Los March están a punto de quedarse sin la garantía de las acciones de la constructora ACS que, en los últimos 4 años, han permitido que la Corporación Financiera Alba (CFA) -la sociedad patrimonialista de la familia mallorquina- mantuviera beneficios y se repartiera casi 60 millones anuales de dividendo. Básicamente, tras hacer efectivas plusvalías de 700 millones con la venta del 13% del capital de la constructora presidida por Florentino Pérez.
Una estrategia puesta en marcha tras el fiasco acaecido en 2012, cuando la participación en Iberdrola de ACS provocó que Alba cerrara ese ejercicio con unas pérdidas de 300 millones de euros, y los March tomaran la decisión de salir, de manera controlada, del capital de la constructora.
Los últimos 500 millones en ACS
Tras la última venta, CFA ya solo posee en el 5,2 de la constructora -del 25% que llegaron a ostentar- por lo que, a los actuales precios de mercado, obtendría 500 millones de euros, con unas plusvalías de unos 230. A partir de aquí, el vehículo inversor de los March se ha quedado en caja con más de 600 millones de euros, que no tienen un destino inversor muy claro.
La familia March busca la mayor diversificación posible, tanto en empresas cotizadas como fuera del parqué, y también, si se ponen a tiro, el cierre de operaciones inmobiliarias. Un segmento al que la familia mallorquina nunca le hace ascos, y que actualmente aporta el 10% del valor neto de los activos de Alba. Más de 350 millones de euros repartidos en 10 edificios de oficinas en Madrid y 2 en Barcelona.
Mirar con lupa las nuevas inversiones
Una decisión, la de aumentar la participación en las empresas en las que ya está presente, o apostar por nuevas inversiones que, a partir de ahora, se van a mirar con lupa al desaparecer, casi por completo, el colchón que aportaba ACS. Con esas millonarias plusvalías de las que los March han tirado en los últimos 4 años para que las cuentas no se vieran resentidas por esas últimas inversiones realizadas que no han acabado de reportar los réditos esperados.
Y es que, al cierre de 2016 -antes de que Alba vendiera el último 2,32% de ACS- el valor en libros de las 9 nueve empresas cotizadas en las que participa (Acerinox, Bancos y Mercados Españoles, Ebro Foods, Indra, Euskaltel, Viscofan, Parques Reunidos y Clínica Baviera, además de ACS) sumaban un valor en libros de 2.352 millones de euros y casi 2.700 de valor neto, con unas plusvalías latentes de algo más de 342 millones.
Capitalización inferior al valor de libros
Curiosamente, las mismas que atesora ACS por sí sola. Algo que conlleva un dato negativo. Que el recorrido en bolsa de cinco de sus participadas -Bolsas y Mercados, Viscofan, Euskaltel, Indra y Parques Reunidos- está por debajo de lo esperado, con una capitalización inferior al precio en libros March las tienen registrado en libros.
A pesar de estas minusvalías latentes en algunas de estas empresas, Corporación Financiera Alba sigue apostando por estas sociedades. Como ocurre con Parques Reunidos, de la que adquirió, en la salida a bolsa de abril de 2016, un 8% y que, posteriormente, ha ido incrementando hasta el actual 14,8% invirtiendo un total de 276 millones de euros.
También, en junio de 2015, acudieron raudos los March a la Oferta Pública de Venta de Euskaltel. Aportaron casi 100 millones para hacerse con el 8% de la operadora vasca. Desde entonces han aumentado su presencia, hasta el 11%, destinando otros cerca de 40 millones.