Alemania ha logrado la excepción que reclamaba para los vehículos que circulen únicamente con combustibles sintéticos (e-fuels), que son climáticamente neutros: podrán seguir vendiéndose en la UE más allá de 2035. Este es el acuerdo alcanzado por el Gobierno de Berlín con la Comisión Europea para desbloquear el polémico reglamento sobre vehículos de emisiones cero.
La norma en cuestión prohíbe la comercialización en la UE de coches de gasolina, diésel y también híbridos a partir de 2035. Se trata de una pieza central de la estrategia de Bruselas en la lucha contra el cambio climático. Tendría que haberse aprobado de forma definitiva el pasado 7 de marzo tras obtener el visto bueno tanto de la Eurocámara como de los Gobiernos de la UE.
Sin embargo, Berlín sorprendió a sus socios con un cambio de posición de último minuto debido a la presión de los liberales dentro del Gobierno de Olaf Scholz. El ministerio de Transportes alemán exigió una excepción para los combustibles fósiles como condición dar su visto bueno al acuerdo final. También el Gobierno italiano de Giorgia Meloni giró hacia el 'no', lo que impedía aprobar el reglamento.
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Después de tres semanas de negociaciones que se han llevado a cabo con el máximo secretismo, Alemania ha llegado a un acuerdo con la Comisión para desbloquear el texto. El pacto permite seguir vendiendo a partir de 2035 los coches de combustión que funcionen únicamente con e-fuels, pero no con ningún otro tipo de combustible. De esta manera se garantiza la neutralidad tecnológica, según Berlín.
El acuerdo ha sido anunciado este sábado al mismo tiempo por el vicepresidente de la Comisión, Frans Timmermans, y por el ministro de Transportes alemán, Volker Wissing. "Hemos llegado a un acuerdo con Alemania sobre el uso futuro de combustibles sintéticos en los automóviles. Ahora trabajaremos para que el reglamento de estándares de CO2 para automóviles se adopte lo antes posible", ha escrito Timmermans en su cuenta de Twitter.
En paralelo, el Ejecutivo comunitario deberá presentar una nueva propuesta legislativa únicamente para e-fuels. "El camino está claro: Europa sigue siendo tecnológicamente neutral. Los vehículos con motor de combustión nuevos también pueden matricularse después de 2035 si solo utilizan combustibles neutros en CO2", sostiene Wissing.
"Aseguramos oportunidades para Europa al conservar opciones importantes para la población hacia una movilidad climáticamente neutra y asequible", ha subrayado el ministro alemán de Transportes.
Los e-fuels se fabrican sintetizando emisiones de CO2 capturadas e hidrógeno producido utilizando electricidad renovable o libre de CO2. Este tipo de combustibles liberan CO2 a la atmósfera cuando se utilizan en un motor. Pero la idea es que estas emisiones sean iguales a la cantidad extraída de la atmósfera para producir el combustible, lo que lo hace climáticamente neutro. Muchos Estados miembros dudan de su viabilidad porque son muy caros.
La duda ahora es si este acuerdo será aceptado por el resto de socios de la UE, que sí apoyaban la prohibición total de los coches de combustión a partir de 2035 con el fin de enviar una señal clara a fabricantes e inversores. Países como España o Francia habían puesto como condición que cualquier pacto con Alemania no reabriera el reglamento sobre vehículos de emisiones cero.
Los embajadores de los Veintisiete examinarán el acuerdo entre Bruselas y Berlín en una reunión convocada para el lunes. La presidencia sueca de la UE se ha marcado como objetivo aprobar definitivamente el regalmento durante la reunión de ministros de Energía que se celebra el martes 28 de marzo. Bruselas ha negociado de forma bilateral exclusivamente con Alemania y ha ignorado por completo las reservas que también planteaba Italia.
La propuesta original de la Comisión para prohibir los motores de combustión data de julio de 2021. Tras 15 meses de negociaciones, los Gobiernos europeos y la Eurocámara alcanzaron un acuerdo sobre el veto a los vehículos de combustión en octubre del año pasado.
El pacto fue ratificado por los embajadores de los Veintisiete el 16 de noviembre de 2022, con la única oposición de Polonia y la abstención de Bulgaria (equivalente a un no). En aquel momento, ni Berlín ni Roma dijeron nada. El pleno del Parlamento Europeo aprobó la norma (por 340 votos a favor, 279 en contra y 21 abstenciones) el pasado 14 de febrero.