", comenta. El presidente del grupo subraya la importancia de esa experiencia: "Es una formación en tres dimensiones, le ayudará para todo en la vida".
Pero la entrada de los jóvenes no implica la salida de los más veteranos. Doña Aurora, con 77 años, sigue siendo la voz definitiva a la hora de incorporar uno a otro producto, aunque haya también veredicto del departamento de calidad.
"Hay productos que sólo lo ve y lo manda a la papelera; o unos garbanzos o lentejas, a los que da el visto bueno. Es la prueba del algodón", sostiene.
También avanzan con uno de los proyectos que más ilusiona al grupo. Es el aceite de oliva 'Maruja Vilches', que toma el nombre de una mujer octogenaria que ayuda en el deprimido barrio del Polígono Sur de Sevilla.
Los beneficios íntegros de la venta del aceite van destinados a ayudar en diversos proyectos sociales que desarrolla la "Asociación Maruja Vilches con el Polígono Sur". Además, la marca sigue creciendo con la creación de la gama de regañás, con el objetivo de recaudar más fondos para las familias más vulnerables de este barrio.