No hay peor ciego que el que no quiere ver. Este popular refrán bien podría atribuirse al ministro de Consumo, Alberto Garzón. Al menos, así lo ven desde las empresas dedicadas al sector cárnico-ganadero después de sus palabras en las que hacía referencia a que “el consumo excesivo de carne deteriora la salud”. Además, les atacaba haciendo hincapié en el impacto ecológico que supone la ganadería intensiva.
“El ministro no se ha enterado de que ya no estamos en los años 80 o 90 del siglo pasado”, afirma Antonio Prieto, presidente de la Asociación Interprofesional del Cerdo Ibérico (Asici). Y añade: “Sus palabras han sido desafortunadas y están desenfocadas respecto a la realidad. El sector ha hecho un esfuerzo tremendo en bienestar animal, economía circular, sostenibilidad, trazabilidad o digitalización. Avances que llevamos años actualizando”.
Mejoras como big data, 5G y cloud. “Estamos aplicando tecnologías disruptivas para dotar a la cadena de valor de una producción profesionalizada, garante de las medidas de control de bioseguridad, calidad, seguridad alimentaria y servicio que requiere la alimentación de las personas”, subraya Jordi Montfort, secretario general de Avianza (Asociación Interprofesional Española de Carne Avícola).
Palabras que han sido ratificadas por Mari Luz de Santos, directora gerente de Intercun, que representa al 87% de los productores de carne de conejo. “Es una carne muy sana que se produce siguiendo las altas exigencias legislativas en materia de calidad, seguridad alimentaria y respeto al bienestar animal y al medio ambiente. Se sigue el modelo de producción europeo, el más exigente del mundo. Desde el respeto institucional, recibimos las palabras del ministro con estupor al comprobar cómo difama al conjunto del sector ganadero cárnico”.
Afirmaciones del ministro Garzón que el conjunto del sector califica de erróneas y que tratan de crear una confrontación “que no existe”, según la directora gerente de Intercun. Por su parte, Javier López, director de la Organización Interprofesional de la Carne de Vacuno (Provacuno), hace hincapié en que “el vacuno de carne es uno de los sectores clave para el mundo rural, con un sistema de producción eficiente y sostenible”.
Empleo familiar
El sector ganadero y cárnico genera en España más de 2,5 millones de empleos. Además, aporta casi 9.000 millones a la balanza comercial de España. Por poner un ejemplo, el sector del cerdo ibérico cuenta con más de 16.900 explotaciones ganaderas, 72 mataderos y más de 1.000 industrias activas, entre transformadoras y elaboradoras. Su volumen de negocio supera los 2.000 millones de euros anuales, es decir, en torno al 7-8% del total.
Desde 2018, en Asici han iniciado proyectos de modernización por valor de 200 millones de euros. Así han aumentado la capacidad productiva para dar respuesta al incremento de la demanda de carne, las aspiraciones exportadoras y la mejora de la trazabilidad de los productos ibéricos.
En el caso del vacuno, aglutina a 130.153 granjas, 5,8 millones de cabezas, 238 industrias de sacrificio, y 695.940 toneladas producidas al año por valor de 3.010 millones de euros. Alcanza el tercer puesto en el sector ganadero en términos económicos en España y es el quinto mayor productor de la UE. La exportación es de 901 millones de euros. Cifra que alcanza los 1.200 millones si se suman los animales vivos.
“El vacuno de carne es una producción muy extensiva en las que las vacas nodrizas ocupan el territorio, haciendo una gestión optima del mismo, fomentando la biodiversidad y previniendo incendios”, recalca Javier López. Y matiza: “Son los propios municipios los que acuden a los ganaderos locales solicitándoles que pasten en sus terrenos para controlar la materia seca de su entorno y de este modo evitar incendios”.
España vaciada
Avianza representa al 95% del sector avícola español (pollo, pavo, codorniz y otras especies), con más de 5.000 granjas, 280 salas de producción y despiece, y 65 empresas integradoras. Da empleo a 40.000 personas, de forma directa e indirecta.
“Es un sector que a su vez genera una cadena de valor muy amplia y conectada con otros sectores: desde la ganadería, proveedores de productos y servicios, veterinarios, y algo desconocido para muchos, de innovación, tecnología y empresas vinculadas a la sostenibilidad, bienestar animal y aprovechamiento de los recursos”, acentúa Jordi Montfort.
Por lo que respecta a la cunicultura, son unas 1.600 las explotaciones o familias dedicadas a la cría de conejo de granja. “Por supuesto que no existen macrogranjas sino granjas familiares asentadas en municipios de menos de 1.000 habitantes en su mayoría”, relata Mari Luz de Santos. “Contribuyen a generar actividad y empleo en la España más despoblada. Igual ocurre con los establecimientos de transformación”.
Cierto que existen grandes grupos cárnicos en el sector, como dice el ministro. Pero no son mayoría. “Podríamos decir que más del 80% de las industrias del sector ibérico son pequeñas empresas tradicionales”, especifica Antonio Prieto. Mientras que Jordi Montfort resalta que “la mayoría de nuestras empresas son familiares, tanto en granjas como integradoras, empresas de servicio… No existe el concepto de macrogranjas. Tradicionalmente, ha sido un negocio vinculado a varias generaciones”.