Así se desprende del Observatorio Sectorial de CaixaBank Research. El centro de estudios de la entidad bancaria anticipa que el Producto Interior Bruto (PIB) se moderará al 1,9% en 2024 y se consolidará en un 2,2% al año próximo. Todo tras crecer un 2,5% y un 5,8% en los dos años inmediatamente anteriores, aunque con un patrón que presentó una "amplia heterogeneidad" por sectores que se explica por el shock de la pandemia.

Un crecimiento dispar que se mantendrá en los próximos años y que refleja los sectores con mayor peso en el futuro. Es análisis permite sacar una conclusión clara: la economía española sí se está transformando hacia un modelo con mayor peso de ciertos sectores de más valor añadido, pero al mismo tiempo seguirán siendo fundamentales otros sectores tradicionales que responden al atractivo del país como destino turístico.

Observatorio Sectorial de CaixaBank Research.

Aunque el estudio prevé una "reducción de la dispersión del ritmo de crecimiento entre sectores", sí clasifica las distintas actividades en función de si crecerán por encima de la media, en torno al promedio o por debajo de este. Es decir, que una vez superados los shocks de la pandemia y la crisis energética, crecerán todos los sectores, si bien lo harán de manera desigual.

Los sectores con un "elevado potencial de crecimiento" serán también los que irán ganando peso en la economía. Entre ellos se encuentran las tecnologías de la información y la comunicación (TIC) y los servicios profesionales. Se trata de "servicios de alto valor añadido" que benefician a un elevado crecimiento estructural, ya que son fundamentales para el proceso de digitalización.

Asimismo, el informe de CaixaBank Research señala que la industria farmacéutica mantiene un margen de mejora gracias a su "elevada competitividad en los mercados internacionales" y el "elevado grado de especialización".

Con todo, el turismo seguirá siendo un motor de la economía española. Superados los niveles de 2019, la recuperación del poder adquisitivo en los países emisores gracias a la normalización de la inflación y las alzas salariales impulsará el sector. Además, y como reconocen los propios empresarios, España se beneficiará de ser un destino estable en un tablero geopolítico cada vez más convulso. El único pero será el débil crecimiento de la zona euro, que podrá actuar como limitador.

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Asimismo, la construcción también será uno de los sectores al alza durante los próximos cursos, ya que el informe prevé que este año se incremente la oferta de vivienda nueva. Eso sí, reconoce que existen "factores coyunturales" -como los costes de los materiales y la financiación- que están impidiendo una mayor reactivación de la oferta. 

CaixaBank Research también señala, de cara a 2025, que la producción de vivienda puede incrementarse aún más en caso de que mejore la disponibilidad de suelo y se dé un impulso a la colaboración público-privada para la construcción de vivienda asequible.

A la zaga

A pesar de que el informe no prevé que ningún sector sufra una contracción, sí indica que algunos presentarán "un crecimiento débil, inferior al promedio de la economía". Destaca entre ellos algunas ramas industriales, como la textil y la papelera. Se trata de sectores con tendencias menos favorables por el "elevado nivel de competencia internacional" y una presión de costes "estructural".

Dentro de los sectores que evolucionarán a un ritmo similar al promedio de la economía se encuentran la industria agroalimentaria, la del automóvil, las actividades inmobiliarias y el comercio.

En cualquier caso, CaixaBank Research destaca que un aspecto importante de la evolución de los sectores en el actual bienio es "la disminución de la dispersión de los ritmos de crecimiento". No se trata sino de la adaptación de la economía y la "absorción" de los shocks recientes.

"Nuestras previsiones apuntan a una reducción muy significativa de la dispersión intersectorial, especialmente en 2025, cuando los sectores pasarían a crecer a ritmos más acordes con su potencial", reza el informe. Siempre y cuando, eso sí, de que no tengan lugar nuevos imprevistos que incidan en el funcionamiento de la economía.