En el documento Propuesta de financiación singular para Cataluña, que el Gobierno catalán presentó este martes, el departamento de Economía de la Generalitat esboza el déficit fiscal en términos de ingresos y gastos por habitante con datos del año 2021. El resultado de sus cuentas arroja un diferencial entre el gasto per cápita según la capacidad fiscal de Cataluña y una renta media en función de los recursos que el Estado aporta a la región, pero no es ni el único caso ni el más acentuado.

Así, y siempre según las cuentas del Ejecutivo de Aragonès, el gasto fiscal por habitante en términos de los impuestos que se recaudan en Cataluña fue de 3.153 euros en 2021, mientras que lo recibido por cada ciudadano según los recursos aportados por el Estado fue de 2.848 euros. Es decir, que cada catalán habría perdido 305 euros como consecuencia del sistema de financiación autonómica. Ese es el "expolio fiscal" que denuncian los partidos independentistas.

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"Somos los terceros en aportar y los decimocuartos en recibir", se lamentaba este miércoles Pere Aragonès. Pero ocurre algo parecido con Madrid: es la primera en aportar y la decimoquinta, la última, en recibir si, como el presidente catalán, se toman los datos a precios corrientes. En el caso de la región capitalina, el gasto fiscal fue en 2021 de 3.769 euros, pero se reduce hasta los 2.834 euros brutos si se atiende a los recursos aportados por el Estado.

Es decir, que Madrid sufre un diferencial de 935 euros: el triple que lo que pierde cada catalán según los cálculos de la Generalitat.

No es el único caso, Baleares pierde 338 euros por habitante, según el documento del Gobierno catalán. En el caso de la región insular, pasa de la segunda posición en aporte fiscal a la décima en cuanto a los recursos que recibe.

Se trata, en cualquier caso, de algo que responde a la naturaleza del propio sistema de financiación autonómica y a la solidaridad entre territorios consagrada en la Constitución. En otras palabras, no sorprende que las regiones más ricas aporten más de lo que reciben. Es algo, además, previsto, ya que ese excedente fiscal sirve, en última instancia, para ayudar a las comunidades autónomas con menos recursos.

Capitalidad y reequilibrio

Lo cierto es que la Generalitat es consciente de que ese diferencial, que tanto ERC como Junts entienden como una injusticia, está presente en Madrid. Sin embargo, consideran que en el caso de la región del interior no opera como una injusticia, en tanto que esta comunidad autónoma se beneficia de la capitalidad.

"El modelo territorial del Estado potencia la hipercapitalidad de Madrid", reza el documento presentado por el Ejecutivo catalán.

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Asimismo, la propuesta de una financiación singular contempla la aportación por parte de Cataluña a un "fondo de reequilibrio territorial" de nueva creación "para garantizar la cobertura de los servicios públicos a las comunidades con menor capacidad fiscal". La cuantía de la aportación sería "un elemento sometido a negociación política".

Este miércoles, Aragonès fue un poco más allá en la explicación de este extremo al indicar que se trataría de una aportación "limitada en el tiempo". Es decir, que la voluntad de ERC es aportar a ese fondo de reequilibrio sólo unos años. Además, la cuota estaría "sometida a unos objetivos". Después, y para compensar, el republicano cree que debería reducirse el gasto de la Administración General del Estado.

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2.000 millones menos

"Lo que aporta Cataluña al sistema de financiación para distribuir entre comunidades son unos 2.000 millones de euros", asegura en una conversación con EL ESPAÑOL-Invertia Desiderio Romero, economista sénior de Funcas. Así, la "financiación singular" que exige la Generalitat "significa es que el sistema tiene 2.000 millones de euros menos para distribuir entre las comunidades con menos recursos".

En este momento, continúa con la explicación, los fondos para redistribuir entre CCAA se elevan hasta 20.000 millones de euros. El Estado aporta 11.000 millones y los 9.000 millones restantes "se nutren básicamente de lo que aportan Madrid, Cataluña y Baleares". Madrid aporta algo más de 6.000 millones y la región insular 300 millones. País Vasco y Navarra están excluidas de este cómputo en tanto que tienen su propio sistema foral.

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"Quitar una comunidad de las más ricas te plantea problemas, deja tocado el sistema", advierte Romero. Las aportaciones para financiar las regiones más pobres pasaría a "pivotar" principalmente en Madrid, de manera que "hay menos dinero para distribuir hacia las comunidades con menos recursos", ya que "no puedes cargar más aportaciones a comunidades como Madrid o Baleares".

Romero, además, entiende que conceder esto a Cataluña puede llevar a que las otras regiones ricas exijan lo propio, aunque sea algo que seguramente no se plantee en el corto plazo. "Ahora mismo el sistema está dañado", sentencia el economista de Funcas. Y el problema es cómo hacer compatible la salida de Cataluña del régimen común con mantener un gasto per cápita similar en todas las regiones.